Grandes recetas para cocinas pequeñas
MARTA CARNICERO
Traducción de
Àngels Polo Mañà
www.megustaleerebooks.com
A mis muñecas,
que todavía ven en mamá
a la mejor cocinera del mundo
A David,
por las conversaciones en la cocina
y las ensaladas delante de Mad Men
INTRODUCCIÓN
Disponer de una cocina pequeña no significa que tengamos que cocinar poco ni que debamos comer mal. Pero es innegable que hay recetas más adecuadas que otras: conviene preparar los platos con pocos ingredientes, de manera sencilla y sin ensuciar demasiados utensilios.
Muchas de las recetas que encontrarás en este libro son de este estilo. De vez en cuando también encontrarás algún plato un poco más laborioso, porque tener una cocina pequeña no debe estar reñido con hacer un extra , si el plato lo vale y disponemos de tiempo y ganas.
Verás que te proponemos algunas recetas pensadas para una persona, otras para dos y otras (las que nos parecen más festivas, o más adecuadas para compartir o invitar) para cuatro comensales. Que la cocina sea pequeña —o vivir en un micropiso— no combina demasiado con tener mucha gente a la mesa, y por esta razón te presentamos recetas para pocos comensales. Evidentemente, puedes aumentar la cantidad de ingredientes si quieres hacerlas para más personas.
ORGANIZARSE EN LA COCINA
Si no contamos con demasiado espacio, la organización es básica. Hay que tener una pequeña despensa abastecida de ingredientes de larga conservación, con los cuales se pueda preparar una variedad de platos que nos permita salir del paso en cualquier momento. Las recetas que te proporcionamos aquí te pueden servir de idea, pero te invitamos a dar un paso más y practicar una cocina de recursos como la que te presentamos a continuación.
Para hacerlo, te proponemos unos cuantos ingredientes que nos parecen imprescindibles para proveer tu despensa (muchos de ellos tardan bastante en caducar y no hay que temer por si los consumimos en un periodo de tiempo demasiado largo). Por otra parte, en los apartados de «recursos» encontrarás una serie de preparaciones básicas, muchas de las cuales las puedes cocinar con antelación y conservar en la nevera o en el congelador. Se trata, por tanto, de combinar estos recursos con los ingredientes de que disponemos, para crear recetas nuevas que te permitan salir de la rutina y que puedas adaptar a tu gusto añadiéndolos a tus platos preferidos.
Así pues, te presentamos a continuación algunos ingredientes y preparaciones que conviene tener a mano por su versatilidad:
EN EL FRIGORÍFICO
(No incluimos en esta lista ingredientes más delicados como los pescados, las aves y las carnes, que conviene comprar con la mínima antelación posible.)
FRUTAS Y HORTALIZAS
Espárragos verdes: salteados, te servirán para coronar una ensalada o preparar unos huevos revueltos de urgencia, con un chorrito de salsa de soja. Con la parte menos tierna y un poco de patata, puedes elaborar una crema deliciosa y añadirle encima una cucharada de mascarpone.
Lechugas y hojas variadas (hoja de roble, lollo rosso , rúcula, canónigos, espinacas frescas): son más que versátiles en la preparación de ensaladas (en el libro encontrarás muchas ideas). Además, puedes utilizar las espinacas para hacer un rúcula puedes preparar un pesto delicioso para acompañar pasta y ñoquis.
Setas (champiñones, setas de cardo, shiitake, setas de temporada: setas de Burdeos, níscalos, rebozuelos...): si tienes miedo de que se estropeen, puedes saltearlas con un poco de ajo y perejil picados y conservarlas ya cocidas en la nevera. Añádelas a cremas de verduras, sírvelas como acompañamiento o utilízalas en la preparación de huevos revueltos y platos de pasta. También puedes añadir un poco de nata líquida y virutas de queso parmesano y utilizarlas de relleno de los canelones.
Berenjenas: puedes , albahaca fresca y virutas de parmesano hechas con un pelador.
Tomates: para enriquecer toda clase de ensaladas, preparar una
Aguacates : por su textura y su gusto, constituyen un recurso fantástico para completar ensaladas. Pruébalos en bocadillos y tostadas, como complemento del (y no volverás a comprarlo hecho nunca más).
Calabacines: perfectos en salteados de verduras,
Limas y limones: fantásticos para hacer vinagretas para ensaladas, para alegrar unas sencillas , y para dar un toque diferente a pescados y aves.
Huevos: intenta encontrarlos ecológicos (los reconocerás porque el primer número de los que llevan impresos en la cáscara es un cero), su calidad merece lo tanto, no es bueno abusar) son unos huevos fritos rotos sobre patatas fritas, que resulta todavía más espectacular si los sirves con un trozo de foie a la plancha, cocido vuelta y vuelta en una sartén antiadherente bien caliente, sin materia grasa añadida.
QUESOS
Parmesano o Grana Padano: son caros, pero en las cantidades que se utilizan y teniendo en cuenta su larguísima conservación en la nevera (bien envueltos con film alimentario), constituyen un recurso excelente en ensaladas, sopas y platos de pasta: rallado y mezclado con nata líquida, por ejemplo, te permitirá preparar unos macarrones exprés deliciosos.
Burrata: por su textura cremosa, se conserva muy poco tiempo, pero por sí misma es un entrante excelente si la acompañas con un buen tomate y unos piñones tostados, un poco de vinagre balsámico o unas hojas de albahaca fresca. Con rúcula, tomates cherry y un toque de olivada, se convierte en otro entrante que se prepara en cuestión de minutos. Si no encuentras, sustitúyela por una buena mozzarella de búfala.
Queso crem oso tipo Philadelphia: permite resolver platos de pasta de una manera muy sencilla (añádelos a unos macarrones con salmón ahumado y cebollino,.
SALSAS
Salsa olivada (o bien aceitunas de Kalamata, que podemos triturar con aceite o picar con un cuchillo): perfecta para toda clase de ensaladas. Disuelta en un poco de aceite de oliva virgen extra, puede sustituir la vinagreta en una ensalada, dar un toque diferente a un pescado o completar una tostada con trocitos de tomate, jamón y rúcula, por ejemplo.
Salsa de soja: es uno de los condimentos más versátiles: prepara una vinagreta de inspiración oriental (con cebolla rallada, zumo de limón y un toque de jengibre rallado), utilízala para condimentar un Vierte un chorro de vinagre de Módena, deja que se evapore y se reduzca, añade un poco de salsa de soja y deja que se acabe de cocer a fuego suave, durante 30 segundos más.
Mostaza a la antigua: perfecta para dar un toque diferente a las ensaladas (prepara una vinagreta mezclándola con miel, aceite de oliva y un punto de vinagre balsámico).
Mayonesa (si no la vas a consumir inmediatamente cantidad de otras salsas: prueba la combinación de mejillones al vapor con mayonesa de romesco, la tempura de calamares con mayonesa de soja, los pinchos de pollo y manzana con mayonesa de mostaza o los langostinos a la plancha con piel de lima rallada, aguacate y mayonesa de wasabi.
Nata líquida: cómprala siempre con un porcentaje de materia grasa a partir del 35%, de esta manera podrás montarla.
OTROS
Jamón serrano: un buen, recién salida del horno.
Masa brisa refrigerada : te permitirá preparar pasteles salados rápidos, como la clásica , sustituyendo un relleno por otro.
RECURSOS
y poco hecho por dentro.
helado de vainilla, resulta deliciosa.
: combina especialmente con aves, pescados y verduras al vapor. Utilízala para condimentar una ensalada elaborada con lechuga, tomate de ensalada, rodajas de pepino, aceitunas negras de Kalamata y pan de pita cortado en triángulos y frito, o bien sobre una ensalada de tomate y cebolleta picada.