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Mi interés en el tema de tópico y foco de la lengua japonesa se despertó por las dudas que surgen sobre por qué para alguien cuyo idioma natal no es el japonés es difícil distinguir el uso del tópico que se marca con la partícula wa y la frase nominativa con ga, dado que las dos pueden tener la función de sujeto de la oración. Por otra parte, una misma frase nominal con wa puede representar un foco, mientras que la frase nominal con ga puede asumir también el rol de foco, aunque distinto del primero.
Este tema es uno de los más importantes, si no el que más, de la lingüística japonesa, como lo demuestra el hecho de que se ha venido estudiando desde diferentes aspectos a lo largo de muchos años. El análisis de las partículas wa y ga se remonta al siglo XVIII . Pero es al inicio del siglo XX cuando toma brío, incorporando en el proceso frutos de diferentes corrientes de la gramática en lenguas europeas, incluyendo una muy reciente, que es el de la gramática generativa, la cual contribuyó a ampliar la visión sobre la frase nominativa ga.
Este trabajo, basándose en los estudios hasta ahora hechos, intenta aclarar algunos aspectos de la relación entre las funciones de estas partículas y la estructura de la información en la que están insertas. Espero que contribuya a aclarar en alguna medida las distintas funciones de las frases nominales wa y ga, así como su efecto en la estructura de la información de la oración.
Para la realización de este trabajo, conté con el consejo de muchas personas, entre las que destacan Esthela Treviño, Rosa Junia García Barragán, José Lema Labadie y Ricardo Maldonado Soto, entre otros. Sus comentarios y críticas me impulsaron a reflexionar e investigar más, y a mejorar este trabajo.
Igualmente, agradezco a los dos lectores anónimos, cuyos comentarios fueron también muy útiles.
Para culminar este trabajo, fue indispensable el esfuerzo profesional de Cynthia Godoy, así como el del equipo editorial de El Colegio de México, a los que extiendo mi reconocimiento.
Por último, agradezco a Antonio, mi esposo, por apoyarme en todo momento.
YOSHIE AWAIHARA
junio 2017
CAPÍTULO PRIMERO
INTRODUCCIÓN
“Tópico” y “foco” constituyen nociones básicas de lo que se denomina estructura de la información, término acuñado por Halliday (1967: 177-274) para referirse al modo en que una oración se divide en unidades informativas —que no necesariamente empatan con las unidades sintácticas—. El término “estructura de la información”, entonces, se refiere a la estructuración de la información lingüística con objeto de optimizar la transferencia de la misma en el discurso. Esta caracterización subyace a la definición que se adopta a partir de Chafe (1976: 25-55) —aunque con ciertas modificaciones (p. ej. Féry y Krifka, 2008: 123-136)— en muchos trabajos sobre el tema y que permea el análisis del presente trabajo. Para Chafe (1976: 28), la estructura de la información es el empaquetamiento informativo —‘information packaging’— una técnica para optimizar la satisfacción de las necesidades comunicativas: la información puede empaquetarse de maneras distintas según el objetivo y el contexto del discurso. Así, el foco es la información que resalta en una proposición. Por ejemplo, en el caso de la emisión del inglés en (1), tiger lleva el acento tonal que caracteriza al foco en inglés:
1. {What did you see on the road?}
We saw a TIGER on the road. (Féry y Krifka, 2008: 124-125)
Tradicionalmente, en los estudios de lenguas europeas se divide la oración en dos partes, la que porta la información vieja y la que porta la nueva, que han sido denominadas de distintas formas: tema-rema (tópico-comentario), información (ya) dada vs información nueva (Halliday, 1967: 204-205), foco-fondo (background) (Vallduví y Engdahl, 1996: 461); y en esos estudios el tópico y el foco se han estudiado como elementos primitivos (Vallduví y Engdahl, 1996: 461) de este aspecto comunicativo de la oración. En el ejemplo de (1), tiger, la información enfatizada prosódicamente, es la información nueva. La distinción terminológica dada-nueva se refiere al contexto o situación en el que se da una expresión lingüística. La información dada/vieja se refiere a un constituyente que ya ha sido introducido antes en el discurso (explícita o implícitamente), mientras que la información nueva se refiere a constituyentes que se introducen por primera vez. Por otro lado, la dicotomía tópico-comentario se refiere a una proposición (comentario) que se ha hecho sobre algo (tópico); esta distinción corresponde cercanamente a la de sujeto (tópico) —aquello de lo que se predica algo— y predicado (comentario). A menudo coinciden tópico-comentario e información dada-nueva porque, en la mayoría de los casos, el tópico constituye la información dada y el comentario, la información nueva. Sin embargo, como lo nota Halliday (1967: 205), no siempre se da esta coincidencia por lo que es necesario mantener separados los dos pares de nociones. En el ejemplo (2a), los perros es información nueva, mientras que en el Ajusco es la información nueva en (2b):
2. a. Juan solo pasea A LOS PERROS en el Ajusco.
b. Juan solo pasea a los perros EN EL A JUSCO .
No obstante, tanto los perros como en el Ajusco son parte del comentario.
Con respecto al par terminológico foco-fondo (focus-background), la situación es un poco más complicada ya que se mezclan criterios distintos, pero predominan los semánticos. El término “foco” a veces se utiliza para designar a un constituyente enfatizado que denota información nueva dentro del comentario (Halliday, 1967: 204). Sin embargo, el foco no tiene necesariamente que constituir información nueva, aunque sea un constituyente prosódicamente enfatizado. En los ejemplos de (3):
3. a. ¿Dónde pasea Juan a los perros, en el Ajusco o en el Desierto de los Leones?
b. Juan pasea a los perros EN EL A JUSCO .
Es evidente que en el Ajusco