CONTENIDO
09 Y ahora, ¿a dónde?
Este libro está dedicado a mis tres hermanas: Paula, Eli zabeth y Sandra; a mi madre, Agnes, y a mi padre, Patrick. Crecimos juntos, lloramos juntos, permanecimos juntos y peleamos juntos. Soy lo que soy gracias a ustedes.
Quiero reconocer a los dolidos y pisoteados, a las madres solteras, a los padres desempleados, a los soñadores y a quienes aspiran a ser algo en la vida. Soy como ustedes y sé que pueden lograrlo.
Esta es una cachetada de parte del universo para que despiertes y conozcas tu verdadero potencial, para que dejes de chingarte y tengas una vida espectacular.
Capítulo
¿Alguna vez te has sentido como un hámster que corre ferozmente sobre una rueda intentando avanzar por la vida, sólo para darte cuent a de que no vas a ningún lado?
Lo peor es que, mientras lo haces, te atoras en una plática interna en la que te juzgas infinitamente y no puedes dejar de escuchar esa vocecita que te dice que eres flojo, tonto o algo tan simple como que no eres tan bueno. Ni siquiera notarás qué tanto le crees a esa voz y cuánto te agota; sólo seguirás pa sando el día intentando sobreponerte al estrés y a la presión, intentando vivir tu vida, y, en cierto momento, te enfrentarás a la resignación de que, si no sacas tu trasero de esa maldita rueda, nunca llegarás a donde deseas. Tal vez la felicidad que buscas o los kilos de más que quieres perder o la carrera o la relación que tanto anhelas siempre estarán fuera de tu alcance.
Estas páginas están dedicadas a quienes saben de qué se trata ese monólogo fatalista, a esa fuente infinita de dudas y pretextos que limita y mancha cada día de tu vida. Es una cachetada de parte del universo para que despiertes y conozcas tu verdadero potencial, para que pares de joderte y tengas una vida espectacular.
Empecemos en el lugar correcto. Hay dos tipos de pláticas que tienes todos los días: las que tienes contigo mismo y las que tienes con los demás. Tal vez eres una de esas personas que dice: «Yo no me hablo a mí mismo», cuando de hecho la mayoría de las conversaciones que tienes durante el día son contigo mismo y cada una de estas se «disfruta» en la soledad y privacidad de tu mente.
No importa si eres introvertido o extrovertido, creativo o práctico, ¡pasas gran parte de tu tiempo hablando CONTIGO mismo! Lo haces mientras te ejercitas, trabajas, comes, lees, escribes, caminas, texteas, lloras, peleas, negocias, planeas, oras, meditas, tienes sexo (contigo o con otras personas), o menciona cualquier otra actividad que se te ocurra. Ah, sí, incluso mientras duermes.
De hecho, lo estás haciendo en este preciso momento.
Tranquilo, eso no significa que estés loco. O tal vez significa que todos estamos un poco locos. Como sea, todos lo hacemos, así que abróchate el cinturón y bienvenido al show de los locos.
Algunos estudios demuestran que tenemos más de 50 000 pensamientos al día. Piensa en todas las cosas que te dices a ti mismo y preferirías no haberte dicho, o en las que tratas de sobreponerte o vencer. Aunque tenemos poco o nada de control sobre estos pensamientos automáticos y reaccionarios, sí tenemos un control espectacular sobre el significado que damos a esos pensamientos. Ojo: ¡no vienen ajustados de fábrica!
Los descubrimientos más recientes de la neurociencia y la psicología también señalan que las conversaciones que tienes contigo mismo afectan profundamente tu calidad de vida. El profesor Will Hart de la Universidad de Alabama llevó a cabo varios experimentos en los cuales los participantes recordaban o experimentaban un evento positivo, negativo o neutral. Descubrió que la gente que describía un evento neutral como si estuviera sucediendo en ese momento se sintió más optimista, y cuando recordaban el evento negativo de la misma manera, experimentaban más negatividad. En otras palabras, el lenguaje que utilizas para describir tus circunstancias determina cómo las percibes, las experimentas y participas en ellas, además afecta dramáticamente cómo lidias con tu vida y cómo te enfrentas a problemas grandes y pequeños.
La conexión entre lo que decimos y cómo lo decimos fue descubierta hace cientos de años, si no es que miles. Filósofos como Wittgenstein, Heidegger y Gadamer conocían la impor tancia y el significado del lenguaje en nuestras vidas. Witt genstein dijo: «… la armonía entre el pensamiento y la realidad puede encontrarse en la gramática del lenguaje».
Entonces, la buena noticia es que los estudios han descubierto que las pláticas positivas que tienes contigo mismo pueden mejorar de manera considerable tu estado de ánimo, tu seguridad, tu productividad y más, muchas cosas más. De hecho, según comprobó el profesor Hart en sus estudios, esto puede ser la receta secreta para tener una vida feliz y exitosa.
La mala noticia es que si lo decimos al revés, también es cierto: las pláticas negativas no sólo pueden ponerte de ma las, también nos hacen sentir indefensos; pueden hacer que los problemas pequeños parezcan más grandes e incluso crear problemas de la nada. Pero la noticia de última hora es que… tus pláticas contigo mismo te están jodiendo de formas que ni siquiera puedes imaginar.
Ya que sabes esto, dejemos algo en claro: aunque este libro trata sobre el uso del lenguaje correcto para mejorar tu vida, NO estoy sugiriendo que de un día para otro empieces a pensar positivamente o a hacer afirmaciones personales.
Estos temas se han tratado hasta el cansancio con diferentes grados de éxito y ciertamente eso no es lo que haremos aquí. No te pediré que te digas a ti mismo que eres un tigre para liberar a tu animal interior. En primer lugar, no eres un tigre; en segundo lugar, no eres un tigre. Quizás eso les funcione a algunas personas, pero yo soy demasiado escocés para esas cosas; para mí ese tipo de técnicas son como si me obligaran a comer una cubeta de miel de maple con trocitos de bastones de caramelo que sobraron de la Navidad pasada. Gracias, pero no, gracias.
Para mis optimistas que están ahí afuera, ¡lo siento, pero llevaremos este coche hacia otra dirección! Este libro está diseñado para darte un auténtico empujoncito que sientas genuino y correcto para ti, que pueda impulsarte a encontrar nuevos y mejores niveles de tu potencial.
la diferencia entre
el éxito y el fracaso
«Si las emociones humanas se generan a partir de los pensamientos, entonces uno aparentemente podría controlar sus emociones al controlar sus pensamientos, al cambiar las oraciones internalizadas o con una plática con uno mismo y con aquello que detonó esa emoción en primer lugar».
Esa cita es de Albert Ellis, uno de los padres de la psicología moderna. Ellis descubrió que la manera como pensamos y hablamos de nuestras experiencias modifica nuestros senti mientos al respecto. En otras palabras, nuestros pensamientos comparten la cama con nuestras emociones. Ellis también descubrió que nuestra forma de pensar a veces puede ser completamente irracional.
Intenta recordar cuántas veces te has dicho: «Qué tonto soy», «siempre arruino las cosas», «mi vida se acabó», o cual quier otra descripción negativa sobre determinado evento, algo como «esto es lo peor que me ha pasado».
Levanta la mano si alguna vez has exagerado algo que, pensándolo bien, apenas se podía registrar como una molestia en el importantómetro . Muy bien, baja la mano, la gente está volteando a verte y la verdad es que te ves un poco tonto. Si lo piensas bien, seguramente te darás cuenta de que en el instante previo a esa exageración tuviste una breve pero absurda plática contigo mismo, y ¡BANG!... ahí terminó tu percepción optimista de las cosas.