Falsarius Chef - Falsarius Chef en su salsa
Aquí puedes leer online Falsarius Chef - Falsarius Chef en su salsa texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2008, Editor: ePubLibre, Género: Ordenador. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:Falsarius Chef en su salsa
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:2008
- Índice:3 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Falsarius Chef en su salsa: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Falsarius Chef en su salsa" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Falsarius Chef en su salsa — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Falsarius Chef en su salsa " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
ACLARACION PARA MALPENSANTES:
Todas las fotos de las recetas de este libro han sido
realizadas por el propio Falsarius Chef.
Y han sido hechas justo después de preparar el plato
con los ingredientes que se describen en cada receta.
Sin más artificio.
Para algo que no es impostor, habrá que chulearse.
Me encanta la melva. Bueno, no tanto como para ir e invitarla a salir o al cine (aunque peor sería salir con un congrio), pero sí lo bastante como para invitarla a cenar en casa. Ella de cena, claro. Para mucha gente la melva es como la hermana pobre del atún y tuercen el gesto cuando se les nombra, como si le hubieran chupado la tripa a un sapo calvo. Pues bien, en su lucha contra la discriminación melvística, Falsarius Chef tiene el placer de sugeriros esta apetitosa receta que a las ya conocidas virtudes nutricionales y gastronómicas de la melva, le añade su capacidad impostora: pocos peces de lata quedan tan aparentes al horno. ¿Y si va la melva y es canutera? Bueno, todos hemos sido jóvenes.
Ingredientes: 1 bote de patatas peladas de los de cristal, 1 lata de Melva (en este caso de 320 g. de conservas Tejero, unos 4 €), 1 lata de cebolla frita (Hida, por ejemplo), aceite de oliva virgen extra, sal gruesa y perejil.
Preparación: precalentamos el horno a 210 grados. En una fuente de cristal resistente al horno (Pyrex de esas) vertemos el contenido de la lata de cebolla frita, escurriéndole un poco el exceso de aceite si queremos. Sobre la cebolla vamos poniendo patatas de bote, previamente lavadas y cortadas en lonchas (a lo «pobre», vamos), las regamos con un hilillo de aceite, añadimos sal gruesa al gusto y espolvoreamos con perejil. Metemos la fuente en el horno y la tenemos allí hasta que las patatas cojan un color apetecible (teniendo en cuenta que tanto las patatas como la cebolla están precocinadas, unos 15 minutos pueden bastar. Eso sí, a más tiempo, más tostadillos las patatas). Llega el momento de abrir el horno y, con cuidado, depositar sobre las patatas la melva escurrida del aceite de lata. No le ponemos más sal, que suele traer bastante de casa. En 5 minutos estará lista. Un poco más de perejil y, si acaso y nos gusta, un chorreoncito de limón acabará de redondearnos el marino condumio.
Nota prescindible: esta receta queda también rica con caballa. Por cierto, para lectores puntillosos, por supuesto, en lugar de cebolla frita de lata puede utilizarse cebolla natural como hice yo el día de la foto. Lo único que necesitas es más tiempo libre. Y una cebolla, claro.
Feos, pequeños, insignificantes, hay que ver qué poco nos luce una lata de berberechos. Sobre todo si entre los invitados hay algún mamón de esos, arponero profesional de aperitivos, que de una sola y certera estocada, ensartan diez ejemplares en el palillo y se los zampan de un bocado. En esas disquisiciones andaba abriendo mi lata, cuando apareció en la tele Sarkozy, el popular político francés. Un tipo bajito y más bien del montón, pero que elegido presidente de la república francesa y con Carla Bruni al lado, se convirtió en una estrella. Y de repente la luz se hizo. Miré fijamente el rostro de uno de los berberechos y en sus pequeños ojos tristes vi todo el potencial de un pequeño Sarkozy. Eso Sí, pava, convertirse en una estrella, más que con Carla Bruni y un cargo de presidente, iba a tener que conformarse con limón y un palillo. Oye, para un molusco, tampoco está tan mal.
Ingredientes: 1 lata de berberechos (un poco decentes, la mía era de los de 30/40 por envase, unos 5 €), 1 limón, Rebocino Royal (preparado instantáneo para rebozar), vinagre y aceite de oliva.
Preparación: abrimos la lata de berberechos y escurrimos el jugo en un vaso, reservándolo porque vamos a usarlo luego. Cortamos un par de rodajas de limón, les quitamos la cáscara y las troceamos en triangulillos que, aunque pequeños, tengan entidad corpórea como para ser pinchados en un palillo. Porque palillos es lo que vamos a utilizar para empalar (por su bien: para estar guapo hay que sufrir) nuestros berberechos. Para ello procederemos de la siguiente forma. Clavamos dos berberechos en el palillo, un triangulito de limón en medio, y otros dos berberechos. Así con todos hasta acabar el contenido de la lata. Reservamos las brochetillas. En un plato hondo ponemos dos cucharadas de Rebocina y en lugar de con agua, hacemos la pasta con el caldo de los berberechos, siguiendo las Instrucciones. Antes de rebozarlas, mojamos el dedo en un poco de vinagre de Jerez y se lo pasamos por encima a las brochetas para que cojan un poco de sabor. Una gota, muy poca cosa, en plan sutil. Hecho esto, las rebozamos y las freímos en aceite abundante y caliente. Dejadlas escurrir sobre papel de cocina absorbente y a comer. Os van a sorprender.
Antes de que lleguen los calores abrasadores que Al Grore (que es como el hombre del tiempo de toda la vida, pero a lo bestia) nos anuncia para el futuro, podemos aprovechar esta fresca primavera para ir despidiéndonos de los guisotes. Y lo vamos a hacer con unas raciales y rotundas judías con manitas de cerdo y chorizo. Hala. Alegría. Basta de miserias innecesarias. Su poderoso poder calórico, además de deleitar debidamente nuestros paladares y saciar nuestros más bajos instintos culinarios, va a sernos de gran utilidad psicológica. Se acabaron las dudas. Tras su ingesta es el momento de empezar la operación bikini (bermudas para los caballeros) en su doble modalidad: o empezamos la dieta o tiramos el bikini a la basura. ¿La decisión de Sophie?: una broma.
Ingredientes: 1 lata de manitas de cerdo, 1 bote de judiones, chorizo, 3 dientes de ajo, 1 cebolla, pimentón normal y picante, aceite de oliva virgen extra y sal.
Preparación: volcamos en un plato el contenido de la lata de manitas de cerdo y, con cuidado, vamos procediendo a quitarle los pequeños huesecillos que llevan. Aprovechamos el concienzudo despioje, para apartar los grumillos de grasa que encontremos por ahí (y para tranquilizar de paso nuestra pecadora conciencia). En una cazuela ponemos un poco de aceite y, cuando esté caliente, le añadimos la cebolla picada y los tres dientes de ajo un poco aplastados con la mano. Cortamos seis lonchas de chorizo, no muy gruesas y, sin piel, las añadimos al sofrito cuando veamos la cebolla doradilla, aprovechando para poner sal al gusto. Un par de vueltas y le agregamos las manitas de cerdo limpias. Removemos bien mezclando todo y ponemos 1 cucharadita pequeña de pimentón normal y un poco de pimentón picante. Otra vuelta, rápida para que no se nos queme el pimentón, y añadimos un poco de agua (o caldo de brick, si tenemos). No mucha para que luego el guisote nos quede hilado (si vemos que nos quedamos cortos, le añadimos un poco más). Dejamos el invento al fuego unos diez minutos y volcamos en él los judiones previamente enjuagados bajo el grifo. Removemos bien y lo dejamos otros diez minutos a fuego suave y agitando la perolilla de vez en cuando para que el caldo quede con cuerpo. Con cuerpo de rey, que es como vamos a quedarnos nosotros.
Página siguienteTamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Falsarius Chef en su salsa»
Mira libros similares a Falsarius Chef en su salsa. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Falsarius Chef en su salsa y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.