• Quejarse

Marga Durá - Guía para madres rebeldes

Aquí puedes leer online Marga Durá - Guía para madres rebeldes texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Género: No ficción. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Marga Durá Guía para madres rebeldes

Guía para madres rebeldes: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Guía para madres rebeldes" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Un libro imprescindible para futuras mamás que aspiran a que el bebé no las cambie a ellas del todo.

¿Cansada de prohibiciones absurdas?

Cuando estás embarazada, y especialmente de tu primer hijo, familiares, amigos y hasta conocidos no suelen reprimirse en ofrecer muchos consejos y advertencias -todos ellos bien intencionados, claro está, pero a veces contradictorios- sobre lo que debes o no debes hacer. Las recomendaciones del tipo «por si acaso, mejor no lo hagas» se están convirtiendo para muchas madres en una verdadera dictadura. Algunas se constriñen en el papel de víctimas, otras reniegan de todo y entre medio, estamos las gestantes corrientes y molientes que únicamente aspiramos a obtener información para ir tomando nuestras propias decisiones sin hacer demasiado ruido.

Marga Durá nos ayuda a tomar esas decisiones con ritmo y salero. Toma la descripción más irónica imaginable de un embarazo, el suyo, añade varios testimonios de eminencias médicas y riégalo con una pizca de contexto histórico. ¿Es resultado? Un cóctel hilarante que pretende demostrar que muchos de los sacrificios que se nos quieren imponer durante el embarazo no tienen ni pies ni cabeza.

Marga Durá: otros libros del autor


¿Quién escribió Guía para madres rebeldes? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Guía para madres rebeldes — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Guía para madres rebeldes " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Marga Durá es periodista y madre rebelde Ha colaborado en el Magazine de La - photo 1

Marga Durá es periodista y madre rebelde Ha colaborado en el Magazine de La - photo 2

Marga Durá es periodista y madre rebelde Ha colaborado en el Magazine de La - photo 3

Marga Durá es periodista y madre rebelde. Ha colaborado en el Magazine de La Vanguardia, Vanity Fair, Yorokobu, O Magazine, Yo Dona o El Confidencial y realizado documentales de temática social. Después de varios años ocupando el puesto de redactora jefe en la revista Men’s Health, ha vuelto al periodismo de calle, que combina con ser mamá.

Agustina Guerrero es sin duda una de las ilustradoras más irreverentes y conocidas a día de hoy. Alegre y sin pelos en la lengua, Agustina siempre nos enseña de manera irónica y divertida los temas más tabús (y cotidianos) de la mujer moderna, sin miedo ni prejuicio alguno.

Introducción

POR QUÉ ACABÉ ESCRIBIENDO UN LIBRO SOBRE MATERNIDAD

Cuando me enteré de que me había quedado embarazada, me arrodillé en el suelo, sujeté el test de embarazo con una mano, alcé la otra apuntando al fluorescente del baño y juré: «¡A Dios pongo por testigo que nunca escribiré un libro sobre maternidad!». Bueno, para ser fiel a la verdad, la escena no fue exactamente así, pero juro que el espíritu era ese. Hasta que mi óvulo fue fecundado, como periodista había encontrado un sinfín de temas interesantes y no tenía la más mínima intención de abandonarlos para mirarme, literalmente, el ombligo. Por aquella época, además de escribir artículos de temática variopinta pa ra ganarme las habichuelas, estaba intentando abrirme camino rea lizando documentales para oenegés en países en vías de desarrollo. Estaba convencida de que mi futura maternidad no podía competir en relevancia con mujeres que montaban talleres de costura en los slums de Bombay, o que mi lucha para evitar la flaccidez de mi panza era ridícula en comparación con la que llevaban a cabo los pueblos amazónicos contra las compañías petroleras. Y que conste en acta que sigo pen sándolo, aunque a día de hoy también he comprendido que no hay historias grandes o pequeñas y que todo depende de la forma en que se miran y se narran.

Este libro es la demostración empírica de que no soy una dama sureña de resoluciones inquebrantables y de que me faltó tiempo para traicionar mi juramento. En mi defensa alegaré que mi cambio de parecer no fue tan incoherente como puede parecer a priori . Du rante el embarazo, no tuve ningún advenimiento que me hiciera barruntar que lo que estaba aconteciéndome era algo tan único que merecía ser explicado al mundo. Sin embargo, sentí que nadie estaba contándome las cosas que a mí, concretamente, me interesaban. ¿Qué debía dejar de comer y por qué? ¿Cuál iba a ser la diferencia real, tanto para mí como para mi bebé, entre bramar pidiendo una epidural o aguantar estoicamente un parto natural? ¿Cómo puede ser que hayamos descifrado el genoma humano, pero no sepamos cuándo va a desencadenarse el parto? Si despejaba lo más pronto posible los interrogantes prácticos, podría centrarme en los existenciales, de tipo: ¿qué tipo madre quiero o puedo ser?, ¿cómo voy a gestionar los cambios que se operarán en mi vida?, ¿quién mató a JFK? Esta última cuestión era de regalo, por si respondía demasiado rápido a las anteriores y me quedaba tiempo libre. En comparación, las preguntas que hacía sobre temas prácticos me parecían sencillas, de respuesta inequívoca, pero más pronto que tarde descubrí que, en las procelosas aguas de la maternidad, nada es sencillo ni inequívoco.

No soy la primera embarazada que se ha enfrentado a la siguiente situación: mi ginecólogo me daba una recomendación que era justamente la contraria que había recibido una amiga mía del su yo. Ma dres, suegras, tías, hermanas y padres, suegros, tíos y hermanos arrojan consejos categóricos que se parecen entre sí como un huevo a una castaña. Por no hablar de lo que supone consultar cualquier tema por internet, porque la contraposición de opiniones que encuentras no son coto del embarazo, acontecen en casi cualquier tema —sobre todo médico— que se pretenda esclarecer a golpe de tecla.

Dada la imposibilidad de responder a mis sencillas cuestiones con sencillas respuestas, me lancé a la lectura de cualquier manual que abordara el asunto. Me sorprendí al ver que, en muchos de ellos, el lenguaje que se empleaba era más adecuado para mi bebé que para mí. No sé cuál era la edad de las supuestas lectoras, pero la forma en que se dirigían a ellas me hacía temer un peligroso au mento de los embarazos adolescentes (e incluso infantiles). Hablaban del feto como «tu pequeño tesoro» y abusaban sin rubor de las exclamaciones. Y, por si fuera poco, cernían sobre mí terroríficas amenazas: se me podía caer el pelo, podía alumbrar a un «bebé desdichado» o mi hijo podría contraer en mi inocente barriga un sinfín de extrañas enfermedades. ¿Quién quiere saber eso? ¿Y quién, si le sucede, busca respuestas en un libro en vez de coger el portante e irse a urgencias? Sin duda, no era la lectora ideal para ese tipo de libros y me preguntaba si habría más mujeres como yo, que quisieran obtener respuestas sin amenazas ni moralinas.

No me atribuyo la exclusividad de haber sido la única mujer sobre la faz de la Tierra que se ha enfrentado a un batiburrillo de advertencias antitéticas. Esta disparidad de opiniones que circundan el embarazo se ha traducido en una actitud pragmática por parte de las madres: el sacrificio aleatorio. Es mejor renunciar a algo que poner a tu bebé en peligro. Parece lógico y loable. De hecho, es lógico y loable. Aún diría más: es lo más lógico y loable que puede hacerse dadas las circunstancias. Pero ¿es necesario? ¿Está comprobado científicamente? ¿Es en realidad útil? Y llegamos al meollo de la cuestión: decidí escribir este libro para saber qué renuncias tenían sentido y cuáles resultan accesorias, a fin de quitarme y quitar presión.

Es innegable que, en el momento en que dos bípedos adultos deciden perpetuar la especie, tendrán que renunciar a algunas costumbres de su vida anterior para dejar paso a otras. Pero en este punto soy un tanto puntillosa: no deseo sacrificarme más de la cuenta si ello no revierte directamente en el bienestar de mi vástago. Y, por otra parte, también quiero saber hasta qué punto son beneficiosas esas privaciones, si en verdad marcan una diferencia básica o si solo aportan una mejoría que no resulta imprescindible. Y sobre todo detesto entrar en el agravio comparativo, convertir esa renuncia en un baremo para demostrar si una mujer es bastante buena madre o no —una calificación que ya resulta deleznable en sí—. Desgraciadamente, en mi embarazo descubrí que esta es una tendencia muy habitual. Algunas procreadoras hacen proselitismo de sus renuncias y miran por encima del hombro a las que no las llevan a cabo. Dramatizando un poco, esto acaba por crear un clima policial en el que, si tienes una tendencia natural a agradar y justificarte, estás más vendida que una tetera en el Gran Bazar. Mi gran pregunta, que subyace en todo el libro, es: ¿hasta qué punto el sa crificio revierte en el bien del bebé o es una forma de construir un modelo de buena madre abnegada?

Aquí se impone una matización, pues entiendo como sacrificio cualquier acción que se lleva a cabo a contrapelo, y en ese sentido cada persona es un mundo. Pongamos como ejemplo el siempre polémico tema de la lactancia, que se desarrollará más adelante. Para una mujer puede resultar un gran sacrificio pasarse medio año con el pecho en ristre para alimentar a su cría. Para otra, en cambio, dejar de compartir ese gratificante instante con su descendiente tal vez se le haga una montaña. Mi pregunta, por tanto, es: ¿hasta qué punto es necesario hacer una cosa u otra y cómo repercutirá en el bebé? Las dos tienen todo el derecho del mundo a disponer de información rigurosa y después hacer con ella lo que les plazca. Porque, por mucho que se quiera cuidar de manera eficiente del recién llegado, cada persona es como es, e intentar cambiar sin que sea realmente necesario para acallar el qué dirán es la causa de una tensión innecesaria.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Guía para madres rebeldes»

Mira libros similares a Guía para madres rebeldes. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Guía para madres rebeldes»

Discusión, reseñas del libro Guía para madres rebeldes y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.