Ismael Cala - Fluir para no sufrir / Flow, Dont Suffer

El líder bambú ancla la integridad a través de su humildad, simplicidad y coherencia.

M e gustaría comenzar este viaje de once estaciones por el punto de partida fundacional y el principio de los principios. La integridad es aquello que da sentido a un todo desde la unión y amalgama de sus partes, que sumadas dan algo mucho más grande que su valor como piezas individuales. Porque, como todos sabemos, dentro de un huevo no hay solo yema y clara, sino la posibilidad de una tortilla y numerosas combinaciones culinarias.

Quiero contarte una historia personal de cuando me sentí verdaderamente íntegro. Es decir, que dentro de mí no había solo huevo y clara, sino los ingredientes para crear algo más grande, elevado y coherente. Corría 2016 y ya llevaba cinco años y medio haciendo el programa Cala para CNN en Español, al cual estaré siempre muy agradecido. Fueron años de felicidad donde me sentí realizado como periodista y comunicador. Había cumplido el sueño de aquel joven que en 1997 veía la señal en los monitores internos del Instituto Cubano de Radio y TV, donde trabajaba en Cuba y se dijo: “Algún día voy a trabajar ahí”.

En 2016 había empezado un proceso dentro de mí. Había comenzado a autoexplorarme más profundamente, a conocerme, a meditar, a interesarme por temas como la consciencia y el alto rendimiento humano. El programa era todo un éxito, sin embargo, empecé a sentir que el mundo de las noticias me asfixiaba y me dejaba perturbado por su naturaleza repetitiva y tóxica. Llegó un momento en el que Cala, el personaje, que además daba nombre al show, era más visible y preponderante que Ismael, el verdadero ser humano con el que convivía cuando las luces se apagaban y estaba a solas frente al espejo. Y ese dialogo privado cada día me iba mostrando una grieta que debía cerrar si es que quería ser feliz y congruente con lo que sentía.

Fue ahí que me di cuenta de que tenía que ser íntegro y coherente conmigo, y que desde el corazón había un llamado que me decía: “Haz una pausa en esto. Abandona temporalmente este éxito porque, en realidad, el gran éxito es que te explores más, que te conozcas más, que viajes por el mundo, que descubras culturas, que sigas aprendiendo sobre lo que no te dieron en tu educación tradicional”.

Ninguna de las cosas aprendidas (ya adulto) para elevar mi estado de consciencia me las impartieron en la escuela o en la universidad, donde nos prepararon más bien para ser entes productivos y para entender lo de afuera, pero no lo de adentro. Entonces, al uno elevar su nivel de consciencia, necesita tomar decisiones más elevadas que lo lleven a los resultados elevados que uno espera. Ninguna solución llega si no cambiamos el nivel desde donde se generó el conflicto o la necesidad, parafraseando al maestro Albert Einstein.

No fue fácil ese proceso. Me costó más de seis meses y noches de insomnio tomar la decisión de no cumplir con el plazo estipulado por un contrato. Nadie me apoyaba en este inicio, ni mi propia madre ni mis amigos. Con la mejor de las intenciones mis seres más cercanos no querían que perdiera el estatus que había alcanzado invirtiendo tanto tiempo. Tomó tiempo que entendieran que no sería un “suicidio profesional”, como muchos vaticinaron.

Y la verdad es que fue una de las decisiones más complejas pero íntegras que he tomado en mi vida, porque puse mi alma a dirigir los próximos pasos, inciertos, pero, al mismo tiempo, llenos de la certeza de que era una decisión coherente. Había prevalecido lo que yo quería desde lo profundo del corazón, aunque el ego siguiese dando pataletas.

Hay algo que recordar: donde no está tu pasión, la vida empieza a sentirse como a contracorriente, como una lucha, como un esfuerzo desmedido. A diferencia de esto, el alma siempre fluye con tu pasión y propósito verdaderos. Y yo siento que integridad es hacer el esfuerzo correcto para que todo fluya en dirección a la FUENTE. Solo de este modo uno puede sostener el compromiso que nos lleva a entregarnos, a través del servicio, a los demás.

Fue ahí, cuando comuniqué la decisión a los ejecutivos de CNN, que sentí que, por primera vez, había sido íntegro, coherente y leal a mi propia verdad. Esa noche, lo recuerdo como si fuera hoy, dormí plácidamente de nuevo tras noches de insomnio.

Según el diccionario de la Real Academia Española, íntegro es aquello “que no carece de ninguna de sus partes” o, en otra de sus acepciones, “dicho de una persona recta, intachable”. Si para ser íntegros necesitamos no carecer de ninguna de nuestras partes, ¿cuáles serían esas partes? Para desentrañar este punto, vamos a seguir los consejos del científico y pensador Albert Einstein, quien dijo: “Mira profundamente en la naturaleza y entonces comprenderás todo mejor”.