JULIO CORTÁZAR (Bruselas, 1914-París, 1984). Escritor argentino, una de la grandes figuras del «boom» de la literatura hispanoamericana del siglo XX. Emparentado con Borges como inteligentísimo cultivador del cuento fantástico, los relatos breves de Cortázar se apartaron sin embargo de la alegoría metafísica para indagar en las facetas inquietantes y enigmáticas de lo cotidiano, en una búsqueda de la autenticidad y del sentido profundo de lo real que halló siempre lejos del encorsetamiento de las creencias, patrones y rutinas establecidas. Su afán renovador se manifiesta sobre todo en el estilo y en la subversión de los géneros que se verifica en muchos de sus libros, de entre los cuales la novela Rayuela (1963), con sus dos posibles órdenes de lectura, sobresale como su obra maestra.
A SARA Y PAUL BLACKBURN
París, 9 de enero de 1965
Dear Sara:
Thanks for many, many things. First of all, your letter; of course, Goyen’s and Warren Miller’s opinions about my novel are flattering. I never read Miller, but I admired a lot Goyen’s The House of Breath. I’ll try to find here Ninety Miles from Home, especially now when a dense swarm of Cuban cronopios have landed in Paris and made my humble abode a kind of tropical hut (it reeks of rum and big cigars!). So thanks for the quotes; let’s hope that there shall be more in the same vein when the Malcolm starts its trip in March. Honestly, Sara, I wish it for Pantheon’s sake more than for mine; after all, Los premios is something very old and almost forgotten after the struggle that was the composition of Rayuela. But the jolly old ship, like the one in Joseph Conrad’s Youth, has a tenacity of its own; let’s trust it.
So I forgot to mention the description of the book on the flap? How uncanopyalesque of me! Of course I was delighted, especially about that part when they (by which I mean professor Blackburn) speak of me as an amateur jazz music. As soon as I read that sentence, I took out my flaming horn and blew such an awful chorus that a big Mexican jar fell from my desk and returned instant to its original Azthec dust.
Sigo en español, puesto que ahora me dirijo también a ti, Pablito, cuya carta te agradezco mucho. How are the migrations of birds? O sea que tengo que decirles algunas cosas que interesan simultáneamente a Sara and/or Paul, y lo mejor es hacerlo en español para andar más rápido.
SOUVENIR PRESS: Bueno, me alegro de que les mandes una parte de la traducción de Rabassa, pero lo mismo escribiré a Sudamericana para decirles que son unos lazy dogs as usual. Eres muy buena y muy generosa, y Mr. Blackburn también, aunque probablemente un poco menos, porque al igual que yo no le gustan los perros y tú, en cambio, amas tanto a los perros como a los gatos, lo cual prueba la enorme canopy que cubre tu corazón. En resumen estoy completamente de acuerdo en que Paul no venda los American rights hasta que se coticen mejor…
Paul, hiciste muy bien en pedirle 50 dólares al profesor horrendo como tú lo llamas. Seguramente no los pagarán, pero a lo mejor sí, porque yo soy tan FAAAAMOSO en Latin America, que mis cuentos ya valen bastante dinero. Ese señor no es amigo mío, de modo que puedes arreglar el asunto on a strictly commercial basis.
STOP THE PRESS: Acabo de recibir el boletín de Pantheon donde en la primera página se anuncia la aparición de The Winners. Me gusta mucho la presentación, creo que da una excelente idea sobre el contenido del libro. ¡Qué ganas tengo de recibir el primer ejemplar!
Me alegro mucho de que les haya gustado el libro. Hasta muy pronto, y gracias por todo. Paul, cuando tenga copias te mandaré algunos cuentos que he escrito en este último año; hay algunos que me gustan mucho. Son extraños, desafían todas las nociones del tiempo y del espacio, ponen en aprietos al lector. But who is afraid?
Un gran abrazo para los dos de Aurora y de
Julio
A JORGE CARNEVALE
París, 9 de enero de 1965
Querido Carnevale:
Perdóneme el atraso; anduve por Inglaterra, y después París se puso invernal, es decir que llegó un enorme cargamento de cronopios de todas partes para ver la saison, y siempre hay alguno que consigue mi teléfono o me espera en la esquina; consecuencia, caminatas, exploración de barrios poco recomendados por las agencias de turismo, y tendencia general a no dormir y a descuidar las obligaciones.
Llegó su envío para Cuba. Cae muy bien porque va a pasar por aquí Antón Arrufat, que es el Gran Selector, Suprema Instancia y Patrón de la Vereda de la revista, aparte de un gran amigo mío y macanudo escritor. Le daré en mano propia (aunque sería mucho más sutil imaginar que Antón lleva una mano ajena de repuesto, o algo así; nunca se sabe con estos peligrosos-cubanos-sometidos-a-las-directivas-del-Kremlin), le daré sus cuentos y también Dispersión que me gusta mucho. De los cuentos prefiero «Retorno» por la idea, aunque creo que se le fue la mano (propia) en estrechar manos (ajenas), es decir que el folklore vampírico se nota demasiado desde el epígrafe hasta las referencias internas. Tengo por ahí la idea de que el gran cuento de vampiros debería escribirse sin que jamás asomara la referencia directa al vampirismo; pero reconozco que no es fácil, como dijo el sastre londinense que había cosido a puñaladas a su madre. De todos modos, en un país donde en general los cuentos me parecen bastante trabajosos por el lado de las ideas, donde no hay mucha imaginación y se cree que basta con eso que llaman «sentimiento» o «verdad», su cuento me gusta por imaginativo y creo que al Patrón le gustará también. Muchas gracias en nombre de la Revista.
También me llegó Cero, que leí las otras noches de punta a punta. Siempre es alentador, en un sentido patafísico, encontrarse una contratapa donde en dialéctica batalla con la Palabra Cero aparece el número 1. Esas cosas son la sal de la tierra, y no títulos tales como Afirmación, Espíritu, y otros hallazgos parecidos que abundan en las publicaciones sudamericanas. A mi mujer se le había ocurrido hace poco crear una revista que llevaría el título siguiente: La Marmota Intransigente. Si no fuera porque no tenemos plata (y poesía) creo que la fundaríamos nada más que para imaginar la cara de la plana mayor de la SADE.
Muito obrigado por la sección «Cronopiaje», cuyo lema me pareció simplemente glorioso. De los cuentos el que más me gustó (pero todos son muy publicables) es el de Conde Sauné; si lo ve, dígale que si edita algún tomo de cuentos o los publica en revistas, me gustará siempre leerlos. Dada mi modestia tradicional, dejo para lo último su nota sobre mi librito, que usted ya me había adelantado por avión y que me sigue pareciendo excelente, incluso en los desacuerdos. Está muy bien toda la parte de poesía de Cero. Hay de todo, creo, pero es una poesía dinámica y verdadera, es decir, una poesía con lo que los filósofos llaman «correlato objetivo» y que faltó durante tanto tiempo en nuestra tierra, donde los poemas abundaban en una flora y una fauna que jamás habían vivido los poetas como no fuera en el diccionario, y que sin embargo pretendían darnos como el producto de una necesidad interior impostergable. ¿Conoce la anécdota de la condesa de Noailles, paseando con Colette por un jardín y preguntándole el nombre de una hermosa flor? «Se llama amaranto», le explicó Colette. «¿Amaranto?», exclamó la condesa. «Pero si es la flor de la que tanto he hablado en mis poemas!». Esto podría haber ocurrido en Parque Centenario, con protagonistas sumamente vernáculos. Y no es que yo defienda un correlato objetivo de bajo corte realista; pero siempre me hartó la mera ecolalia. Cuando Neruda o Vallejo nombran una cosa cualquiera, uno sabe profundamente que detrás de la evocación verbal o eufónica hay una referencia que cabría llamar existencial si no fuera que ya nos estamos poniendo pedantes, y entonces chau, adelante con la revista, y un abrazo de su amigo