Lo único que sabemos con certeza es que algún día moriremos. Pero antes de que llegue ese día podemos intentar hacer casi cualquier cosa.
Seguramente este librito te habrá llegado de manos de alguno de tus hijos, o como un regalo de alguien en la misma situación que tú y que yo. O puede que tú mismo hayas comprado un ejemplar porque te ha removido algo en tu interior. Hay un motivo detrás. A lo largo de tu vida has reunido multitud de cosas maravillosas: cosas con un valor que tu familia y amigos no sabrán calcular y de las que no podrán hacerse cargo.
Deja que te ayude a conseguir que tus seres amados te recuerden con cariño, y no con fastidio.
M. M.
Ordenar antes de morir no es triste
Yo estoy ahora mismo enfrascada en ordenar mis cosas antes de morir, o como decimos en sueco: döstädning. Dö significa «muerte», y städning, «limpieza, orden». Es un término que se refiere a deshacernos de todo lo innecesario y convertir nuestro hogar en un espacio ordenado y acogedor cuando creemos que se acerca la hora de abandonar este mundo.
Es tan importante que tengo que contártelo. Y tal vez pueda incluso darte algunos consejos, puesto que es algo a lo que todos tendremos que enfrentarnos antes o después. Es imprescindible si queremos ahorrarles un tiempo precioso a nuestros seres queridos cuando ya no estemos.
Así pues, ¿qué significa ordenar antes de morir? Para mí, consiste en hacer inventario de todas mis pertenencias y decidir la mejor manera de desprenderme de todo aquello que ya no quiero. Mira a tu alrededor. Es probable que muchas de las cosas que tienes lleven ahí tanto tiempo que ya ni siquiera reparas en ellas o les das valor alguno.
Creo que el término döstädning es bastante reciente, aunque la tarea en sí no lo es. La palabra se usa cuando alguien, o uno mismo, lleva a cabo una limpieza a fondo de su casa y se deshace de objetos con el fin de facilitar y despejar su vida. No tiene por qué guardar relación alguna con su edad, o con la muerte, aunque a menudo es así. Sin embargo a veces descubres que los cajones de tu casa o la puerta de la alacena apenas cierran, y si eso ocurre, decididamente ha llegado el momento de hacer algo, aun cuando solo tengas treinta y tantos. A ese tipo de limpieza también la podemos llamar döstädning, pese a que te falten muchos, muchos años para morir.
Creo que las mujeres siempre han practicado el döstädning, pero su labor no acostumbra a ponerse bajo el foco y debería estar más valorada. En mi generación y en las anteriores, las mujeres tienden a hacer limpieza cuando sus maridos fallecen y luego, de nuevo, antes de que ellas mismas se marchen. Así, aunque lo que solemos hacer siempre es limpiar después de, abordamos aquí la peculiar situación de dejarlo todo ordenado antes de… antes de morir.
Hay personas que no son capaces siquiera de aceptar la muerte. Y esas personas dejan un caos detrás de sí. ¿Acaso creían que eran inmortales?
Muchos adultos prefieren no hablar de la muerte con sus padres. No habría que tener miedo. Todos deberíamos hablar de la muerte. Y si es un tema demasiado difícil de abordar, la limpieza antes de morir puede ser una buena manera de plantear la conversación de un modo no tan brusco.
El otro día le comenté a uno de mis hijos que estaba poniendo orden en mis cosas, y escribiendo además un libro al respecto. Él quiso saber si iba a ser un libro triste o si me ponía triste escribirlo.
No, no, le respondí. No es triste para nada. Ni la limpieza, ni la escritura del libro.
A veces me hace sentir algo incómoda el poco aprecio que muestro hacia ciertas cosas de las que quiero librarme. Algunas de ellas me han servido bien. He descubierto, eso sí, que es gratificante pasar tiempo con estos objetos una última vez antes de desecharlos. Cada uno tiene su propia historia, y recordarla a menudo resulta agradable. De joven, apenas tenía tiempo de pararme a pensar el significado que un determinado objeto poseía en mi vida, o de dónde había salido, o cuándo o cómo había llegado a mis manos. La diferencia entre la limpieza antes de morir y un simple zafarrancho de limpieza es la cantidad de tiempo invertido. La limpieza antes de morir no consiste en quitar el polvo o fregar el suelo, sino que es una forma permanente de organización que hace que nuestro día a día vaya como la seda.
Ahora, cuando no estoy dando vueltas por Estocolmo, disfrutando de todo lo que la ciudad tiene para ofrecer, dispongo de tiempo para disfrutar de todo lo que mi apartamento tiene para ofrecer, que es un reflejo de mi vida.
El mundo es un lugar estresante. Las inundaciones, las erupciones volcánicas, los terremotos, los incendios y las guerras se suceden sin parar. Me deprime escuchar las noticias o leer el periódico. Me marchitaría si no pudiese combatir la negatividad de las noticias del mundo con buenos amigos, experiencias en la naturaleza, música, cosas bonitas o disfrutando sin más de algo tan sencillo como un día de sol (cosa que no abunda en el clima del norte).
Por nada del mundo querría ponerme a escribir algo triste; ya hay bastante tristeza en todas partes. De modo que espero que las palabras y las ideas que vienen a continuación te resulten útiles y entretenidas, puede que en ocasiones hasta divertidas.
Hacer tu propia limpieza antes de morir puede llegar a ser muy duro. Quizá tengas que mudarte a un sitio más pequeño por algún motivo, o que te hayas quedado sin pareja, o tal vez tengas que trasladarte a una residencia de ancianos. Estas situaciones tienden a afectarnos a casi todos en un grado u otro.
Hacer inventario de todas nuestras antiguas pertenencias al tiempo que rememoramos la última vez que recurrimos a ellas y, a poder ser, nos despedimos de algunas, no es tarea fácil para muchos de nosotros. Las personas tendemos más a acumular cosas que a tirarlas.
Pero he tenido que ordenar tantas veces después de morir otra persona, que ni por asomo obligaría a alguien a hacerlo después de mi muerte.
Cuando alguien nos deja, las cosas pueden ser lo bastante caóticas de por sí, te lo aseguro. He oído muchas historias tristes de hermanos que empiezan a reñir porque quieren el mismo objeto. Este tipo de situaciones son perfectamente evitables; podemos tomarlo en cuenta para reducir las posibilidades de que se produzcan momentos desagradables.