Pauline Blancard - Bernard Semeteys
Las meriendas
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Fotografías de cubierta:
© Jayme Thornton/Getty-Images
© Anthony-Masterson/Getty-Images
© Davies&Starr/Getty-Images
Fotografías de contracubierta:© daj/Getty-Images
Ilustraciones del interior:
Las fotografías han sido realizadas por L’eau à la bouche.
Dirección artística y fotografías: © Pascal Antoine.
Realización culinaria: Anna Valacsaiova, Karin Boni.
Tiendas: Ikea, Casa.
Agradecimientos:
A Fred e Isabelle Demarquette, Lucie Peeters y a Dominique Lecamus, que es quien ha realizado los brioches.
Traducción de M. F. Vega.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2020
© [2020] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-64699-848-7
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
Índice
Introducción
Las cinco: ¡hora mágica para los niños! Suena la campana que anuncia el final de las clases y la tregua de la merienda antes de estudiar o de hacer los deberes en casa.
Merendar solo, en familia o rodeado de una retahíla de niños… Esta obra le propone unas recetas con las que se le hará la boca agua, para elaborarlas con los niños o sin ellos.
Meriendas para tomar sobre la marcha, en la escuela, tranquilamente en casa, inmerso en la alegre algarabía de una fiesta de cumpleaños o durante una excursión en plena naturaleza…
Hay que recordar que la merienda no es sólo una pausa golosa, sino que ocupa un lugar primordial dentro de una alimentación equilibrada. Por lo tanto, es importante combinar en ella todo lo que necesitan los más pequeños para crecer sanos —¡y los mayores para mantenerse en forma!—. Enseguida comprenderá que la merienda es una comida que nadie debería saltarse.
Tanto si se trata de la celebración de un acontecimiento como si se presenta simplemente como un momento de pausa en casa o fuera, la merienda debería, al igual que cualquier otra comida, suponer un aparte y prepararse con esmero. Debido a que los niños también llevan una vida tan activa que apenas tienen tiempo de comer una galleta, proponemos aquí unas recetas de meriendas equilibradas para tomar en todas las ocasiones, pero también pasteles y tartas para degustar en las celebraciones o simplemente en esos días en los que todo el mundo ha encontrado tiempo para sentarse y hacer una auténtica pausa…
Los beneficios de la merienda
Esencial a todas las edades
¡No, la merienda no está reservada solamente a los niños! También es necesaria para los adolescentes, aunque entre ellos no esté de moda... Es indispensable que mantengan la costumbre de merendar; así, una vez adultos, se seguirán beneficiando de todo lo que esta aporta.
Durante la etapa de la pubertad, el crecimiento se acelera y, por tanto, es importante que la alimentación sea especialmente equilibrada. La merienda es, en consecuencia, un medio suplementario de proporcionar al organismo los elementos que este necesita (cinc, hierro, vitaminas B, C y D, calcio y magnesio). También es el momento ideal para hacer una pausa después de una jornada agotadora, física e intelectualmente.
Por otra parte, la merienda es un elemento indispensable para evitar el picoteo al final del día. Justamente por eso no debe ser confundida con el hecho de picotear alimentos de forma repetitiva durante toda la tarde: la merienda debe tomarse a una hora fija si es posible, y de una sola vez. No hay que olvidar que el picoteo delante de la televisión favorece los problemas de peso en los adolescentes.
A los adultos también les afecta esta tentación del picoteo, y de ahí deriva la conveniencia de merendar a todas las edades.
LA MERIENDA IDEAL
La merienda ideal, sobre todo en la etapa de la adolescencia, debería estar integrada por un producto lácteo (calcio, vitaminas B y D), un derivado de los cereales (aporte de energía), una fruta (vitamina C) y una bebida no demasiado azucarada (para evitar un exceso de glucemia).
FRUTAS PARA MERENDAR
Es esencial acostumbrar a los niños a comer regularmente frutas en la merienda, al igual que en el postre. Además de los beneficios nutricionales que obtendrán, comer fruta se convertirá en un hábito que mantendrán cuando sean adultos: ¡un hábito tan sano como lavarse los dientes!
Merendar para estar delgado
Diversos estudios han constatado que los adultos que meriendan de forma regular están más delgados que el resto. Su ingesta calórica está mejor distribuida a lo largo del día, y evitan mucho mejor el picoteo mientras esperan la cena.
La merienda puede ser considerada como una cuarta comida, sobre todo si es equilibrada y si comprende varios grupos de alimentos (cereales, un producto lácteo y una fruta). Permite también acercarse más a las recomendaciones nutricionales de los expertos.
Transformada en punto de referencia por la tarde, la merienda contribuye a estructurar mejor la jornada y evita los comportamientos causantes de desórdenes alimentarios que se pueden tener al final del día.
Por tanto, no se culpabilice, sobre todo durante la pausa de la merienda: ¡limítese a controlar que esta sea equilibrada!
MERENDAR PARA COMPENSAR
La merienda también permite compensar una comida a veces demasiado ligera. Cuando haya de conformarse con comer un sándwich o un bocadillo, procure tomar un yogur y una fruta a la hora de la merienda (un yogur para beber y una manzana no ocupan mucho sitio y se pueden tomar fácilmente).
Los placeres de la merienda
No sólo porque la merienda es un triunfo para una alimentación equilibrada, sino porque, sobre todo, debe suponer un momento de placer para los niños, se ha de procurar variar los ingredientes, los colores, los sabores y también las ocasiones.
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