De Vecchi Ediciones participa en la plataforma digital zonaebooks.com Desde su página web ( www.zonaebooks.com ) podrá descargarse todas las obras de nuestro catálogo disponibles en este formato. A. 2012 Avda. 2012 Avda. Diagonal, 519-521 - 08029 Barcelona Depósito legal: B. 28.181-2012 ISBN: 978-84-315-5440-8 Editorial De Vecchi, S. A. de C. V. Sta. Sta. María Ribera 06400 Delegación Cuauhtémoc México Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o trasmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso escrito de DE VECCHI EDICIONES. Introducción En el tercer milenio, cuando en la vida diaria y la sociedad se han producido tantos cambios, ya no es concebible tener que pasar muchas horas en la cocina para preparar platos laboriosos que exigen mucho tiempo. Crece rápidamente el número de personas que viven solas y que solas deben hacerse cargo de los quehaceres cotidianos. En las familias tradicionales también se ha producido una redistribución del tiempo que se dedica a la preparación de la comida, ya que a menudo muchos de sus componentes trabajan fuera de casa. El tiempo es cada vez más valioso para todos, puesto que el ritmo de vida se ha vuelto frenético, debido a la multiplicación de obligaciones y a las exigencias de las horas laborales. Por eso, el tiempo que debe dedicarse a los fogones cada día se ha reducido al mínimo indispensable, ya que, en muchos casos, incluso cuando se dispone de tiempo, se prefiere ocuparlo en otras cosas. Sin embargo, la cocina rápida no significa una renuncia a comer bien: la buena mesa es un placer fundamental, que alegra la vida y consolida las relaciones entre las personas. La cocina rápida no debe restar validez al resultado, e incluso puede permitir que se invite a cenar o a comer a amigos más a menudo, sin revolucionar las propias costumbres diarias preparando platos complicados e interminables. El reto: cocinar rápido y bien El reloj parece ser más que nunca nuestro tirano, y nos impone a casi todos unos ritmos de vida imposibles; tiempo y calma se han convertido en unos «ingredientes» difíciles de aplicar, porque todos somos presa de las obligaciones, de intereses siempre renovados y de la esforzada carrera para arreglárnoslas entre compromisos, citas y plazos. La cocina también se ha adaptado a este estilo de vida y ha conocido, gracias a la extraordinaria revolución tecnológica, modificaciones y transformaciones, sobre todo en los métodos de cocción. Se han eliminado los platos con una elaboración demasiado larga y complicada y, en cambio, se ha abierto la puerta a una cocina más simple, más sana, más rápida y más acorde con nuestra época. Hoy en día, se pueden cocinar los alimentos en periodos de tiempo muy breves con resultados no sólo satisfactorios, sino incluso mejores para la protección de la salud, y resolviendo el apremio diario de hacerlo rápido y bien. En otras palabras, el menor tiempo que se dedica a la cocina no debe ser en detrimento de su calidad, sino que debe estimular la creación de platos apetitosos, en la que son parte muy importante el cuidado y una pizca de fantasía, para no tener que comer alimentos monótonos, insípidos, que destruyen el sacrosanto placer del paladar, sino variados, sabrosos, agradables y bien presentados. Con un poco de buena voluntad y el conocimiento de aromas, sabores y colores que el mercado pone a nuestra disposición en cualquier temporada, se puede transformar un plato simple y banal en una especialidad muy efectiva, decididamente agradable y apreciada. Cocinar bien y en poco tiempo da, a todo el mundo, a la mujer que está en casa, a la que trabaja fuera de casa o al hombre que quiere arreglárselas sólo, la posibilidad de ahorrar tiempo para dedicarlo a otros compromisos, sin sacrificar ni el sabor ni la imaginación, sin cansarse demasiado ni verse obligado a la repetición de recetas, manteniendo vivo de ese modo el momento de la comida como joya de la convivencia. Utensilios para ahorrar tiempo Existen en las tiendas aparatos, accesorios y pequeños electrodomésticos que ayudan a agilizar el trabajo disminuyendo de forma drástica los tiempos de preparación y de cocción de los alimentos. Estos utensilios permiten, por una parte, redescubrir recetas que, en caso contrario, no podrían realizarse, ya que su ejecución completamente «manual» requiere demasiado trabajo; por otra parte, permiten preparar platos exquisitos y originales. Obviamente, antes de enredar la cocina con aparatos que se utilizarán pocas veces, sería conveniente considerar exactamente lo que se quiere cocinar, cuáles son los gustos generales de la familia, etc. Podría servir de ayuda una visita a varias tiendas de artículos y electrodomésticos para el hogar. Por último, es necesario recordar que sólo una organización racional del espacio y las herramientas pueden evitar esfuerzos inútiles y extenuantes búsquedas de lo que se necesita, y que para nuestra propia integridad es preciso seguir con atención las instrucciones de los diferentes aparatos. Entre los electrodomésticos de cocina más importantes se encuentran, sin duda alguna, el robot, las trituradoras y las batidoras. En las tiendas especializadas se pueden encontrar numerosos modelos y marcas, con muchas combinaciones de accesorios con las funciones más dispares: triturar, amasar, batir, montar, cortar en lonchas, filetear, trocear, homogeneizar, rallar, centrifugar, moler, pelar, exprimir, etc. Sea cual sea la elección, que puede ser de varios aparatos o de un modelo que tenga todas o la mayoría de las funciones, se aconseja también una trituradora o un accesorio para picar cantidades pequeñas, como las hierbas aromáticas, etc. Por otra parte, es preciso tener en cuenta para la disminución de los tiempos de cocción dos electrodomésticos ahora difundidos muy ampliamente en la cocina: la olla a presión y el horno microondas. Mientras la olla a presión permite un ahorro medio del 40 % del tiempo, el tiempo de cocción en el microondas puede verse reducido hasta el 90 %, ya que varía en función de la cantidad de alimentos. Es especialmente eficaz en la cocción de pequeñas cantidades de un determinado ingrediente o de platos para pocas personas. En el caso del microondas, se plantea sólo el problema de la elección entre modelos tradicionales y otros modelos más innovadores, que combinan parrilla y cocción tradicional, que dan resultados excelentes en muchos platos. Por último, deben tenerse en cuenta las funciones a las que, durante años, se han visto limitados casi exclusivamente los hornos microondas, descongelar y calentar los platos congelados: un recurso para los que tienen poco tiempo o para afrontar una imprevista llegada de invitados. En cuanto a los sistemas de cocción tradicionales, estaría bien dar preferencia a las ollas de buena calidad, que con una buena difusión del calor permiten cocciones homogéneas sin necesidad de que estemos delante todo el tiempo. Los materiales refractarios (cristal, porcelana, terracota), que se consideran estéticamente más aceptables y también son apropiados para servir, son adecuados para la cocción en el microondas, mientras que si se utilizan en los fogones tradicionales aumenta ligeramente el tiempo de cocción. |