Tenemos un particular interés en expresar que hemos tratado de utilizar un lenguaje inclusivo, encontrándonos, en muchas ocasiones, carentes de palabras que representen a todas las personas que ejercen el cuidado y la crianza de los niños y niñas, o con términos que aún resultan chocantes o que todavía no evocan los conceptos que queríamos transmitir.
Así, nos hemos visto en la necesidad de utilizar «los bebés», «los niños», «los progenitores» o «los cuidadores» cuando hablamos en plural, haciéndolo extensivo al género femenino; y lo mismo ocurre en los casos en singular.
Por otro lado, teniendo en cuenta que, desde el punto de vista neuropsicobiológico la madre tiene un papel fundamental en muchos aspectos del inicio de la vida, hemos hecho más referencias a la función materna en algunos capítulos.
Sin embargo, está en nuestra conciencia y nuestro ánimo visibilizar la responsabilidad fundamental de todas las personas que participan en el desarrollo de los niños y niñas, cualquiera que fuere su género o rol en el sistema de cuidado. Madres y padres, tíos y tías, cuidadoras y cuidadores, abuelas y abuelos, profesores y profesoras, amigos y amigas de la familia, y tantas otras personas conforman la tribu que hace posible un extraordinario desarrollo.
Queremos aprovechar la ocasión para invitar a generar o proponer términos que sean más inclusivos y que resulten cada día de uso más frecuente, para que las personas que trabajamos con familias podamos hacer valer la contribución de cada ser humano en la misión más comprometida que ofrece la vida: el acompañamiento en el desarrollo de una persona.
INTRODUCCIÓN
La vida siempre se abre camino
¡Qué hermoso contribuir a su expansión!
No era nuestra intención. De verdad que no lo era. ¡Al menos no al principio!
Los bebés, niños y adolescentes han ido poco a poco inundando nuestra conciencia, nuestro foco de atención y nuestras horas de estudio a lo largo de los años, hasta el día de hoy.
Así, durante todo ese tiempo, los dos autores del presente libro hemos ido caminando en paralelo desde el trabajo con adultos hacia lo que, para nosotros, contiene la esencia del ser humano: el desarrollo en las primeras fases de la vida.
Ambos tenemos la suerte de trabajar en un campo que nos apasiona, con la posibilidad de mantener una mirada libre hacia cada uno de los casos y, por tanto, de haber desarrollado una forma particular de trabajar en ellos, transgrediendo las barreras de los enfoques tradicionales y/o reduccionistas.
Una mirada fresca, incontables horas de estudio, formación en distintas partes del mundo, años de práctica clínica y un enfoque integrador, teniendo en cuenta todas las áreas implicadas en el desarrollo, son la base de nuestro trabajo.
Es en este contexto donde comenzamos a poner en común nuestros intereses, dudas, inquietudes, puntos de vista, abordajes terapéuticos y visiones rebeldes sobre cómo se estaban afrontando algunas cuestiones en el marco general de la atención a la salud. Donde comenzaron los descubrimientos, donde se abrieron nuevas vías de trabajo y de colaboración, gestando esta nueva forma de trabajar sobre algunos casos que teníamos ya en común. Una forma que tuviera en cuenta que el movimiento construye el cerebro, como también lo hace la previsibilidad del cuidado por parte de los progenitores. O que el momento en el que se programa gran parte de lo que una persona será en el futuro es en las fases prenatal, perinatal y primeros años de vida. Y que, por tanto, era ahí donde debíamos construir o reparar. O que los traumas en la primera infancia generan una huella fisiológica visible y constatable en el desarrollo del cerebro. O que la falta de estimulación de los bebés y niños más pequeños puede generar mayores consecuencias respecto a su aprendizaje de lo que se podría esperar. Un modelo global de trabajo, desde una actitud comprometida y tenaz, sustentado en el conocimiento de que las consecuencias de estas situaciones iniciales de desarrollo deficitario o traumático son reversibles en la mayor parte de los casos.
Hemos tenido la suerte de vivir en este extraordinario momento de expansión y, a la vez, de profundización tanto en la Fisioterapia como en la Psicología. Los avances en el conocimiento del desarrollo y funcionamiento neurológico han dado, y siguen dando, respuesta a nuestra curiosidad acerca de cómo tienen lugar esas primeras programaciones del sistema nervioso.
Las nuevas investigaciones científicas nos han inspirado interés y determinación para realizar nuestras propias investigaciones, en la búsqueda de más respuestas para aquellos que acuden a nosotros.
Dificultades de aprendizaje, dolor, trastornos de atención o de conducta... pueden ser enfocadas de una forma integradora y funcional, activando las soluciones desde la propia organicidad de las personas y, sobre todo, pueden ser en muchos casos evitadas con la estimulación adecuada de los bebés y la comprensión de lo que realmente necesitan.
Una nueva forma de acompañarlos en su desarrollo es posible. Y, para ello, tú eres imprescindible. Queremos acompañarte también a ti en esta tarea esencial, por lo que te ofrecemos un libro clarificador, práctico y novedoso en su esencia, para que, desde el conocimiento y la conciencia de las posibilidades, tanto las tuyas como las de tu hijo, puedas lograr tu objetivo: ayudarle a despegar.
Con ¡Ayúdale a despegar! tendrás las claves para que el desarrollo de tu hijo sea fabuloso, en todo su potencial, para que pueda adaptarse al mundo en el que ha de vivir con sus máximas capacidades, seguro de sí mismo y, sobre todo, feliz.
En los capítulos de Iñaki podrás comprender cómo es el proceso de su formación como persona y la maduración de su sistema nervioso. Verás claramente las etapas por las que tu hijo ha de pasar para aprender a habitar su cuerpo y relacionarse con el mundo poco a poco sin ti. Esto puede ayudarte a estar presente amorosamente, estimular su desarrollo y disfrutar de la crianza. Comprender cómo adquiere el control de sus manos, cómo se forma su visión o cómo madura el lenguaje es fundamental para que puedas acompañarle felizmente y te enamores de cada instante con su crecimiento y maduración.
Varios capítulos están dedicados a las dificultades de aprendizaje. En sus páginas puedes sentirte guiado y sostenido en el caso de que tu hijo presente algún tipo de problema. Entenderás cómo se llevan a cabo los diagnósticos médicos y sus limitaciones. Verás cómo es imprescindible la evaluación del niño desde un punto de vista funcional y global. Solo desde este paradigma podremos crear programas de ayuda para impulsar a estos niños hacia su máximo desarrollo. Verás cómo muchos profesionales están preparados para ayudar a tu hijo y a vuestra familia en esos casos.
Un capítulo está dedicado al dolor y los niños; es un capítulo que no encontrarás en ningún otro libro, porque es absolutamente novedoso y te permitirá estar junto a tu hijo para sostenerle en su dolor cuando este llegue, porque en la vida indudablemente llega el dolor en algún momento, para protegernos del peligro y ayudar en la recuperación. Aplicar las claves de este capítulo ayudará a prevenir que tu hijo no sea un paciente crónico en el futuro.