Bibliografía comentada
El niño, el secreto de la infancia, Maria Montessori
Es el primer libro que Maria Montessori escribió en 1926 y explica detalladamente la experiencia que vivió en su Casa de los Niños del barrio de San Lorenzo, en Italia. Expone en él sus grandes ideas, nacidas de la observación de los niños deficientes, y después de la de los niños de Roma, para los niños de los 0 a los 6 años. Recoge, entre otros temas, sus principios relativos al desarrollo sensorial, el acondicionamiento del entorno y la actitud del docente. Al final desarrolla sus ideas relativas al aprendizaje de la lectura, descripciones de material de matemáticas y su visión del arte y de la religión. A mi juicio, es el libro que ha de leer todo aquel que quiera comprender la pedagogía de Maria Montessori. (Diana, 1982, reed. 2004)
De la infancia a la adolescencia, Maria Montessori
En este libro, Maria Montessori nos ofrece el resultado de su observación de los niños entre los 6 y los 18 años y explica cuál es, para ella, la mejor manera de organizar la escuela para responder a las necesidades de estas edades. Mucho antes ya se había planteado cómo ofrecer a los jóvenes un aprendizaje autónomo, activo y sin escuchar pasivamente a un docente. (Montessori-Pierson Publishing Company, 1982)
Formación del hombre, Maria Montessori
Este libro recopila cursos que Maria Montessori impartió en Inglaterra en 1946, a su regreso de la India, donde estuvo exiliada con su hijo Mario durante siete años. Fue escrito seis años antes de su muerte y muestra su gran sabiduría. Se pueden leer en él todas las experiencias adquiridas mediante la observación de los niños desde el nacimiento hasta el final de la adolescencia. Son sus conferencias recogidas por una de sus asistentes. (Diana, 1982)
Educación y paz, Maria Montessori
Este libro es una sucesión de conferencias dictadas por Maria Montessori sobre la dificultad de crear la paz entre los hombres. En él muestra la relación que existe entre la educación y la paz y sostiene la necesidad de una reforma social constructiva. (Ed. Errepar, 1998)
El corazón tiene sus razones, Isabelle Filliozat
Este libro muestra cómo la expresión de nuestras emociones nos permitirá ser seres autónomos y hasta qué punto el subestimar la importancia de las emociones explica la disfunción del sistema escolar francés. Ofrece herramientas para ayudar a adultos y niños a desarrollar la inteligencia del corazón. (Urano, 2003)
De los mismos autores
- 150 actividades Montessori en casa, Edaf, 2019.
- Ajuda a tu hijo a concentrarse con el método Montessori, Edaf, 2018.
- Fomenta la confianza de tus hijos con el método Montessori, Edaf, 2018.
Capítulo 1 Montessori hoy
EN ESTE CAPÍTULO
La filosofía Montessori
Una observación y una reflexión al servicio del niño
Un método universal para todas las edades
Montessori hoy: estado de la cuestión
Suele pensarse que la pedagogía Montessori es un método que esencialmente se basa en un material. ¡En realidad, es algo muy distinto! Cualquiera que sea el término que empleemos para hablar de los descubrimientos de Maria Montessori —que se encontrarán en el capítulo siguiente—, lo importante es comprender que es mucho más que una manera de pensar. En una palabra, es una filosofía.
Maria Montessori propone una auténtica manera de vivir y de ser. Aplica una pedagogía con presencia en todas partes, en todos los rincones del mundo, en los centros de acogida de los niños y en casa, tanto en casas acomodadas como en aquellas en las que falta de todo. Ofrece el respeto profundo que cada uno merece a cada edad.
Existen tres aspectos, que Maria Montessori denominó “exteriores”, para aplicar su método con los niños:
- Un entorno adaptado a los niños.
- Un adulto preparado.
- Un material científico.
A partir de estos tres puntos fundamentales, tanto prácticos como filosóficos, ven la luz unos resultados excepcionales. La relación adulto-niño se suaviza. Multiplicando este enfoque, se puede contribuir a un ideal accesible: la paz.
LAS PALABRAS DE MARIA
“Nuestra pedagogía da al ambiente una importancia tan grande que constituye la base fundamental de toda la construcción pedagógica.”
La vista de lince de la doctora Maria
Lo que hace que el trabajo de Maria Montessori sea tan original y oportuno es, ante todo, su método. Al contrario que numerosos investigadores, su punto de partida no es una hipótesis que se ha de probar. Antes bien, su reflexión comenzó por una observación científica rigurosa, desprovista de todo juicio. Dirigió su mirada de médico a todo aquello que la rodeaba para comprender y escuchar antes de actuar e imponer. Trabajaba en un hospital psiquiátrico con niños catalogados como deficientes y, al considerarlos de una manera objetiva, observó que necesitaban actividad. Les brindó entonces la posibilidad de manipular material científico, inventado por ella o existente, para ayudarles en sus procesos de aprendizaje. De ese modo, se adaptó a sus necesidades.
Siguiendo esta lógica, cuando le propusieron el proyecto de la primera Casa de los Niños en San Lorenzo en 1906 (capítulo 2), instaló en el local mobiliario de su tamaño, un marco adecuado, y dispuso el material en un armario de grandes dimensiones. A partir de ahí, no dejó de modificar las herramientas en función de la actitud de los niños...
Su vista, capaz de percibir los gestos y las necesidades, le permitió aplicar su método. Su principal objetivo era captar al niño para después educarlo mejor. Las investigaciones de Maria Montessori hoy demostradas por la neurociencia, que da fe tanto de su rigor científico como de su vanguardismo.
EL MÉTODO DEL NIÑO
Todo el mundo habla de método Montessori, pero Maria nunca intentó darle su nombre. En efecto, al principio llamó a este método, que entendía como “método del niño”, el nombre de “pedagogía científica tal como se aplica a la educación de los niños en las Casas de los Niños”. Sin embargo, como vio que este nombre era demasiado largo, un periodista inglés le propuso sustituirlo por el de método Montessori, que después fue utilizado por los demás editores ingleses, y más tarde por el resto del mundo.
La Casa de los Niños
¿La Casa de los Niños? ¿Eso qué es? ¡Nos imaginamos una bonita casa escondida en el bosque con los siete enanitos! No es ni mucho menos así, pero está presente la idea de que está hecha a medida para los niños. La primera Casa dei Bambini —su nombre original— nació en un rincón popular de Roma (capítulo 2).
En 1906, con el fin de agrupar a la población que vivía en chabolas y mejorar la vida en el barrio, el ayuntamiento decidió construir dos edificios. Le pidieron a Maria Montessori que organizara la vida de los niños para que dejaran de merodear por las calles mientras sus padres buscaban trabajo. De este modo, en el interior del edificio, se creó una Casa de los Niños en la que todo estaba pensado para ellos, un espacio que ellos tenían que cuidar.
Al principio, Maria Montessori solo tuvo tiempo para repintar la gran sala que serviría de clase para los niños e instalar en ella pequeñas mesas y sillas, todavía muy pesadas, y un armario de gran tamaño que se cerraba con llave para guardar el material. Enseguida, los niños mostraron lo que les gustaba aquella casa blanca, limpia, con mesas y sillas nuevas, con material especialmente concebido para ellos. El mero hecho de proponerles un entorno bonito y adaptado fue el punto de partida para crear un ambiente sereno, apacible y orientado al trabajo. Viviendo