Me siento a escribir este prólogo justo el día en que mi bebé cumple 7 meses de vida y 7 meses de lactancia materna exclusiva.
Cuando me quedé embarazada, empecé a leer todo tipo de libros sobre embarazo, parto, cómo criar a los niños, pero ninguno de lactancia. Socialmente se habla poco de este tema, y eso que pienso que es el más importante, puesto que de ello depende la supervivencia de nuestro bebé. Efectivamente, cuando nació Amín y empecé a darle el pecho, me surgieron mil y una dudas, y fue entonces cuando conocí a Alba.
La lactancia ha sido lo más duro para mí, sobre todo al principio, por mi ignorancia y las dificultades de agarre que tenía mi bebé hasta que le operaron del frenillo con tan solo 11 días. Por ese mal agarre tuve unas grietas que me dolían cada vez que succionaba el bebé, y lo hacía a cada hora... Afortunadamente, al mes todos los problemas desaparecieron y gozo ahora de una lactancia maravillosa. Me parece un tema apasionante por sus múltiples beneficios tanto para el bebé como para la madre, no solo a nivel físico, sino también emocional. Es un momento único que genera una conexión extraordinaria.
No obstante, he comenzado a plantearme cómo iniciar el destete porque en unos meses tendré que reincorporarme al trabajo. Los rodajes pueden durar de 8 a 12 horas diarias y sería inviable continuar con la lactancia a demanda. Es importante recibir asesoramiento también a la hora de destetar para que no sea ni traumático para el bebé ni para nosotras, ni un cortocircuito para nuestro cuerpo. Y es ahí donde me he dado cuenta de que no hay libros sobre este proceso tan importante. Pero, otra vez, afortunadamente está Alba para resolver todas mis (nuestras) dudas.
Es un honor para mí poder escribir el prólogo de un libro que me apetece devorar ahora mismo. Espero que vosotr@s sintáis lo mismo y, sobre todo, que os ayude a tener un destete de lo más exitoso.
TODO SE ACABA
Os contaré mi experiencia cuando quise realmente destetar, y digo «quise» porque en nuestro caso fue una decisión mía, mi hijo no quería para nada dejar su teta. Fue cuando me quedé embarazada de nuevo cuando empecé un camino que no tenía vuelta atrás.
M ARIA S ANTALLUSIA
Si en este momento cada una de las que tenéis este libro entre las manos experimentara una ingurgitación mamaria, yo os daría la misma recomendación a todas: en tres pasos podría proporcionaros la información clave para que todas la superarais lo más rápido posible. Y esto no solo pasa en el caso de una ingurgitación, ocurre en la mayoría de las situaciones relacionadas con la lactancia materna. Con pautas «universales», cada una de vosotras puede conseguir resolver, mejorar o avanzar en su lactancia. Pero ¿y en el destete? ¿Qué claves puedo proporcionaros en caso de que queráis empezar a destetar a vuestro bebé? Hay tantos factores que es preciso tener en cuenta en un destete que no existe un único camino y no puedo recurrir a recetas universales para todas, ¡esto del destete va a costarnos un poco más!
Si hay algo que sabemos cuando empezamos a dar el pecho a nuestro bebé es que la lactancia es algo absolutamente temporal y que es muy probable que en su transcurso necesitemos ayuda e información, y lo mismo puede pasar con el destete.
Cuando empezamos a pensar en destetar a nuestros bebés, todas queremos que el proceso sea lo más fácil y llevadero posible. Lógicamente, nadie quiere que su hijo sufra en el proceso y muchas deseáis que deje el pecho con rapidez. En la lactancia hay muchos procesos que deseamos que sean rápidos: que el bebé mame en poco tiempo, soluciones mágicas para curar las grietas, que duerma más por la noche, que el bebé espacie las tomas y demande menos. Todo proceso tiene un camino, unos tiempos, unas emociones y unas necesidades, y el destete forma parte de la lactancia, por lo que también necesitamos entender que es una situación a la que vamos a tener que prestar atención y tiempo.
Es posible que en algunas ocasiones los bebés se desteten de manera relativamente sencilla, que nuestros pechos se regulen sin más dificultad y que todo esté bajo control en pocos días. Este tipo de destete existe, pero no todos son iguales, porque, en muchas otras ocasiones, el bebé o el niño no lo pondrá nada fácil, lo que puede generar muchas dudas acerca de cómo hacerlo, de si se está haciendo bien o quizá tengas la sensación de que se te agotan las ideas; además, el pecho puede doler o tal vez no tengas muy claro cómo dejar de producir leche… En general, mil y una dudas.
La mayoría de las madres me dicen que les ha faltado información para llevar a cabo el destete, y es probable que no haya más información sobre ello porque pensamos que se deja de amamantar en un pispás, y quizá ahora te ha tocado (o te va a tocar) descubrir que no es lo que parecía. El destete es mucho más complicado de lo que podamos pensar y está claro que lo que se había escrito hasta el momento sobre el tema se quedaba en lo superficial. Cuando escribí Somos la leche, uno de los últimos capítulos estaba totalmente dedicado al destete y pensé, incauta de mí, que era más que suficiente. Hace más de veinte años que acompaño a madres y bebés en su etapa de lactancia, y es cierto que ya había ofrecido información a muchas madres que querían destetar, y tengo que decir que no era uno de mis temas preferidos. No es que no quisiera ayudar a destetar a las madres que me consultaban; ahora he entendido que lo que me pasaba era que es un tema demasiado complejo y solo podía ofrecer recursos básicos que había aprendido, que repetía como un loro y que a la vez me hacían sentir totalmente insegura.
La primera vez que mi editora me sugirió que escribiera sobre el destete fue justo el día que salió a la venta Somos la leche. Y yo le dije que no, que para un segundo libro mejor otros temas no tratados que me gustaban más, que no era necesario hablar del destete, ¿no estaba todo dicho? Menos mal que el tiempo pasa y te abre los ojos. Por suerte, poco a poco y gracias a todas las consultas atendidas de manera virtual en la app de LactApp y presenciales en LactApp Clinic, nuestro punto de atención presencial en Barcelona, me he dado cuenta de la falta de información y acompañamiento que hay y de que muchas madres se sienten abandonadas a su suerte cuando son ellas las que deciden destetar. Parece que solo diciendo lo de «no ofrecer-no negar, distraer y aplazar» ya está todo dicho.
Además, y por desgracia, muchas familias consideran que las asesoras de lactancia, las profesionales de la salud o las IBCLC no brindan este tipo de información y lo peor es que no creen que sea adecuado preguntarnos. Parece que nuestra única labor como expertas en lactancia sea mantener la lactancia materna de cada madre y bebé ad infinitum, casi como si hubiera un solo modelo de lactancia válido y el resto tuviera menos valor.
Cada lactancia es única y dure lo que dure tiene un valor inmenso, y la clave es que haga feliz a sus protagonistas. El destete es un proceso que va a aparecer en cualquier lactancia y si esta no es un placer, si se ha transformado en una obligación tediosa o incómoda, es el momento de que nos preguntemos qué queremos hacer.
Y sí, este libro contiene todo tipo de destetes, a cualquier edad, y tiene en cuenta los métodos existentes y algunos más que espero que os ayuden. Os pido que busquéis la información que más os satisfaga, que encaje en vuestro estilo de crianza o que sintáis afín a vuestros sentimientos y expectativas, y que paséis por alto todo lo demás. Quizá esa información no es para vosotras, pero será el camino que elegirán otras madres que están viviendo otras circunstancias diferentes a las vuestras.
Si habéis llegado a este libro buscando una respuesta concreta o una receta mágica para poder destetar a vuestro bebé, o que os garantice que ninguno de los dos vais a verter ni una lágrima, este no es vuestro libro. Quizá ninguno lo sea o, simplemente, no exista. Os pido que tengáis expectativas realistas sobre el proceso y que os preparéis antes de llevarlo a cabo, os escuchéis, valoréis lo que queréis hacer, lo que necesitáis y los recursos de los que disponéis y que, además, empaticéis con vuestros hijos, que son, sin duda, los otros grandes protagonistas de esta situación. Por último, y sin lugar a dudas, pedid ayuda a vuestra pareja, familia, amigas, expertas en lactancia… si lo necesitáis.