Luis Fernando Caminero López de Lerma
Relajacionándonos
Tus herramientas para cuerpo, mente y corazón
Introducción
A LAS MADRES Y PADRES, EDUCADORES Y DOCENTES
Este es un material fruto de la inspiración, el amor por la educación holística y muchas horas de estudio y práctica en un máster diario en este ámbito: ser padre.
Está creado porque estoy convencido que es posible mejorar los resultados del proceso educativo, renovando y enriqueciendo el camino para llevarlo a cabo, dedicando más tiempo y recursos a las necesidades que tenemos hoy en día.
Si sales a la calle, escuchas las noticias, tomas algo con los amigos, parece que nos estemos tragando una píldora común desilusionante y que produce efectos primarios y secundarios hacia el desaliento y la ansiedad, la desidia y falta de compromiso por hacer algo que nos haga realmente felices.
Cuando somos pequeños se nos dice que cuando seamos mayores lo entenderemos todo. Y vamos creciendo y vamos comprendiendo el significado de:
—Preocupación: ocuparse antes de; aunque en la mayoría de los casos lo que nos preocupe no suceda.
—Cara vinagre: dícese de la expresión que se va adoptando conforme vamos cumpliendo años.
—Ansiedad: se siente generalmente en la zona del pecho y es lo más parecido a estar viendo mucha de la programación de televisión, sin moverte durante doce horas.
—Vacío: puede ser existencial, moral o mental. En los tres casos, te sientes como un borrego siguiendo a más borregos.
—Estrés: es la sensación de querer y no poder.
Algunas cosas el ser humano las trae de serie, como por ejemplo la búsqueda de quién somos, de dónde venimos, de qué estamos hechos y cómo es el universo que nos rodea. Pero generalmente nos da por buscar exteriormente llenándonos de conocimientos, titulaciones, trabajando en todo lo que pueda producir dinero, para con ese dinero comprarnos artilugios, coches, casas, apartamentos en la playa y unas cuantas pantallas en forma de teléfono, ordenador, tablet, y video consola, que por cierto no sirve demasiado para «consolar» nuestros deseos, que quizás no pasen exclusivamente por tener, sino que debamos ir más hacia el Ser.
Reflexionemos
¿Qué está pasando con los niños y niñas de hoy?
Las características ya desde su nacimiento son muy diferentes a generaciones anteriores. Los niños nacen con un nivel de alerta asombroso, nacen con los ojos bien abiertos y lo miran todo a su alrededor. No llevan las manos cerradas en puño como antes, en general nacen con las manos abiertas y relajadas.
Niños con ocho meses pronuncian palabras y componen frases enteras a los catorce meses. Niños con tres años son capaces de contar hasta el mil y desde el mil hasta el cero. Parece que muchos niños vengan con un manual integrado de cómo usar un aparato electrónico. Algunos presentan talentos innatos difíciles de explicar. Muchos son niñas y niños con un coeficiente intelectual muy elevado, además de tener unas «capacidades sensoriales especiales».
Los profesores están contendiendo con niñas y niños que no pueden estar sentados sin moverse, que les cuesta estar atentos y que tienen capacidad para «reventar» el sistema de aprendizaje.
Padres, profesores ya no saben cómo manejar la energía que tienen en las casas, en los colegios y en los institutos.
¿Qué está pasándonos?
Es tan sencillo y obvio como que el ser humano está evolucionando. Estamos asistiendo a un cambio generacional que como todo cambio lleva consigo resistencias, revuelos y adaptabilidad, y aquí es donde está la clave para el desarrollo de una educación nueva: adaptarse a los nuevos tiempos educativos, al igual que lo hacemos en otros ámbitos.
Trabajar con nuevas habilidades y estrategias para un aprendizaje inteligente que enseñe a vivir una vida plena, equilibrada y feliz.
Nuestra labor es ser facilitadores para un sano desarrollo integral de los chicos y chicas, entendiendo, comprendiendo y disfrutando del nuevo giro que está ocurriendo.
No podemos esperar a que nos den los cambios hechos, tenemos que propiciarlos desde el desarrollo personal, desde el ejemplo enseñamos más que desde las palabras.
A los padres nos vendría bien relajarnos un poco, dejar de ser tan PADRES llenos de cosas para enseñar y proteger, y disfrutar más de los hijos, sin tantas tensiones, recordando cómo éramos nosotros de pequeños, qué sentíamos y qué necesitábamos.
«Es deber de los padres preparar a sus hijos para el camino, nunca preparar el camino para sus hijos».
A los docentes, profesores y maestros les cambiaría su día a día si volviesen a soñar, a pensar por qué decidieron ser docentes y trabajar con niños. Que sientan el privilegio que es poder ayudar, acompañar, educar y enseñar a los que crearán nuestro futuro.
Hoy los niños vienen al mundo queriendo aprovecharlo para cosas más profundas que el mero consumo que esta sociedad vive constantemente, con la pérdida de valores que eso ha conllevado.
El gran privilegio que tiene un docente es poder poner una semilla en una «tierra fértil «para que vaya dando los frutos que pueda en cada momento, respetando las vicisitudes y «contratiempos del tiempo», que a veces impedirán florecer y producir conforme a nuestras expectativas, que por cierto deberíamos revisar más a menudo.
Y para esto, la prioridad es capacitarnos como adultos que estamos al cuidado de los niños, para estar «en forma emocionalmente», gestionar adecuadamente los procesos personales, y aprender a «manejarse» y manejar las tensiones de forma hábil, y desde ahí luego enseñar las técnicas a los propios niños.
No nacemos enseñados, todos estamos aquí aprendiendo y evolucionando a través del trabajo diario. Nunca hay que desanimarse. Cada circunstancia es una oportunidad para aprender.
El entusiasmo, la empatía, una actitud positiva, la creatividad y una cierta sensibilidad para cómo hacer las cosas, transforma las circunstancias adversas que van surgiendo.
Si hay un error, es pensar que los profesores están en una parte, los padres en otra y los niños en una diferente.
La unión, el esfuerzo, el diálogo entre todas las partes, es la clave de algo holístico, algo que lleva directamente hacia un entendimiento que necesita cada uno para disfrutar, y sentir que todos formamos un conjunto global que tiene como objetivo el BIEN-ESTAR.
El Dr . Shichida dice: «Si usted ama a su hijo, ya le está enseñando»
Al igual pasa con un profesor que ama su trabajo, ya está enseñando.
Para ellos y para todo aquél que quiera descubrir y descubrirse, he creado este método con recursos para ayudarnos a vivir más plenamente.
Yo me descubro ante ti por dedicarte a la docencia y sólo recordarte que tu labor es vital en nuestro presente y futuro.
Esta es mi semilla .Con humildad y un profundo agradecimiento a la vida y a mis hijos por mostrarme las cosas tan de frente, tan de frente, que a base de chocar y chocar, voy comprendiendo.
Vivimos un momento importante con todo lo que está ocurriendo en este mundo vertiginoso. Debemos dar la vuelta a la tortilla y aprovechar todo lo que nos sucede para girar hacia una vida más plena y llegar a tener un mundo mejor, no como utopía, sino como una realidad que parta del compromiso de cada uno por cambiar y evolucionar en sí mismo.
Ver la vida desde otras perspectivas de plenitud y desarrollo personal es el camino para poder llegar a entender «qué queremos ser de mayores» y preguntarles a los niños ¿qué quieren ser de pequeños?
¿ Qué quieres ser de pequeño ?
Es lo que deberíamos preguntarles a los niños más a menudo, en vez de estar siempre diciéndoles, ¿qué quieres ser de mayor?. Y dale, dirá el niño, no me dejan ni poder estar en presente, que tengo que estar siempre pensando qué seré, y yo qué sé, ayúdame tú a descubrirlo, en vez de estar dándome obligaciones, tareas agobiantes y métodos educativos cambiantes, colorantes, que no hacen más que vayamos como borregos por la vida.
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