Control de plagas para horticultura orgánica
Métodos naturales de control de plagas y
enfermedades para un huerto saludable
A mber Richards
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Traducido por Diana Rodríguez González
“C ONTROL DE PLAGAS PARA HORTICULTURA ORGÁNICA”
Escrito por Amber Richards
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Traducido por Diana Rodríguez González
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L a horticultura orgánica cuenta con numerosos beneficios, uno de los principales es que nos ayuda a promover un estilo de vida más saludable para nosotros y nuestras familias. Otro de los beneficios es la ausencia de productos químicos perjudiciales en la comida, proporcionando así la máxima cantidad de nutrientes posibles a los alimentos que cultivamos. Es buena para el medioambiente: no lo perjudica y además recicla materia orgánica para enriquecerlo. Hace de nuestros huertos y jardines un lugar más seguro para los niños, las mascotas y la fauna salvaje que pueda pasar por allí. Mejora la fertilidad y la estructura del suelo, reduce la erosión y ayuda a retener agua.
Cultivar nuestro propio huerto orgánico no sólo reduce el gasto en alimentación, sino que, por regla general, el producto resultante es mucho más sabroso. Incluso si no se dispone de espacio para un verdadero huerto, se pueden obtener beneficios con unos pocos cultivos elevados o en macetas.
La horticultura orgánica puede verse como una vuelta a las antiguas costumbres. Es cierto que quizás sea una simplificación excesiva, pero es igualmente válida. Una de las razones es que mantiene toda la diversión de la horticultura pero sin los riesgos y los peligros para la salud que entrañan las convenciones de la horticultura moderna.
Para aquellos que no estén familiarizados con el término, la horticultura orgánica se define como el cultivo de un huerto usando únicamente medios naturales. Aunque se requiere algo más de esfuerzo para este tipo de horticultura, el huerto es parte de la naturaleza y no depende de pesticidas o fertilizantes sintéticos. Muchas personas cultivan frutas, verduras y hortalizas en huertos orgánicos, por lo que prescindir de tales componentes inorgánicos es una decisión acertada, ya que se podría acabar por ingerir las sustancias químicas utilizadas.
La horticultura orgánica era, por tanto, la forma empleada antes de que surgieran los inventos modernos. Aunque es cierto que el progreso moderno ha contribuido enormemente a muchas de las mejoras de la horticultura con las que contamos hoy en día, la verdad es que también han surgido numerosos problemas. Uno de ellos es la forma en la que llevamos a cabo el control de plagas.
Una vez que las plagas se introducen en el huerto, pueden causar estragos. En primer lugar, pueden acabar consumiendo una gran cantidad de la cosecha. Incluso si sólo se alimentan de una pequeña porción, el daño que causan al huerto podría ser lo suficientemente importante como para dañar el ecosistema del mismo hasta tal punto que no pueda recuperarse.
Los insectos que llegan a un huerto tienen muchas posibilidades de reproducirse. Naturalmente, esto es indeseable si queremos tener un huerto libre de insectos dañinos. El más mínimo descuido a la hora de evitar que lleguen al huerto podría desencadenar un gran crecimiento de la población. Además, puede ser devastador para el huerto en su conjunto, ya que las verduras, hortalizas y otros productos dejan de ser útiles para nosotros.
Una de las áreas en las que es más difícil adherirse a una estrategia puramente orgánica es la prevención de plagas. Pero hay buenas noticias para aquellos a los que les preocupe este tema: se puede seguir un camino estrictamente orgánico para mantener la población de las plagas bajo control.
Hay ciertas clases de insectos célebres por su capacidad para destruir huertos. Los escarabajos japoneses, los alticinos o escarabajos pulga, los pulgones, las orugas, ciertos gusanos, lombrices y otras criaturas pueden aniquilar completamente las plantas, verduras y hortalizas de un huerto. Por tanto, es necesario tomar medidas adicionales para librarse de ellos una vez ha tenido lugar la infestación.
Las babosas: Una amenaza para cualquier huerto
L as babosas merecen una mención especial debido al daño masivo que pueden causar. Además, por regla general también resulta bastante desagradable encontrarse una babosa. En algunas regiones del mundo, son problemas de gran envergadura, sobre todo a comienzos de la primavera, cuando las semillas están empezando a germinar. Al igual que cualquier otra criatura, simplemente desempeñan su propia función dentro de la cadena alimentaria.
En caso de problemas con babosas, se aconseja aplicarse a conciencia con los métodos de control, sobre todo a comienzos de la primavera y durante los meses de verano. Así no será necesario tratar también a toda su descendencia más entrado el año, cuando las verduras y hortalizas estén listas para la cosecha.
Algunos de los métodos para tratar las babosas pueden parecer un tanto extraños. Una cáscara de naranja con restos de naranja azucarada puede atraer a las babosas. Si se deja una en el suelo, sólo habrá que recoger la mitad de la naranja con las babosas dentro y desecharla. Se pueden emplear también otros métodos que dan buenos resultados.
Otra forma bastante peculiar para mantener a raya a las babosas es preparar una cafetera con café muy flojo y mezclarlo con agua fría. Después se vierte la mezcla sobre las plantas del huerto. Esta curiosa mezcla es inocua para las plantas, pero desagrada a las babosas y las mantiene alejadas.
Hay un repelente de babosas aún más extraño: la cerveza. Se puede verter cerveza pasada en una botella de agua vacía y así se convertirá el recipiente en una especie de trampa para babosas. Después se pueden desechar las botellas junto con las babosas.
Las algas también pueden actuar como un método formidable para ahuyentar las babosas de un huerto. Por alguna razón, a las babosas no les gusta el olor de las algas. El residuo salino de las algas probablemente sea muy dañino para ellas, así que mantienen las distancias. Otro de los excelentes beneficios de las algas es que resultan ser un excelente abono para el huerto al proporcionar un gran número de nutrientes. Sin embargo, no es una buena idea echar sal a las babosas, ya que aunque es un método efectivo para matarlas, será igualmente perjudicial para las plantas.
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