Equipo de expertos Cocinova COCINA SIN GRASAS RICA Y SABROSA (COLECCIÓN COCINA) EDITORIAL DE VECCHI A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U. A. 2020 © [2020] Confidential Concepts International Ltd., Ireland Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA ISBN: 978-1-64699-818-0 El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. 2020 © [2020] Confidential Concepts International Ltd., Ireland Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA ISBN: 978-1-64699-818-0 El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios.
La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270) Índice
INTRODUCCIÓN
Cocina sin grasas no es otra cosa que una invitación a vivir más y mejor. Está científicamente comprobado que, actualmente, se come de manera errónea, hasta el punto de que la causa de las enfermedades más frecuentes se encuentra en la alimentación, en la mala alimentación a la que el organismo es sometido casi a diario. La alimentación ha experimentado considerables cambios si se compara con la de nuestros antepasados más cercanos. Estos cambios, tanto cualitativos como cuantitativos, a los que al organismo le cuesta adaptarse, son la explicación del incremento de enfermedades crónico-degenerativas, como los cánceres, los trastornos metabólicos y cardiovasculares, la artrosis, etc. El error más frecuente que normalmente se comete en el campo alimenticio y nutricional es que se ingiere un número de
calorías decididamente excedente respecto a las necesidades diarias.
Los hombres no deberían superar las 3.000 o las 3.500 calorías/día, mientras que las mujeres se deberían mantener entre las 2.000 o las 2.500 calorías/día. Si se tiene en cuenta que la vida se ha hecho mucho más cómoda y más sedentaria que en tiempos pasados, que se camina mucho menos, que suelen utilizarse los ascensores en lugar de subir las escaleras a pie, que se hace un uso indiscriminado del automóvil, etc., se están reduciendo las posibilidades de combustión de las calorías ingeridas, con lo cual, la acumulación de ellas en el organismo es diario. Cada caloría no metabolizada se traduce, inevitablemente, en una acumulación, que causa, en primer lugar, un exceso de peso y, en segundo, un serio problema de obesidad. Esta situación afecta, al menos, al 3% de la población adulta y, además del aumento de peso, acarrea otras situaciones patológicas: hipertensión y diabetes, como consecuencias más frecuentes, pero se dan también tumores y enfermedades en los huesos, etc. El hecho de que se come demasiado y mal está latente. Los motivos que llevan a ello son múltiples, aunque casi siempre son los mismos: estrés acumulado durante la jornada laboral, estados de ansiedad o de insatisfacción, carencias afectivas, etc.
Su compensación espontánea se traduce en comer más de lo necesario, especialmente dulces, caramelos, chocolates, así como comer indiscriminadamente entre horas. Sin embargo, no se adquieren más calorías de las que se necesitan tan sólo por un exceso de alimentos en nuestra dieta, sino también porque estos son cualitativamente pobres y porque, además, se ingieren demasiado deprisa. La primera digestión debe realizarse en la boca, durante la masticación: una masticación lenta y regular hace que el complicado mecanismo de la saciedad limite la introducción de alimentos. Este mecanismo está regulado por los estímulos mecánicos de la boca y del estómago y por los estímulos químicos que tienen lugar durante la digestión del alimento (por ejemplo, la concentración de glucosa en la sangre), así como por los estímulos térmicos que llevan a alcanzar la temperatura corporal adecuada. La estrecha relación que existe entre estos factores comunica al cerebro la sensación de saciedad. Se requieren algunos minutos para que el mecanismo de la saciedad entre en funcionamiento: por este motivo, es conveniente comer lentamente y masticar durante mucho tiempo.
En caso contrario, se introducen en el organismo demasiadas calorías, sin que el cerebro tenga tiempo de captar la señal de saciedad y pueda transmitirla al cuerpo. Las proteínas y las grasas Las proteínas son fundamentales en la alimentación humana porque proporcionan aminoácidos, unas sustancias necesarias para la formación y el desarrollo de los tejidos. Se dividen en: a) Proteínas animales, que se hallan en la carne, el pescado, los huevos, las aves, la leche, los quesos y los embutidos. Se trata de proteínas completas, es decir, que contienen todos los aminoácidos necesarios para el organismo y ofrecen, por consiguiente, un extraordinario aporte de energía; pero deben dosificarse con atención para evitar una sobrecarga de sustancias de difícil eliminación, que se traduciría en una acumulación de grasa o en una excesiva producción de sustancias de desecho. b) Proteínas vegetales, que se encuentran en los cereales, las legumbres, las semillas y los frutos secos, el pan y la pasta. Poseen un contenido biológico inferior al de las proteínas animales, lo cual permite combinarlas con alimentos complementarios que aumentan su valor energético sin provocar peligrosas acumulaciones.
Esto es válido, por ejemplo, en la combinación de pasta o arroz con legumbres o de cereales con derivados lácteos. Un gramo de proteínas proporciona 4 calorías. Las grasas (o lípidos) son útiles para el organismo porque proporcionan energía de reserva, contribuyen al mantenimiento de la integridad de las membranas celulares, favorecen el metabolismo del colesterol y la absorción de las vitaminas A, D, E y K. Lo que las hace negativas es su excesivo uso, ya que las funciones que desarrollan las grasas requieren una cantidad inferior a la que normalmente introducimos en el organismo. En nuestro país se comen demasiadas grasas, con lo que se fomenta, sin tenerlo presente, la acumulación de tejido adiposo, el riesgo de cánceres y el depósito de grasa en las paredes internas de las arterias; la cantidad ideal diaria de grasas debería ser del 20 o del 25% del total de las calorías ingeridas. Normalmente, las grasas se introducen en forma de condimento (aceite, mantequilla, margarina), o como parte oculta de otros alimentos: la carne contiene de un 5 a un 35%, el queso de un 15 a un 37% y las nueces incluso más de un 60%.
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