© 2015 por Lewis Schiff
Publicado por HarperCollins Español® en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América. HarperCollins Español es una marca registrada de HarperCollins Christian Publishing.
Título en inglés: Business Brilliant
© 2013 por Lewis Schiff
Publicado por HarperCollins Publishers.
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos, fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.
El anuncio de la revista Variety se reproduce con el permiso de John O’Hurley.
Editora en Jefe: Graciela Lelli
Diseñado por: Fritz Metsch
Traducción y adaptación del diseño al español: Ediciones Noufront / www.produccioneditorial.com
Edición en formato electrónico © mayo 2015: ISBN 978-0-82970-165-4
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Contenido
Empecé a trabajar en este libro a inicios de 2009, justo cuando el mundo comenzaba a entender la envergadura completa de la crisis financiera que tuvo lugar tan solo unos meses atrás. Resulta que 2009 puede muy bien llegar a ser considerado como un hito histórico, marcando el fin del período más largo de expansión económica de que esta nación haya disfrutado nunca. Durante más de medio siglo, remontándonos a la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses podían seguir con seguridad un mapa definitivo hacia la prosperidad: obtener un título universitario, encontrar un trabajo en una buena empresa y trabajar lo suficientemente duro como para cubrir el seguro y una feliz jubilación. Este escenario común ya no es viable. Hoy, existen demasiadas presiones —expectativas mayores de vida, costes de salud crecientes, agotamiento de recursos naturales y globalización, por nombrar unas cuantas— que se ciernen sobre esa pintoresca idea.
En cambio, a medida que el mundo continúa volviéndose más complejo, también deben hacerlo nuestras estrategias para el éxito. Ha llegado el momento de restablecer nuestras metas y los modos por los que las obtenemos. Brillante en los negocios es la historia de cómo se construye ahora la riqueza. Retrata las historias de los mayores éxitos de nuestra época porque esa es la manera en que las buenas historias son contadas. Nadie quiere leer sobre el tipo que arriesgó su coraje para pedir a su jefe un aumento del cinco por ciento. Más bien leeremos sobre las exóticas aventuras de Richard Branson para levantar un imperio global. Pero no nos equivoquemos: tú, lector, y Sir Richard o cualquiera de los restantes grandes hacedores de fortunas presentados en este libro están en el mismo barco. Cada uno de nosotros debe imaginar cómo utilizar nuestros procedimientos, comportamientos, temperamentos y aptitudes para crear seguridad financiera para nuestras familias y para nosotros mismos. Aunque esto nos conducirá a diferentes resultados para cada uno (porque todos estamos capacitados de distinta forma), el proceso es básicamente el mismo.
Los siete principios para la creación de riqueza identificados en este libro no tratan solo sobre cómo hacerse rico, aunque para algunos de sus lectores será precisamente lo que ocurra. Tratan acerca de reorientar nuestras prácticas a la hora de desarrollar nuestras carreras en el mundo donde vivimos actualmente. El capítulo primero comparte unas cuantas historias de personas que tuvieron la voluntad de contemplar las viejas creencias con nuevos ojos. Este es el primer umbral que debes atravesar con el fin de alcanzar la seguridad financiera en la nueva economía y tu primer indicio de cómo te irá en este viaje.
Hay muchas personas a las que dar gracias por la información que encontrarás en este libro. Los últimos seis años han estado entre los más excitantes de mi vida en términos de mi propia educación como empresario y de creador de riqueza. Mis profesores incluyen al colaborador de mi anterior libro, Russ Alan Price, y a todo el equipo de la revista Inc., en especial Bo Burlingham y Bob LaPointe. También los grandes emprendedores que forman parte de la comunidad Inc., incluyendo a Norm Brodsky, Jack Stack, Paul Spiegelman y el resto de los «Pequeños Gigantes». Muchas gracias a Arthur Klebanoff por proporcionarme buenos consejos y a Hollis Heimbouch por ver las cualidades de esta historia al instante y con decisión. Y a Noel Weyrich por su inquebrantable compromiso con la excelencia.
Por último, me gustaría trasladar mis más profundos agradecimientos a los increíbles emprendedores que forman el Consejo de Propietarios de Negocios de Inc. Ellos me han enseñado lo que significa ser brillante en todo lo que haga.
El entrenador que quebró el código futbolístico
El fútbol es un juego de guerra. A los seguidores les gusta verlo porque cada partido tiene un ganador y un perdedor: no hay tablas. Pocos han encarnado esa singularidad tan plenamente como Joe Gibbs, el legendario entrenador de los Washington Redskins. Gibbs era tan apasionado de la victoria que se sabe que dormía en su despacho durante la temporada, tal era su dedicación al entrenamiento. Sus cuantiosos triunfos en la Super Bowl y un promedio en su carrera de .683 (solo por detrás de Vince Lombardi y John Madden) le hicieron ganarse un hueco en el salón de la fama del fútbol profesional y la lealtad de todos los aficionados a los Redskins. Charley Casserly, célebre analista de la NFL para la CBS y anterior director general de los Redskins bajo el mando de Gibbs, le nombra como «probablemente el mejor entrenador en la historia de la liga».
Entre las muchas facetas para construir un equipo de éxito está identificar el talento emergente y los ojeadores de Gibbs, como otros pertenecientes a los equipos de la NFL, rastrearon los campos de fútbol del país buscando a la próxima nueva promesa. Pero Gibbs estaba frustrado con las limitaciones de los exámenes tradicionales de aptitud que se usaban ampliamente, incluyendo los de selectividad, para medir las habilidades de los jugadores potenciales.
«Buscábamos un examen que no fuera únicamente educativo», dice Casserly. En otras palabras, uno que no dependiera de leer y escribir, dos tareas que se emplean poco en el campo, en un juego donde se gana o se pierde en base a decisiones tomadas en décimas de segundo.
Comenzando en 1984, Gibbs trabajó con los especialistas en visión Harry Wachs y Ron Berger, optometristas de la Universidad George Washington, para desarrollar una nueva prueba que pudiera ser adaptada a las aptitudes singulares que se requieren para el triunfo en el fútbol americano. Gibbs conoció al doctor Wachs cuando trató con éxito a su hijo, mejorando tanto su actividad escolar como la futbolística. Para diseñar el test, Gibbs ofreció a Wachs y Berger a cuatro de sus mejores jugadores, aquellos que él creía instintivamente que sabían cómo hacer la mayoría de las jugadas, a modo de prototipos para las capacidades que el examen debería identificar.
«Nos especializamos en la visión, no solo en la vista». Así es como el doctor Wachs, ahora retirado, describía su campo de estudio. «Por ejemplo, ¿conoces la expresión “Ya veo lo que quieres decir”? Pues eso tiene que ver con la visión». El examen Wachs-Berger que ellos crearon evaluaba la visión, la coordinación, la motivación y la habilidad del jugador para permanecer calmado bajo el estrés.
Los Redskins se beneficiaron del examen Wachs-Berger porque calibraba la capacidad de un jugador para pensar durante un partido, mientras que los test tradicionales solo medían la capacidad del jugador para pensar, nada más. «Digamos que estás defendiendo», dice Casserly. «Hay un ensayo y un jugador está en movimiento. Ahora cambian las jugadas y los jugadores tienen que visualizar ese cambio en conjunto». Los ojeadores del equipo viajaron por todo el país con un conjunto de herramientas Wachs-Berger compuesto por unas gafas que distorsionaban las líneas de visión y unos pequeños bloques y otras piezas de plástico del tamaño de una ficha, entre otros singulares elementos. Después de que los cazatalentos empezaran a usar el examen Wachs-Berger para analizar a los jugadores, los Redskins ganaron dos Super Bowls (en 1988 y 1992) bajo la dirección del entrenador Gibbs.
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