Esther Brun, 2017
Traducción: Laura Bernal Martín
Editor digital: Titivillus
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Aprender a quererte y a valorarte es un paso necesario para aceptarte tal y como eres y sin miedo al qué dirán. Sin embargo, recobrar la autoestima no es tan simple, y a veces el pesimismo que nos invade nos impide ver la luz al final del túnel.
Esta guía te invita a cambiar la manera en que te ves a ti mismo para que avances hacia una vida más equilibrada y mantengas una relación sana tanto contigo mismo como con los demás. ¿A qué esperas para recobrar las riendas de tu vida y volver a ser feliz?
Te ofrecemos las claves para:
- transformar la forma en que te ves a ti mismo, marcada por el pesimismo, y escucharte para saber entender tus deseos y tus necesidades y acercarte a tu verdadero yo;
- aceptar tus puntos débiles y convertirlos en un motor que te permita avanzar hacia una vida más plena y equilibrada en la que te respetes a ti mismo y, por ende, a los demás;
- recuperar tu autoestima y la confianza en ti mismo y lograr mantenerla en el tiempo;
- etc.
Esther Brun
Aprende a quererte
Las claves para encontrar
el equilibrio en tu vida
En 50 minutos
Salud y bienestar - 0
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Titivillus 28.07.2020
¿CÓMO APRENDER A QUERERSE?
- ¿Problemática? Cuando tenemos una mala imagen de nosotros mismos, aprender a quererse parece especialmente complicado. ¿Cómo acallar las críticas internas y pensar que nosotros también podemos vivir en consonancia con nosotros mismos y ser felices?
- ¿Metas? Sentirnos mejor con nosotros mismos y con los demás.
Hablar de amarse a sí mismo puede parecer incómodo. De hecho, no estamos acostumbrados a hacerlo y enseguida lo equiparamos con el narcisismo. Sin embargo, saber apreciarse no significa adorarse ni considerarse perfecto o superior. Quererse es demostrar que nos respetamos y que somos condescendientes con nosotros mismos. Ante todo, es aceptarse y reconocer tanto nuestros puntos débiles como nuestros puntos fuertes.
A menudo tendemos a no prestarle atención a la imagen que tenemos de nosotros mismos, llegando incluso al punto de maltratarla sin darnos cuenta. Además, nos resulta mucho más fácil señalar nuestros defectos que nuestras cualidades. Sin embargo, querernos a nosotros mismos nos permite ser conscientes de nuestro valor y de nuestras capacidades: es lo que hace posible que podamos avanzar y superar los desafíos, además de sentirnos satisfechos y alcanzar lo que deseamos.
Ocuparse de uno mismo tampoco significa cerrarle la puerta a los demás, ¡al contrario! Solo al mantener una relación armoniosa con nosotros mismos podemos ofrecerles un lugar mejor. Imagínate a ti mismo como una casa, con una fachada, una superficie, la distribución de sus habitaciones, la decoración, el mobiliario, etc. Si la cuidas y te preocupas por que sea cómoda, cálida y práctica, no solo tú te sentirás a gusto, sino que tus invitados también disfrutarán encantados de su ambiente. Es tu hogar y debes sentirte cómodo y seguro en él. Y cuanto mejor te ocupes de él, mejor para los que te rodean: se sentirán mejor recibidos y más en confianza. Lo mismo ocurre con la relación que tienes contigo mismo: tienes que cuidarla con regularidad. Es la calidad de este amor lo que te permitirá encontrar el equilibro y la felicidad en la vida. Y para lograrlo, tú eres tu mejor aliado.
¿POR QUÉ TANTO ODIO?
¿Qué relación tienes contigo mismo?
Tendemos a afirmar que los adultos que se sienten incómodos consigo mismos fueron menospreciados de pequeños. Aunque esto se da bastante a menudo, no hay que olvidar que el origen de este malestar depende de cada individuo. Todos somos personas complejas con una historia y una sensibilidad únicas. Reproches constantes, abandono, duelos, traumas diversos… no siempre es fácil determinar de dónde procede este malestar, pero sus patrones están firmemente arraigados. En este libro nos interesaremos por los malos hábitos que podemos tener en la vida diaria y ofreceremos un punto de vista y una serie de actitudes que te ayudarán a mirarte de manera más condescendiente.
Encontrar la fuente del problema
Rebuscar en nuestro pasado puede resultar útil. No para culpar a tu entorno familiar, sino para comprender mejor cómo se ha instalado este mecanismo en tu interior. Si sientes que necesitas analizar tu pasado o simplemente hablar de él, hoy en día existen distintas terapias que pueden ayudarte. No dudes en informarte para encontrar la que mejor te convenga. La ayuda de un profesional puede ser de gran apoyo.
Una mala autoimagen puede generar un gran sufrimiento, y esto se debe sobre todo al hecho de que no le prestamos mucha atención a nuestras necesidades ni a nuestros deseos, ni tampoco a los mensajes que nos envía nuestro cuerpo. A menudo es difícil poner en tela de juicio las creencias que hemos construido sobre nosotros mismos.
Por tanto, y en primer lugar, es importante observarse para determinar la calidad de la relación que mantenemos con nosotros mismos.
Test
- Si respondes afirmativamente a al menos 4 de las siguientes 21 frases, es hora de pasar a la acción.
- A menudo tengo la impresión de que los demás se las arreglan mejor que yo.
- Me reprocho muchas veces lo mismo.
- La vergüenza es un sentimiento que me resulta familiar.
- A menudo me echan en cara que no diga «te quiero».
- Aunque no siempre lo manifieste, me pongo celoso/a con facilidad.
- Muchas veces no hago algo porque no me atrevo.
- Me siento incómodo/a cuando me hacen un cumplido.
- Creo que nunca me hacen cumplidos.
- Hace mucho que no me siento satisfecho/a.
- Soy sensible a las críticas o huyo de ellas.
- A menudo me siento triste cuando pienso en las cosas que no he logrado.
- Puedo enumerar fácilmente cinco cosas que no consigo hacer bien.
- No puedo decir que sea atractivo/a.
- Me cuesta presentarme a mí mismo/a, ya sea oralmente o por escrito.
- A veces tengo la impresión de que no puedo avanzar más, pero no logro explicar exactamente qué me lo impide.
- No me gusta demasiado recibir a gente en casa, me resulta especialmente estresante.
- En general, tengo miedo a lo que puedan pensar de mí.
- Me persiguen recuerdos desagradables y no logro pasar página.
- No puedo decir que se me dé especialmente bien algo.
- Me siento especialmente angustiado/a cuando tengo que enfrentarme a la mirada de los demás.
- Me cuesta estar tranquilo en el ámbito amoroso. Me da miedo que mi pareja me deje. Pienso en ello a menudo.
Una visión exclusivamente pesimista
A menudo, una mala imagen de uno mismo se manifiesta por la costumbre de señalar solo los errores. Sin embargo, no podemos evolucionar positivamente si no reconocemos que tenemos un cierto valor. Reconocer tus fracasos o cualquier otro aspecto desagradable de ti mismo solo es positivo si también aceptas que tienes cualidades, ya que son estas las que te permitirán aprender y mejorarte a ti mismo.
Es más que posible reconocer nuestros defectos sin desvalorizarnos; lo que es perjudicial es definirnos únicamente por nuestras imperfecciones. Al hacerlo, no solo demostramos una visión despectiva sino también terriblemente limitada. Una persona que solo se describe con palabras negativas se denigra y se maltrata y, a fuerza de hacerlo, ya no logra existir de otra forma.