¡Por el bien común!
Nuevo brindis
«El bien común que Felber preconiza se basa en los valores de las relaciones humanas en su forma más saludable (la confianza, la cooperación, el aprecio, la co-determinación, la solidaridad y la voluntad de compartir), los valores que, juntos, nos hacen mejores y más felices. El paradigma, el modelo mental económico-social, cambia desde la lucha feroz y el egoísmo avaricioso a la cooperación y el altruismo generoso, del finalismo del beneficio financiero (el fin justifica los medios) a la contribución al bien común (el viaje es el destino). Christian Felber convierte el balance financiero, siendo importante, en secundario; el balance del bien común, que es el esencial, mide intangibles valiosísimas como la dignidad humana, la responsabilidad social, la sostenibilidad ecológica, la participación democrática y la solidaridad con todos los grupos involucrados en la actividad de la empresa. El capital es el medio, no el fin, para lograr la felicidad de todos. Y esto es más importante que nunca, porque la desigualdad ha alcanzado en nuestro entorno niveles alarmantes. Christian Felber propone desde el texto que te dispones a leer que los mejores balances empresariales del bien común (los mejores no por su rentabilidad económico-financiera, sino por sus rendimientos sociales, ecológicos, democráticos y distributivos) obtengan ventajas legales y fiscales. Propone crear los llamados bancos democráticos. Propone impulsar la democracia directa (además de la democracia representativa, que ya conocemos y no nos parece suficiente). Propone educar desde la escuela en valores como ‘emocionología’ (la ciencia de las emociones), ética, comunicación, educación democrática y experiencia de la naturaleza. Propone favorecer competencias de gestión como la amabilidad, la empatía, atender al bien de tod@s y de la comunidad ecológica. Un planteamiento revolucionario que deviene más que necesario» (del prólogo de Juan Carlos Cubeiro).
Christian Felber
La economía del bien común
ePUB r1.2
Mowgli1.11.13
Título original: Die Gemeinwohl-Ökonomie
Christian Felber, 2012
Traducción: Silvia Yusta
Editor digital: Mowgli
Corrección de erratas: jjmolina4 (¡gracias!)
ePub base r1.0
CHRISTIAN FELBER (9 de diciembre de 1972, Salzburgo, Austria) es un profesor universitario de economía, además de escritor y divulgador de esa materia y de sociología. Estudió, en Viena y en Madrid, filología románica, español y ciencias políticas principalmente, así como psicología y sociología. Es especialista en economía sostenible y alternativas para los mercados financieros. Ha desarrollado un nuevo modelo internacional económico denominado «Economía del bien común» (Gemeinwohl-Ökonomie; la implantación práctica del modelo teórico se inició en octubre de 2010 con un grupo de empresas que optaron por cumplir voluntariamente los requisitos de la economía del bien común; el grupo se ha convertido en un movimiento político que presiona al gobierno para que los principios teóricos se plasmen definitivamente en leyes). Es miembro fundador del movimiento de justicia global “Attac” en Austria e iniciador de la denominada Banca democrática. Además, compagina toda esta actividad con la de bailarín profesional.
Notas
Buscar el bien común para adentrarnos en la nueva era
— Prólogo de Juan Carlos Cubeiro —
El capitalismo, que ha dominado la escena social, económica y política durante medio milenio, se nutrió de la idea de la predestinación luterana y calvinista (como nos explicó mejor que nadie Max Weber en La ética protestante y el espíritu del capitalismo) y de una teoría económica que, partiendo de los fisiócratas franceses, culminó en el gran Adam Smith en La riqueza de las naciones. La nueva era (conceptual, conductual y de la generosidad) que algunos hemos llamado «talentismo» y que se está iniciando ahora (el 21 de diciembre de 2012, el fin del calendario Maya, probablemente quedará como su inicio) necesita también de una nueva teoría económica que, en mi modesto entender, cuenta con dos pilares a ambas orillas del Atlántico.
En Estados Unidos, el Premio Nobel George Ackerloff y el catedrático de Yale Robert Schiller (padre del concepto de «exuberancia irracional») publicaron en su día Animal Spirits. Cómo la psicología humana dirige la economía. El término es de Keynes, de 1936: es el espíritu animal el que conduce el comportamiento de las personas. Y dieron lugar al movimiento del Behaviorial economics (Economía conductual), con autores tan reputados, además de Akerloff y Shiller, como George Loewenstein, Dan Ariely, Daniel Kahneman o Amos Tversky. Analiza los fenómenos económicos de las personas no como seres racionales sino como personas integrales, en las que lo emocional, lo instintivo y lo social juegan un papel mucho más destacado que la pura intelectualidad. Cuanto más se desarrollan las neurociencias, más nos convencemos de que el homo economicus tiene un noventa por ciento de irracional (es más homo ludens que homo rationalis) y que sus pensamientos son conscientes en apenas un dos por ciento.
El otro pilar del talentismo desde la teoría económica es, precisamente, el que nos ocupa, porque es europeo y porque está centrado en el libro que te aprestas a leer, querido lector. La economía del bien común (Gemeinwohl-Ökonomie, en alemán) parte de este texto de Christian Felber, publicado originariamente no hace mucho tiempo por una editorial vienesa. Sus fundamentos se mostraban en una obra anterior de Felber, Los valores de la nueva economía, de 2008. ¿Pura teoría? En absoluto. Hay centenares de empresas que están implantando este modelo, que supera la dicotomía entre el capitalismo y el comunismo, entre el poder absoluto del mercado (la mano invisible, tan alabada en su día y hoy tan denostada) y la economía planificada (que acaba corrompiéndose).
El bien común que Felber preconiza se basa en los valores de las relaciones humanas en su forma más saludable (la confianza, la cooperación, el aprecio, la co-determinación, la solidaridad y la voluntad de compartir), los valores que, juntos, nos hacen mejores y más felices. El paradigma, el modelo mental económico-social, cambia desde la lucha feroz y el egoísmo avaricioso a la cooperación y el altruismo generoso, del finalismo del beneficio financiero (el fin justifica los medios) a la contribución al bien común (el viaje es el destino). Christian Felber convierte el balance financiero, siendo importante, en secundario; el balance del bien común, que es el esencial, mide intangibles valiosísimas como la dignidad humana, la responsabilidad social, la sostenibilidad ecológica, la participación democrática y la solidaridad con todos los grupos involucrados en la actividad de la empresa. El capital es el medio, no el fin, para lograr la felicidad de todos. Y esto es más importante que nunca, porque la desigualdad ha alcanzado en nuestro entorno niveles alarmantes. Desde la economía del bien común, Felber y sus seguidores entienden que la diferencia de renta percibida entre los ejecutivos mejor pagados y los operarios no puede superar las veinte veces; y sin embargo, en Estados Unidos la diferencia era de 24 a 1 en 1965; de 71 a 1 en 1989; de 262 a 1 en 2005 y de 325 a 1 en 2011. ¿No es una vergüenza para la humanidad? Sin embargo, la desigualdad es lo que hoy, desgraciadamente, genera crecimiento. En la situación actual, según el economista del Fondo Monetario Internacional Fuad Hassanov, por cada punto de desviación típica en desigualdad (medido por el índice de Gini) se genera un 0’6 por ciento de crecimiento del Producto Interior Bruto. El capitalismo está llamado a reinventarse, porque la situación no es sostenible.