AGRADECIMIENTOS
Supongo que siempre es típico decir que esta es la parte más complicada de todo el libro, pero no me sale otra palabra en estos momentos que pensarlo así. Realmente lo es. Hay mucho que agradecer, tanto que necesitaría otro libro entero solo para hacerlo. Es por eso que quisiera que entiendas que voy a tratar de escribirlo de forma escueta, por lo que, si no te nombro, no quiere decir que no te lo agradezca, sino que es imposible porque sois demasiados. Iré a por los más cercanos.
A mi mujer, Mari, y a mi hijo, Leo. Lo sois todo. No hay día que no decida vivirlo por vosotros. Sois mi aliento. Gracias por aguantarme cuando sé que no es fácil, gracias por darme la vida.
Al resto de mi familia, sanguínea y política. También a los amigos que sois como si fuerais de la familia. Ya sabéis quiénes sois.
A Alejandro, por seguir guiándonos desde el cielo. Por cuidar de Leo.
A Chus, mi agente, de MJR Agencia Literaria. Gracias por luchar tanto y tan bien por mí.
A Leandro Pérez y a Arturo Pérez-Reverte. Gracias por crear esa maravilla llamada Zenda. Gracias a ambos por apostar por mí, por creer en lo que hago. A Miguel Santamarina, por su paciencia editando mis textos en la web de Zenda.
A Susana Krahe, mi editora. Por su paciencia conmigo, por su saber hacer y por ir a por todas desde el minuto cero de conocer el proyecto. A todo el equipo de Anaya y Oberón libros.
A AgenteSmint, tu paciencia conmigo y mis preguntas ha sido infinita. He aprendido tanto gracias a ti…
A Ártico. Mi querido Álvaro, mil millones de gracias por lo mismo. Gracias por asesorarme en temas forenses.
A José Manuel Muñoz-Quirós Caballero, por enseñarme la realidad forense en la mesa de autopsias, y ya de paso mostrarme las instalaciones del Instituto de Medicina Legal en Alicante. Lo que aprendí ese día no está en ningún libro.
A los inspectores de la Policía Nacional que me han ayudado. Omitiré su nombre por petición de ellos mismos, pero saben que están incluidos. A los grupos de homicidios del mismo cuerpo que han hecho lo mismo.
Al inspector jefe Juan Enrique Soto de la SAC (Sección de Análisis de Conducta) de la Policía Nacional. No solo ha sido tu ayuda con aspectos de la unidad que encabezas, es mucho más, ya lo sabes.
Lo mismo con los integrantes de la Guardia Civil que me han ayudado. Muy en especial a Pichoncete y a Roque (seudónimos), por ayudarme tanto en todo.
A mis nenas de la Ostra Azul: César Pérez Gellida, Roberto López-Herrero, Juan Gómez-Jurado, Bruno Nievas, Gonzalo Jerez, Benito Olmo, Gabri Ródenas y Luis Endera. Porque sois feos, pero escribís/dirigís genial.
A mis betas habituales, que ya sabéis quiénes sois. Mención especial a mi Silvi, por todo, a mi Olga, por lo mismo, y a mi MariaJo, porque hay pocas amigas como tú.
A todos mis lectores, mi gente de Twitter y de todas las redes sociales en general. A la gente que me apoya desde todos los rincones del planeta. Nunca me cansaré de daros las gracias a todos. Nunca.
Si me dejé a alguien espero que sepas perdonarme. Lo vuelvo a repetir: es imposible porque sois muchísimos. Gracias, de nuevo.
BLAS RUIZ GRAU, nació en Rafal (Alicante, España) el 29 de junio de 1984.
Cursó sus estudios en el colegio Trinitario Seva de Rafal, para más tarde hacer los estudios secundarios en los institutos «Vega Baja» de Callosa del Segura y «El palmeral» de Orihuela. Continuó en este último realizando el bachillerato de la rama científico-tecnológica para más tarde realizar el grado medio de equipos electrónicos de consumo. Actualmente cursa un grado de geografía a historia en la UNED, que compagina con su trabajo como informático.
La verdad os hará libres (2012) fue su primera novela. Es autor, además, de La profecía de los pecadores (2013), Kryptos (2015), Siete días de marzo (2017) y ¡Que nadie toque nada! (2018).
CAPÍTULO 1. BIENVENIDA Y MITO «QUE NADIE TOQUE NADA»
Querría primero darte la bienvenida, lector.
Si estás leyendo estas líneas es porque sientes curiosidad acerca de un tema sobre el que muy pocas veces se nos muestra la verdad, o bien porque eres un psicópata y quieres tomar alguna idea para escaquearte en tus fechorías. Si este es tu caso, quiero que sepas que soy buena gente, por si acaso.
Como iba diciendo, por desgracia casi nunca se muestra el verdadero procedimiento policial, sobre todo cuando hablamos de escenas de un crimen violento. Desconozco los verdaderos motivos, aunque mi mente inquieta de pérfido juntaletras me ha llevado a imaginar que será tal vez porque se considera que el realismo no tiene cabida ante nuestros ojos por ser algo aburrido. Además, creo también que una vez un señor estableció cómo debían ser los protocolos policiales en una ficción cualquiera y, a partir de ahí, todos empezaron a seguirla a rajatabla. Pero déjame decirte, querido lector, que nada está más lejos de la realidad. Porque, como se suele decir, esta siempre supera a la ficción.
No voy a detenerme otra vez en dar las gracias a Leandro Pérez Miguel y a Arturo Pérez-Reverte —ya que para eso están nombrados en los agradecimientos— por haberme brindado la oportunidad de publicar todo lo que vas a leer —aunque se hizo en su momento en modo de artículos en un blog, eso sí— en Zenda, página web de referencia en castellano. Pero sí me siento en la obligación una vez más de mostrarme muy dichoso por haber podido, por segunda vez, ponerme a trabajar con mis artículos y haberlos juntado todos en este libro que vas a leer. Cierto es que no aparecerán tal cual los leíste en su día —si ya fuiste seguidor de mi blog, claro está— pues los he retocado reforzándolos en las partes que creía que podía hacerlo y añadiendo algunos capítulos, mitos nuevos y ampliando considerablemente la serie de dosieres sobre los asesinos más famosos de la Historia de España. Me parecía importante contarte esto porque no me gustaría que creyeras que lo único que he hecho ha sido reunirlos todos, ponerles una portada y ya está. No, en absoluto. Creo que comprobarás al ir pasando las páginas que tras esta edición hay un trabajo de muchas horas.
Puede que te preguntes si lo que vas a leer aquí es real o se trata de una patraña inventada para tenerte con los ojos pegados a esta maraña de letras. Déjame contarte que todo es fruto de una rigurosa investigación que he llevado a cabo, para mis propias novelas, junto a varios grupos de Homicidios de la Policía Nacional y la Guardia Civil, inspectores de policía, forenses y técnicos de laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil. No por ello quiero decir que tengas que creerte cada coma, pero sí es cierto que si cometo algún error en alguna de mis informaciones no será deliberado y que, por supuesto, muchas afirmaciones se pueden valorar desde dos puntos de vista diferentes. Esos ejemplos los he encontrado en los propios investigadores: algunos de ellos difieren en los propios procedimientos para, al final, llegar al mismo punto, por lo que trataré de ser lo más generalista posible a la hora de relatarlos. Es por eso que te pido que creas lo que vas a leer y que me perdones por omitir ciertas informaciones que se me ha pedido que reserve. Estimo que es fácil de entender el motivo. De todas formas, siempre estaré dispuesto en cualquiera de mis redes a recibir tus comentarios sobre aspectos que veas poco detallados o no te parezcan reales. No tengo la verdad absoluta, por lo que estoy abierto a todo.
Lo que sí me gustaría es que tomaras esta obra de la manera que te apetezca: lo puedes leer como un libro con curiosidades y procedimientos; como un manual que te puede servir en las investigaciones de tu próxima novela —o algo que te apetezca escribir porque sí, sin más—; y también lo puedes tomar como un verdadero despropósito creado por un chalado que lo único que pretende es ganarte como lector, que compres mis próximas —y anteriores, por supuesto— obras, forrarme, comprarme cuatro Ferraris y vivir la vida padre. Pues bien, mezcla todas estas razones y obtendrás lo que busco.