© Éditions Perrin, 2007.
© de la traducción: Rosa Tovar y Francisco Ramos, 2017.
© de esta edición digital: RBA Libros, S.A., 2017.
Diagonal, 189 - 08018 Barcelona.
Composición digital: Newcomlab, S.L.L.
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¿Cuánto tiempo tarda en cocinarse un filete? ¿En qué momento hay que añadir la sal? ¿Se debe introducir un pollo en el horno precalentado o frío? En nuestra sociedad moderna, muchas personas no sabrían responder a estas preguntas, pese a lo sencillas que parecen. Esta obra está concebida para contestar a todas ellas.
Se basa en cuarenta años de experiencia y en la evolución tanto de la cocina como de las técnicas, fruto del cambio radical en las formas de vida de los últimos decenios.
Estas recetas se dirigen a todo el mundo, por su lenguaje sencillo y porque se explica cada uno de los pasos. Los aficionados hallarán preparaciones tan complejas como la liebre del senador Couteaux. Y los que vayan a preparar un banquete de fiesta encontrarán la receta del relleno a la trufa. Pero también se explica cómo cocinar un filete a la plancha, un asado de ternera, un potaje de verduras o unas judías verdes.
Después encontrarán platos un poco más elaborados, simplificados para esta ocasión y descritos siempre con todo detalle. Así como platos tradicionales, en los que a menudo se ha resaltado su espíritu regional, herederos ejemplares de las largas cocciones en un rincón de la chimenea.
Este libro, que está pensado para todos, pretende ser el resumen de esta riqueza culinaria y transmitir un saber que es uno de los pilares de nuestra cultura.
Presentación
EL EQUILIBRIO EN LAS COMIDAS
«El hombre come. Solamente el hombre de espíritu sabe comer». La alimentación exige un equilibrio, tanto entre una comida y otra como en la organización de cada comida. Es necesario, por tanto, encontrar el modo de variar los alimentos. Además, la carne o el pescado, las verduras, las ensaladas, las frutas, los lácteos y los cereales deben, siempre que no exista una contraindicación específica, estar presentes todos los días en nuestra mesa. Se deben ingerir seis piezas de fruta y verdura cada día.
Del mismo modo, cada una de las comidas debe estar programada de forma razonable. En la actualidad, excepto cuando se celebra una fiesta, las comidas se componen de tres o cuatro platos: una sopa, un entremés o un entrante, un plato fuerte (carne o pescado), acompañado a veces de una ensalada o de queso, y el postre.
¿Cómo preparar una comida para unos amigos?
Es mejor evitar sobrecargar la comida, en especial suavizando los platos muy pesados, desde los entrantes hasta el postre. Si el plato fuerte o el entrante son muy consistentes, es necesario jugar con productos y sabores ligeros en los otros platos. Elija entonces crudités en los entremeses o una sopa de verduras y un postre a base de frutas. Si realmente quiere complacer a los comensales, no sirva foie gras, confit de pato y fondant de chocolate.
Al mismo tiempo, procure encontrar una dinámica que proporcione una coherencia a la comida en su conjunto. El vino tiene en esto mucho que ver: si quiere servir un grand cru millésimé, escoja un plato más bien sencillo que lo realce, como un asado de cordero para un gran burdeos, que una preparación demasiado complicada en la que los sabores amenacen con empequeñecer la importancia de una botella histórica.
Es necesario, asimismo, tener en cuenta los gustos de los comensales, las posibles alergias, las prohibiciones religiosas y, más ampliamente, su cultura.
También hay que considerar el tiempo que puede dedicar a sus amigos o a su familia aquel que estará en la cocina. A menudo es más agradable elaborar lo esencial de sus preparaciones con antelación para poder compartir el placer de la mesa con los comensales. Es esta una de las razones por las que le indicamos los tiempos de preparación y de cocción, aunque también hay casos en los que puede preparar los platos con antelación.
Pese a que esta costumbre se ha reducido con la llegada de productos frescos de todo el mundo y con la congelación, siempre es mejor elaborar comidas de temporada. Es una pena servir los fresones insípidos que llegan antes del verano.
Es importante mantener el equilibrio entre las comidas, en particular organizando un desayuno de alimento y completo (cereales, lácteos, frutas). El desayuno es fundamental para los niños que inician su jornada escolar.
Para tentarles, elija mejor compotas, una fruta, un lácteo o cereales, a los pasteles o barritas de chocolate, que contienen demasiado azúcar y un exceso de grasas. En el caso de los niños, es necesario controlar el aporte de azúcar, comprobando las cantidades de azúcar de los lácteos o las cremas (postres) y limitando las golosinas a las ocasiones especiales, etcétera.
Las personas que realizan un esfuerzo físico mayor del habitual deben consumir, además, «azúcares lentos» (arroz, pastas, pan, cereales, etc.).
La grasa es transmisora de sabores. Sin eliminarla, excepto en caso de necesidad, se puede reducir, lo mismo que el azúcar. Dentro de las sustancias grasas, los aceites vegetales son, dietéticamente, mejores que la mantequilla. El consumo de sal debe ser moderado, más aún cuando en las preparaciones industriales se encuentra en gran cantidad, pero, salvo indicación específica, jamás debe suprimirse.
En general, y para controlar los niveles de colesterol, es necesario limitar los siguientes alimentos: mantequilla (sobre todo la cocinada), nata, quesos, embutidos, fritos, salsas complejas, carnes grasas, etcétera.
Los antecedentes familiares de accidentes cardiovasculares deberán tenerse muy en cuenta. Pueden implicar la vigilancia y la reducción constantes de estos factores de riesgo. En los demás casos, mantener el peso tres o cuatro kilos por debajo del ideal y la moderación en el consumo de los productos descritos con anterioridad bastan para conservar los niveles de colesterol dentro de la media.
EL SERVICIO DEL VINO
El vino es un componente esencial de nuestras comidas, especialmente de las festivas o aquellas que se celebran entre amigos.
Beber poco pero beber bien: he aquí el primer precepto. Más vale beber con tranquilidad y elegir una botella para disfrutar. La calidad del vino ha avanzado muchísimo en el mundo, de modo que la oferta es ahora muy amplia.
Desgraciadamente, los tamaños están mal pensados para un consumo reducido. Son difíciles de encontrar las medias botellas: el vino envejece con más rapidez y, en pequeños formatos, sufre más a menudo el acorchamiento o el gusto desagradable del tapón de corcho.
Existen sencillos utensilios fáciles de manejar que permiten conservar una botella de vino uno o dos días, practicando el vacío en su interior. Sin embargo, no funcionan en el caso del champán o el cava.
Tres o cuatro copas de vino al día no son nocivas, salvo para las personas que presenten un riesgo particular. Este consumo sería incluso beneficioso para la salud, aunque será necesario adecuarlo al peso y la altura. Además, habrá que tener en cuenta las circunstancias: un par de copas en ayunas y a lo largo de media hora no tendrán el mismo efecto que durante toda una comida entre amigos que se alargue durante tres horas.