CINZIA ARRUZZA (Sicilia, Italia, 1976). Es profesora asociada de filosofía de la New School for Social Research de Nueva York.
Fue una de las principales organizadoras de la Huelga internacional de mujeres en Estados Unidos.
Es autora de Las sin parte. Matrimonios y divorcios entre feminismo y marxismo (2010).
TITHI BHATTACHARYA (Siliguri, India, 1971). Es profesora de historia especializada en Asia del sur y directora de Estudios Globales en la Universidad de Purdue.
Fue una de las principales organizadoras de la Huelga internacional de mujeres en Estados Unidos.
Recientemente ha editado la compilación Social Reproduction Theory. Remapping Class, Recentering Oppression (2017).
NANCY FRASER (Baltimore, Estados Unidos, 1947). Es catedrática de filosofía y política en la New School for Social Research de Nueva York, y actualmente es una de las intelectuales feministas más destacadas.
Fue una de las principales organizadoras de la Huelga internacional de mujeres en Estados Unidos.
Entre sus publicaciones se distinguen ¿Redistribución o reconocimiento? Un debate político-filosófico, con Axel Honneth (2006), Escalas de justicia (2008), Fortunes of feminism: from state-managed capitalism to neoliberal crisis (2013) o Capitalism: a conversation in Critical Theory, con Rahel Jaeggi (2018).
Para el Colectivo Combahee River,
que imaginó el camino en etapas tempranas,
y para las luchadoras feministas polacas y argentinas, que abren hoy otros nuevos.
Título original: Feminism for the 99 Percent. A Manifesto
Cinzia Arruzza & Tithi Bhattacharya & Nancy Fraser, 2019
Traducción: Antoni Martínez-Riu
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
Notas
[1]Lean in (en inglés: inclinarse [como movimiento corporal] o atreverse [como metáfora por atreverse, arriesgarse]) es un término acuñado por Sheryl Sandberg en su libro Lean In: Women, Work and the Will to Lead, traducido al castellano como Vayamos adelante (lean in): las mujeres, el trabajo y la voluntad de liderar, trad. de Eva Cañada Valero, Barcelona, Conecta, 2013. (N. del T.)
[2] En castellano en el original. (N. de la E.)
[3] En castellano en el original. (N. de la E.)
[4] El término que utilizan las autoras es environmentalist: en el entorno anglosajón, environmentalist significa «activista», mientras que ecologist se refiere a la ciencia o teoría de la ecología. En castellano, en cambio, la diferencia entre «ambientalista» y «ecologista» remite a si se considera que los problemas ambientales pueden ser resueltos dentro de la racionalidad económica del mercado o no. La postura ambientalista propone correcciones de mercado, mientras que la ecologista sostiene que son necesarios cambios estructurales en la racionalidad económica capitalista para afrontar el desafío ambiental. Por ser la primera postura la que mantienen las autoras, además de uso común en el castellano para referirse al activismo, hemos vertido el término como «ecologista». (N. de la E.)
[5] En castellano en el original. (N. de la E.)
[6]Sisterhood. Con este término, el feminismo designa desde los años sesenta la hermandad solidaria entre mujeres como iguales que pueden aliarse, compartir y cambiar la realidad, debido a que todas, si bien de modo distinto, han padecido alguna clase de opresión por el mero hecho de ser mujeres. El debate feminista a partir de la Tercera Ola, con el concepto de «interseccionalidad» de Kimberlé Williams Crenshaw, incorpora la crítica de que habría que tener en cuenta su intersección con otros sistemas de dominación, como la etnia, la clase, la especie, la discapacidad. (N. de la E.)
[7] En castellano en el original. (N. de la E.)
Vivimos hoy una crisis de la sociedad en su conjunto. El capitalismo, más allá de sus problemas económicos, también alberga contradicciones y desequilibrios de tipo ecológico, político, social y reproductivo: viviendas inasequibles, violencia policial, imperialismo, salarios insuficientes, etc.
Sin embargo, estos temas son obviados por las políticas del feminismo actual, que difunde una versión elitista y corporativa para proyectar una apariencia emancipadora sobre un programa oligárquico y depredador: un feminismo solo apto para la poderosa minoría acomodada.
Este manifiesto tiene un propósito: llevar a cabo una operación de rescate y corrección de rumbo para reorientar las luchas feministas hacia el resto de la población, y proponer con ella una reorganización total de la sociedad.
El feminismo no debería detenerse con ver a las mujeres representadas en la cima de la sociedad, sino que debe involucrarse en las perturbaciones políticas, la precariedad económica y el agotamiento socioreproductivo. Para resolver la crisis actual, que es una crisis social total, hace falta otro feminismo, un feminismo para el 99 por ciento.
Cinzia Arruzza & Tithi Bhattacharya & Nancy Fraser
Manifiesto de un feminismo para el 99 %
ePub r1.0
Titivillus 14.10.2020
TESIS 11
El feminismo para el 99 % llama a todos los movimientos radicales a unirse en una insurrección común anticapitalista
Las feministas para el 99 % no actuamos aisladas de otros movimientos de resistencia y rebelión. No nos desentendemos de las batallas contra el cambio climático o la explotación en el lugar de trabajo. Tampoco estamos al margen de las luchas contra el racismo institucional y el desahucio. Esas luchas son nuestras luchas, parte integrante de la lucha por desmantelar el capitalismo, sin la cual no puede haber final para la opresión de género y sexual. Para nosotras, el resultado es claro: el feminismo para el 99 % debe unir fuerzas con otros movimientos anticapitalistas extendidos por todo el mundo: con movimientos ecologistas, antirracistas, antiimperialistas, el colectivo lgbtq+ y los sindicatos. Debemos aliarnos, sobre todo, con las corrientes anticapitalistas de izquierda de todos los movimientos que también defienden el 99 %.
Este camino nos enfrenta directamente a las dos opciones políticas principales que el capital ofrece ahora. Rechazamos no solo el populismo reaccionario, sino también el neoliberalismo progresista. En realidad, pretendemos construir nuestro movimiento dividiendo esas dos coaliciones. En el caso del neoliberalismo progresista, nuestro objetivo es separar la masa de mujeres de clase trabajadora, inmigrantes y personas de color de las feministas lean in, de los antirracistas y homófobos meritocráticos, y de la diversidad corporativa y los engaños del capitalismo verde que secuestró sus intereses y los moduló en términos favorables al capital. Con respecto al populismo reaccionario, nuestro objetivo es separar las comunidades de la clase trabajadora de las fuerzas que promueven el militarismo, la xenofobia y el etnonacionalismo, que se presentan falsamente a sí mismas como defensoras del «hombre común», mientras que promueven a hurtadillas la plutocracia. Nuestra estrategia es ganarnos las fracciones de la clase trabajadora de ambos bloques políticos procapitalistas. De esta manera, buscamos construir una fuerza anticapitalista suficientemente grande y poderosa que pueda transformar la sociedad.