La Narración Oral artística y escénica
Técnicas y recursos para iniciarse
Autor:
Juan José Severo Huertas
A mi madre, Emiliana.
A mi mujer, Teresa, por su valiosa contribución a este libro.
«Comparte tu conocimiento.
Esa es la forma de lograr la inmortalidad.»
DALAI LAMA
«Hay que devolver su valor integral a la Palabra.
Con la palabra se pinta, se hace música y muchas cosas más.
Pero, sobre todo, se HABLA.»
ANTONIO MACHADO
Índice general
Presentación
E ste libro no pretende ser un «manual de instrucciones» para que cualquiera, por su cuenta, y sin más ayuda, pueda iniciarse en la Narración Oral artística y escénica. En ningún caso podría ser así, puesto que se trata de un Arte que no se aprende en los libros, aunque estos puedan ser de utilidad. Tampoco aspira a ser un «recetario» para resolver las dudas o problemas que surjan a quienes se acerquen al mundo del «cuentacuentos».
Deseo, sencillamente, mostrar mi visión, mi experiencia y mis conocimientos del mundo de la Narración Oral, con la esperanza de que sean de provecho para quienes se inician en este Arte, e incluso también para que los narradores «avezados» puedan reafirmarse en su propia visión de la Narración Oral, contrastándola con la mía.
En todo caso, los conocimientos y los consejos que desgrano en el libro, los comparto con emoción y entusiasmo, como se debe compartir un cuento. También lo hago desde mi verdad, pero sabiendo y aceptando que cada lector tiene la suya.
Por una cuestión meramente funcional, el libro se divide en capítulos y apartados. Pero estos no son compartimentos estancos, sino que se relacionan y complementan entre sí. Los temas tratados son transversales y, por lo tanto, en todas las secciones se analiza, desde un punto de vista u otro, el Arte de la Narración Oral.
Con todo mi corazón espero que este libro sea de utilidad a quienes se acerquen a él.
Introducción
Todos contamos
B ásicamente, todos sabemos «narrar», todos «contamos». En nuestra vida cotidiana, siempre que tenemos ocasión, contamos sucesos y anécdotas que nos han ocurrido, que hemos presenciado, o que nos han transmitido. Compartimos con propios y extraños el relato de acontecimientos alegres o tristes de nuestra vida. Nos complacemos a menudo contando y escuchando, con verdadera pasión e interés: chascarrillos, cotilleos y chistes. Continuamente referimos historias, ya sean reales, ficticias, o mezcla de ambas. En mayor o menor medida, mejor o peor, todos lo hacemos habitualmente.
Así pues, parto de la premisa de que sabemos y podemos narrar. Al menos, somos capaces de hacerlo en el nivel básico o primigenio de la Narración Oral: la conversación. Es decir, una situación en la que dos o más personas se encuentran y comparten —mediante la palabra hablada— vivencias, anhelos, emociones, preocupaciones, recuerdos, esperanzas, alegrías, tristezas, etc.
Y es que, este hecho cotidiano de conversar tiene que ver con la dimensión social del ser humano, y surge de la imperiosa necesidad de relacionarnos, de expresarnos, de compartir, de comunicarnos… En definitiva, de no estar solos.
Contar con gracia
Dentro de este nivel básico de la Narración Oral —el de la conversación—, todos conocemos a personas cercanas que tienen un «don» o una «habilidad especial» para narrar. Decimos que estas personas tienen gracia, salero, chispa, talento, duende, magia, desparpajo…, y cuando narran, todos gozamos mucho con sus historias (ya sean anécdotas, relatos, cuentos, chistes, chascarrillos…).
Muchas veces disfrutamos, no tanto por lo que cuentan, sino por cómo lo cuentan. Esta es una de las primeras enseñanzas: en la Narración Oral; es más importante la manera de narrar que el contenido de lo que se narra. No es que lo segundo no tenga importancia; por supuesto que la tiene, y mucha. Pero si no sabemos contar una historia con gracia, con salero, con emoción, con duende, etc., el contenido de la misma no llegará a interesar a nuestros interlocutores. El ejemplo más claro lo vemos con el humor: un chiste «tonto», pero bien contado, tiene mucho éxito. Y, sin embargo, el mejor chiste, contado sin gracia, resulta un verdadero fracaso.
Un nivel superior de narración
De todas formas, este libro no habla de la narración oral básica o conversacional —de tipo familiar o cotidiana— sino que trata de un nivel de narración superior: la Narración Oral artística y escénica.
Si la conversación nace de la dimensión social del ser humano, la Narración Oral artística y escénica surge, además, de nuestra dimensión artística y trascendente. Supera el ámbito cercano o familiar para convertirse en un hecho social más amplio y complejo, en un acontecimiento artístico-escénico, que tiene que ver bastante con el imaginario y el inconsciente colectivo.
Formarse para ser un buen narrador o narradora
Para mantener una conversación —en la que haya narración— no es necesario estudiar ni acudir a cursos ni talleres. Sin embargo, si queremos aprender a Narrar en un nivel superior, desde lo que llamamos la Narración Oral artística y escénica, tendremos que formarnos de manera exhaustiva y rigurosa, aunque el aprendizaje debe ser siempre emocionante y placentero.
Necesitamos adiestrarnos para narrar de una forma «más profesional», para ser capaces de hacerlo (con gracia, con salero, con chispa, con desparpajo, con duende…) en ámbitos que van más allá del grupo de compañeros, amigos o familiares cercanos. Tenemos que prepararnos para ser capaces de narrar en ámbitos «escénicos». Por eso, hablo en este libro de la Narración Oral artística y escénica, para distinguirla de la narración oral en ámbitos familiares o cotidianos; y para diferenciarla también de otras formas de oralidad como pueden ser, por ejemplo, las de oradores, profesores, políticos o vendedores.
Por lo tanto, como ya somos capaces de hacer lo básico, lo que necesitamos ahora es conocer y desarrollar nuestras habilidades y recursos para poder narrar, de la forma más satisfactoria posible, todo tipo de historias y con todo tipo de público.
Este libro, propiamente, no pretende enseñar, pues el aprendizaje es tarea y responsabilidad de cada uno. Pero sí que analizo en el mismo muchos de los aspectos que intervienen en la Narración Oral artística y escénica, referidos tanto a la figura del narrador, como al cuento y a las circunstancias que rodean la narración. Mi análisis viene acompañado por numerosos y prácticos consejos que pueden servir de guía y ayuda en el proceso formativo del narrador. Pero, en ningún caso pretendo que mis enseñanzas y sugerencias —aunque las considero valiosas— sean tomadas como únicas y verdaderas, pues son producto de mi propia experiencia y de mi visión personal; y por tanto, pueden coincidir o no con las de los demás.
Sin embargo, aunque el camino para convertirse en un buen narrador debe ser transitado por uno mismo, creo que siempre viene bien contar con cierta ayuda y acompañamiento durante el trayecto.
Si aprovechamos las experiencias y los conocimientos que nos brindan los buenos narradores; si aprendemos y practicamos las técnicas y ejercicios que nos propongan los profesionales adecuados; entonces, el proceso de aprendizaje será más rápido y provechoso.
Este proceso consiste, sobre todo, en:
• Desarrollar al máximo nuestras posibilidades expresivo-comunicativas.
• Elaborar un amplio repertorio de historias para todo tipo de públicos y circunstancias.
• Encontrar nuestro auténtico estilo personal como narradores.
Formación, observación, descubrimiento y sensibilidad deben ir de la mano durante todo el camino. Y, de cada actuación, extraeremos el conocimiento necesario para mejorar y seguir avanzando en nuestro arte. Es un proceso que dura toda la vida.
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