¡Aquí estoy de nuevo! Sí, vuelvo a la carga con un libro de recetas pensado para que endulcéis a todos los que os rodean…, jajaja. En este caso he decidido centrarme en la amplia familia de las tartas de queso, que siempre son un éxito en todo tipo de celebraciones.
Los que me seguís en el blog sabéis de mi obsesión por los cheesecakes de mil sabores; y digo yo que en una vida anterior debí de ser ratón, porque la verdad es que me gusta el queso en todas sus formas, variedades y preparaciones. Así que estas preferencias mías, unido a que mi entorno también está plagado de amantes del queso, son las culpables de que en estos años dedicados a la repostería haya preparado tantas y tantas tartas de queso que ya he perdido la cuenta. Y como ya empieza a fallarme la memoria de todas las que he hecho, sin duda, ha llegado el momento de ponerlas por escrito.
En este libro no solo encontraréis un montón de tartas de queso al estilo americano, con su basecita de galleta y su interior cremoso, también podréis descubrir recetas más tradicionales, otras que combinan cheesecake y bizcocho, recetas hiperproteicas e incluso helados de tarta de queso. Y, como no podía ser de otra forma, también he incluido la receta de la quesada de mi madre, de la que disfruté en todos mis cumpleaños infantiles desde que puedo recordar, y la clásica tarta de queso quark alemana, en la que tantas veces ahogué mis penas cuando vivía en Frankfurt.
Espero que os guste y que os anime, una vez más, a poneros directamente con las manos en la masa. ¡Vamos allá!
Utensilios
Moldes redondos
Para todos los cheesecakes redondos he usado moldes desmontables, de una altura mínima de 6,5 cm, bien «de clip» o de base extraíble, porque facilitan el desmoldado y evitan que se desborde la masa.
Las medidas que he usado son 18, 20 y 23 cm de diámetro. Puedes utilizar un molde mayor, pero recuerda que en este caso la tarta será más fina que la de la imagen.
Moldes rectangulares y cuadrados
Para los cheesecakes que corto en porciones suelo usar un molde rectangular de brownie (28 x 19 cm) o uno cuadrado (24 x 24 cm), aunque te servirá cualquier otro de tamaño similar. Recuerda colocar un papel de horno en la base del molde para facilitar el desmoldado.
Moldes individuales
En el caso de los cheesecakes individuales que no se hornean he optado por un molde de silicona, fácilmente desmoldable. Por otro lado, para los que sí que se hornean te servirá un molde de cupcakes bien engrasado. Pero, si te gusta la idea de hacer cheesecakes individuales, merece la pena hacerse con un molde especial (similar al de cupcakes, pero con las bases removibles), que sirve tanto para los que se hornean como para los que no.
Encontrarás muchísimas recetas en este libro que pueden ser horneadas en porciones individuales, siempre ajustando el tiempo de horneado al tamaño del molde utilizado (normalmente hablaremos de unos 25 minutos a 170 º C, aproximadamente).
En algunas recetas he usado un molde de bundt cake. Estos moldes se caracterizan por el «agujero» en el centro y por sus preciosas formas.
La picadora o robot de cocina
Usaré el robot de cocina o la picadora en recetas con una base de galletas trituradas o una masa tipo crumble. Si no tienes este electrodoméstico, puedes triturar las galletas metiéndolas en una bolsa y golpeándolas con un rodillo, o rallarlas. Respecto de las masas tipo crumble, puedes prepararlas con un par de cuchillos y siempre con la mantequilla bien fría.
La batidora
Prácticamente todas las recetas de este libro pueden prepararse sin usar la batidora, simplemente con unas varillas de mano. Si vas a usar una, respeta las indicaciones sobre la velocidad y tiempo de batido.
La espátula
Hazte con una espátula pequeña, de esas que parecen un cuchillo de mantequilla. Con ella podrás despegar los cheesecakes del molde al sacarlos del horno y evitar así que por la tensión se rajen al enfriarse. Si no, puedes usar un cuchillo fino.
Cucharaditas y cucharadas
Todas las medidas usadas en este libro son estándar. Es decir, todas las cucharaditas se miden usando la cucharita de 5 ml y las cucharadas usando la cuchara de 15 ml. Y siempre rasas.
La nevera
Te parecerá una tontería, pero una de las herramientas fundamentales para que nuestros cheesecakes sean un éxito es... ¡la nevera! Respeta los tiempos de enfriado que se indican y cubre tus tartas con film para que no adquieran otro sabor u olor.
Ingredientes
El queso
En este libro encontrarás que he utilizado varias clases de queso, y no solo el clásico queso de untar tipo Philadelphia, que suele ser el más usado para tartas de queso de estilo americano.
En todos los casos, menos en el del queso quark (que he utilizado con el 0 % de materia grasa por ser el más fácil de conseguir en nuestro país), he usado quesos en su versión normal (no light ). Tanto el queso crema como el mascarpone y el requesón son sencillos de conseguir en los supermercados.
Respecto de la ricotta, prueba en alguna tienda especializada o grandes almacenes. En las recetas donde utilizo mascarpone puedes sustituirlo por queso crema, si te gusta más su sabor, y viceversa.
La harina
Para todas las recetas que llevan harina lo más indicado es usar una harina floja (8-9 % de proteína). Eso sí, si compras harina de repostería es importante que no sea harina bizcochona, que lleva la levadura incorporada y que puede arruinar nuestras recetas, ya que hará que las proporciones de levadura o bicarbonato indicadas en este libro dejen de tener validez. Comprueba siempre que estás usando la harina correcta.
La mantequilla
En todas las recetas de este libro se usa mantequilla sin sal. Para conseguir que esté a temperatura ambiente sácala de la nevera al menos 2 horas antes de hornear (incluso la noche anterior si es invierno).
Los huevos
En todo el libro he usado huevos camperos, todos de tamaño M (55-60 g).
La nata
Siempre que hablo de nata para montar me refiero a nata con el 35 % de materia grasa. La de cocinar suele tener en torno al 18 %.
Las galletas para la base
Verás que en muchas recetas las bases se hacen usando galletas trituradas. En cada receta yo te sugiero un tipo de galleta (Digestive, María, Oreo…) pero si tienes otra favorita ¡no dudes en usarla! Imagina las posibilidades que te ofrece preparar las bases con galletas especiadas como las Lotus o con las clásicas galletas de canela de tu pueblo. En todos los casos, lo más cómodo para triturarlas es usar una picadora, aunque también puedes meterlas en una bolsa y golpearlas con un rodillo, o rallarlas.