Desde la sombra la luz
Pasajes de mi vida
WILLIAM MORALES CORREA
Derechos compartidos para esta edición William Morales Correa 2015 y La Casa Editora de Puerto Rico
Desde la sombra la luz
Pasajes de mi vida Edición: ángel m agosto
Diseño de portada por Orlando Vallejo Obra de Orlando Vallejo “Sitio Anárquico II” Óleo sobre tela, 40" x 34"
ISBN:
Colección TestimonioApartado Postal 1393
Río Grande, Puerto Rico 00745
lustrodegloria@gmail.com
www.lacasaeditoradepuertorico.simplesite.com lustrodegloria@yahoo.es
Hecho en Puerto Rico
Primera edición, 2015
OBRA REGISTRADA EN CENTRO NACIONAL DE DERECHO DE AUTOR NUMERO: 3597-11-2014
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DEDICATORIA:A mis seres queridos A todos los que han creído en mí A la luz que guía nuestros pasos
Desde la sombra la luz
Pasajes de mi vida
WILLIAM MORALES CORREA
Índice
11 Prólogo
19 Introducción
23 El barrio
47 Mi otro yo
65 Un sueño truncado
69 La vida continúa
111 Malas jugadas 117 Otra nueva batalla
131 Continúan las injusticias
149 De nuevo la cárcel
177 Visitas, intrigas y desmanes
197 Un mundo surreal
213 La salida
227 Epílogo
235 Apéndices
Gesta sin precedentes
La vida que nos narra en estas memorias William (Guillermo) Morales Correa, se desarrolla y nos muestra, desde su infancia, el complicado proceso de la formación de un hombre, su sentido de pertenencia y los serios conflictos de afirmación, autoestima y reconocimiento personal para identificar sus raíces y su nacionalidad. Se trata de un hombre que ha logrado, en la historia de las luchas anticoloniales de finales del siglo XX en América, aportar un cúmulo de actos heroicos liberadores. Acusado y convicto, sin reconocerle la legitimidad de las defensas que el Derecho Internacional acepta sin reparos en todas las luchas descolonizadoras. Una explosión lo mutila, dejándole sin manos, desfigurando su rostro, y casi sin voz. Pero la voz de los pueblos no puede acallarse. En una gesta sin precedentes, escapa de su cautiverio por una ventana de seguridad de un hospital multipisos. José Enrique Colón
PRÓLOGO
"Dos misterios absorben la mente de tu padre: el misterio del agua y el misterio de la ternura. ¿Qué misterio encierra el agua que Dios la escogió como elemento para la transmutación del alma? La ternura, en una criatura ingenua como tú, es la omnipotencia que con su Majestad de amor nos subyuga."
Dr. Pedro Albizu Campos
Las tres oraciones antes citadas fueron escritas el 13 de agosto de 1936, por el dirigente político puertorriqueño más abnegado y sacrificado de la vida política puertorriqueña en el pasado siglo XX. Don Pedro Albizu Campos dirigió estas palabras a su hija Rosa Albizu Meneses mientras permanecía detenido en la cárcel 'La Princesa', una prisión colonial española, situada al margen de las murallas del Viejo San Juan. El dirigente nacionalista y abogado, estaba acusado de conspiración sediciosa para derrocar el poder colonial ejercido por el gobierno de Estados Unidos sobre nuestro país. En estas palabras, tan íntimas como místicas, el Dr. Albizu Campos devela, y nos revela, una puerta a su mundo interior que muestra la solidez y base de su fortaleza para dedicar toda una vida a la lucha por la liberación colonial. Un combate, no solo en contra de las estructuras externas que políticamente organizan la ilegalidad de la colonia, sino de su incansable esfuerzo por liberar la conciencia de la nacionalidad sometida a la idea de que la desigualdad es genética, natural, y esencial a nuestra naturaleza humana puertorriqueña. Harriet Tubman una mujer negra, luchadora antiesclavista norteamericana, dirigente del proyecto clandestino para liberar esclavos del sur hacia estados abolicionistas, conocido como el "underground railroad" lo indicó con mayor claridad al responder a la afirmación de que liberó a cientos de esclavos. Es cierto que he liberado a cientos, decía, pero hubiera liberado a miles si hubieran tenido conciencia de que eran esclavos.
La vida que nos narra en estas memorias William (Guillermo) Morales Correa, se desarrolla y nos muestra, desde su infancia, el complicado proceso de la formación de un hombre, su sentido de pertenencia y los serios conflictos de afirmación, autoestima y reconocimiento personal para identificar sus raíces y su nacionalidad. Se trata de un hombre que ha logrado, en la historia de las luchas anticoloniales de finales del siglo XX en América, aportar un cúmulo de actos heroicos liberadores. Acusado y convicto, sin reconocerle la legitimidad de las defensas que el Derecho Internacional acepta sin reparos en todas las luchas descolonizadoras. Una explosión lo mutila, dejándole sin manos, desfigurando su rostro, y casi sin voz. Pero la voz de los pueblo no puede acallarse. En una gesta sin precedentes, escapa de su cautiverio por una ventana de seguridad de un hospital multipisos. Permanece ocho años en México entre el clandestinaje y la cárcel. Sin preocuparse de su seguridad personal, se integra a la lucha del Frente Zapatista
Harriet Tubman
y, en una maniobra fallida de los EEUU, intentan su captura. En el intento morirían zapatistas y un agente del orden público. El estado mexicano lo detiene, lo encarcela y lo acusa. Los Estados Unidos exigen su extradición. La política internacional, por conflictos que comprometieron seriamente las relaciones México-EEUU, interviene a favor de William. La copa se colma cuando el poder judicial norteamericano reconoce el secuestro de ciudadanos mexicanos como un arma legal para someterlos a juicio penal en una corte federal de California. El derecho de no extradición conferido a William Morales Correa en México, fue el resultado de la histórica lucha de nuestro pueblo a su autodeterminación. Su posterior acogida en Cuba confirma, en su caso, el vínculo inseparable de la lucha de nuestro archipiélago antillano.
El misterio del agua al que se refiere Albizu Campos, no le es ajeno. Una simple desobediencia infantil casi termina con su vida en las aguas de la piscina en el parque Jefferson. Luego, en los primeros años de su adolescencia, el misterio del agua lo rescata y fue, para el joven William, "su salvación de muchas cosas desagradables... y escape a todo aquello que le pudiera hacer daño."
Nuestro país, habiendo sido invadido el 25 de julio de 1898 pasando del decadente control colonial español al emergente imperio norteamericano, quedó sujeto a una dictadura militar por cerca de dos años, hasta que el Congreso federal autorizó el control colonial civil y, posteriormente, unos quince años más tarde lo retoca y 23 años después lo bautiza con otro nombre, sin un cambio jurídico sustancial en la relación política, designándole como un estado libre y asociado a la magna federación americana. La lucha anticolonial de nuestro país ha sido un proceso continuo e incesante. Los conflictos creados por la diversidad de propuestas para lograr nuestro objetivo, no han sido menos importantes. La migración de una cuarta parte de nuestra población hacia el norte, y nuestra incesante presencia militar en todos y cada uno de los conflictos bélicos en los que los Estados Unidos han sostenido en el siglo 20 y lo que va del 21, forman parte de la bipolaridad colonial que acepta sin reparos la violencia contra todo aquel país o ciudadano que sea declarado enemigo de los Estados Unidos, pero condena todo acto dirigido contra el control del poder colonial sobre el país.