Escritos políticos
Selección de textos (1907-1923)
Aleksandra Kollontai
Contenido
Breve esbozo biográfico
Aleksandra Mikhaylovna Domontovich nace un 19 de marzo (según el antiguo calendario juliano imperante en Rusia por aquellos años) de 1872 en la ciudad rusa de San Petersburgo.
Hija de un general del ejército imperial ruso, fue educada por un instructor particular y desde chica mostró su interés por las ideas socialistas. Se casó con un oficial del ejército, Vladimir Mikhaylovich Kollontai, de quien toma su apellido.
En 1898, sin embargo, abandonó su posición social privilegiada, se afilia al Partido Obrero Socialdemócrata Ruso y comienza a difundir propaganda revolucionaria entre las trabajadoras. En sus alocuciones y escritos abogaba por cambios radicales en las costumbres e instituciones sociales tradicionales en Rusia. Participó de los hechos revolucionarios de 1905 en Rusia y posteriormente tuvo que exiliarse debido a la publicación de un artículo suyo en Finlandia (por aquel entonces parte del Imperio Ruso) donde animaba a los finlandeses a independizarse de Rusia.
Su vida en el exilio le permitió viajar por Europa y trabar relación con miembros de los partidos socialistas de Francia, Alemania y Gran Bretaña. Al estallar la Primera Guerra Mundial comienza a colaborar con la revista de Trotski, Nase Slovo y en 1915 se une a la facción bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia.
En 1916 realizó una gira por los Estados Unidos, pronunciando discursos contra la posible participación estadounidense en la Primera Guerra Mundial. Aleksandra se oponía fervientemente a la Primera Guerra Mundial al considerarla un conflicto motivado por intereses imperialistas.
Al estallar en Rusia la revolución de octubre de 1917, Aleksandra regresa a Rusia donde es elegida miembro del Comité Ejecutivo del Sóviet de Petrogrado. Una vez instalados los bolcheviques en el poder, Aleksandra se convirtió en Comisaria del Pueblo para el Bienestar Público y utilizó su cargo para introducir cambios radicales en el papel de la mujer en la sociedad rusa, predicando la práctica del amor libre, la simplificación de los procedimientos para contraer matrimonio y divorciarse, la eliminación del estigma legal asociado a los hijos ilegítimos y diversas mejoras en la condición de la mujer.
En efecto, el gobierno revolucionario tomó importantes medidas para lograr la igualdad real entre hombres y mujeres, al liberalizar las relaciones familiares y sexuales. Se aprobó el divorcio conyugal, el derecho al aborto, y se establecieron beneficios sociales como salarios por maternidad, guarderías y hogares para los niños.
En 1918 se realiza el Primer Congreso de Mujeres Trabajadoras de Rusia, del cual Aleksandra fue una de sus organizadoras. Como consecuencia de este congreso se crea el Zhenotdel (Departamento de la Mujer), cuya función era estimular la participación de las mujeres en la vida pública, y luchar contra el analfabetismo. El Zhenotdel editaba la revista llamada Kommunistka (Mujer Comunista), de la cual y Kollontai era parte de su consejo editorial.
En 1921 es una de las fundadoras de la facción política Oposición Obrera que exigía una mayor democracia y un papel más decisivo para los trabajadores en los asuntos del partido, entregar la dirección de la economía a un Congreso de productores, que las empresas y fábricas sean dirigidas por los sindicatos con trabajadores elegidos para ocupar el puesto de administradores. Su afiliación a la Oposición Obrera elevó su popularidad personal entre los miembros del partido en general, pero llevó al Comité Central a intentar expulsarla del partido. Finalmente, Oposición Obrera fue disuelto por el Congreso del partido.
Con gran parte de su influencia política perdida, Aleksandra se unió al Comisariado del Pueblo de Relaciones Exteriores (1922) y fue asignada como embajadora en Noruega (1923–25), México (1926–27), Noruega nuevamente (1927–30) y Suecia (1930), convirtiéndose en la primera mujer en servir como ministra acreditada en un país extranjero. En 1944 dirigió las negociaciones del armisticio que concluyeron las hostilidades soviético-finlandesas durante la Segunda Guerra Mundial. Esta carrera en el servicio diplomático la salvó de las deportaciones y ejecuciones que sufrieron varios miembros de Oposición Obrera, después de la llegada de Stalin al poder.
Generalmente Kollontai es recordada como feminista, ella declaraba estar en contra del movimiento feminista, ya que lo consideraba al servicio de la burguesía capitalista. La emancipación de la mujer no se lograría con reformas feministas, sino con la transformación económica y social de la sociedad, lograda mediante el comunismo.
Entre su profusa obra escrita, disemanada en libros, artículos y discursos, se destacan La mujer ante el desarrollo social (1909); Sociedad y maternidad (1916); La nueva moral y la clase obrera (1918); y Autobiografía de una comunista sexualmente emancipada (1926).
Fallece en Moscú el 9 de marzo de 1952.
Extractos de Los fundamentos sociales de la cuestión femenina (1907)
Dejando a los estudiosos burgueses absortos en el debate de la cuestión de la superioridad de un sexo sobre el otro, o en el peso de los cerebros y en la comparación de la estructura psicológica de hombres y mujeres, los seguidores del materialismo histórico aceptan plenamente las particularidades naturales de cada sexo y demandan sólo que cada persona, sea hombre o mujer, tenga una oportunidad real para su más completa y libre autodeterminación, y la mayor capacidad para el desarrollo y aplicación de todas sus aptitudes naturales. Los seguidores del materialismo histórico rechazan la existencia de una cuestión de la mujer específica separada de la cuestión social general de nuestros días. Tras la subordinación de la mujer se esconden factores económicos específicos, las características naturales han sido un factor secundario en este proceso. Sólo la desaparición completa de estos factores, sólo la evolución de aquellas fuerzas que en algún momento del pasado dieron lugar a la subordinación de la mujer, serán capaces de influir y de hacer que cambie la posición social que ocupa actualmente de forma fundamental. En otras palabras, las mujeres pueden llegar a ser verdaderamente libres e iguales sólo en un mundo organizado mediante nuevas líneas sociales y productivas.
Sin embargo, esto no significa que la mejora parcial de la vida de la mujer dentro del marco del sistema actual no sea posible. La solución radical de la cuestión de los trabajadores sólo es posible con la completa reconstrucción de las relaciones productivas modernas. Pero, ¿debe esto impedirnos trabajar por reformas que sirvan para satisfacer los intereses más urgentes del proletariado? Por el contrario, cada nuevo objetivo de la clase trabajadora representa un paso que conduce a la humanidad hacia el reino de la libertad y la igualdad social: cada derecho que gana la mujer le acerca a la meta fijada de su emancipación total…
La socialdemocracia fue la primera en incluir en su programa la demanda de la igualdad de derechos de las mujeres con los de los hombres. El partido demanda siempre y en todas partes, en los discursos y en la prensa, la retirada de las limitaciones que afectan a las mujeres, es sólo la influencia del partido lo que ha forzado a otros partidos y gobiernos a llevar a cabo reformas en favor de las mujeres. Y, en Rusia, este partido no es sólo el defensor de las mujeres en relación a su posición teórica, sino que siempre y en todos lados se adhiere al principio de igualdad de la mujer.
¿Qué impide a nuestras defensoras de los “derechos de igualdad”, en este caso, aceptar el apoyo de este partido fuerte y experimentado? El hecho es que por “radicales” que pudieran ser las igualitaristas, siguen siendo fieles a su propia clase burguesa. Por el momento, la libertad política es un requisito previo esencial para el crecimiento y el poder de la burguesía rusa. Sin ella resultará que todo su bienestar económico se ha construido sobre arena. La demanda de igualdad política es una necesidad para las mujeres que surge de la vida en sí misma.
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