Autor: Ariel Sergio Gómez
Dirección editorial: Rafael Paredes, Editorial Universidad Adventista del Plata
Corrección editorial: Viviana Marsollier de Lehoux, Editorial Universidad Adventista del Plata
Diseño de portada y diagramación: Mauro Perasso, Editorial Universidad Adventista del Plata
Imágenes utilizadas en portada: Shutterstock
Es propiedad de © Editorial Universidad Adventista del Plata . Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723.
Gómez, Ariel Sergio
Muerte digna : cuando el desafío es personal / Ariel Sergio Gómez. - 2a ed revisada. - Libertador San Martín : Universidad Adventista del Plata, 2018.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-765-005-1
1. Tanatología. 2. Calidad de Vida. 3. Eutanasia. I. Título.
CDD 306.45
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Dedicatoria
A mis padres, a quienes debo la mayor parte de lo que soy.
A mi esposa, que me motiva, me ayuda, y es mi “otra mitad”.
A mis hijos, que me llenan de alegría y me enseñan cosas nuevas cada día.
A la memoria de mis abuelos, cuya influencia positiva sigue acompañando a sus nietos.
Contenidos
Introducción
¿Se puede? ¿Es posible hablar de muerte digna sin hablar de eutanasia? ¿Acaso no son sinónimos?
Una respuesta corta a esta pregunta corre el riesgo de ser incompleta o injusta, pero me atrevo a afirmar que es posible.
En primer lugar, porque creo que cuando hablamos de la última etapa de la existencia estamos hablando de una parte de la vida, y como tal es justamente eso, vida, y vida en un contexto mucho más amplio que solamente el período de agonía y las cuestiones éticas que la rodean. Por eso, hablar de muerte digna implica hablar de la vida, aunque parezca un contrasentido. Y en segundo lugar, porque la dignidad es un concepto lo suficientemente rico como para que en él estén reflejados casi exclusivamente, como pasa habitualmente, dos factores como son la presencia o la ausencia de dolor, y la dilación o la celeridad de los procesos que llevan a la cesación de las funciones vitales. La dignidad es una trama que atraviesa toda la vida de una persona y que no se presenta de manera mágica, ni se retira de forma azarosa en los últimos días de la existencia.
Tendremos que emprender, entonces, el ejercicio de despojarnos de algunos preconceptos que traemos de manera casi automática, conceptos que habitualmente son alimentados por noticias periodísticas, relacionadas con algún hecho doloroso que sacude a la sociedad desde los titulares de los diarios, y que nos pone frente a discusiones acerca de la vida y de la muerte para las cuales pareciéramos no estar preparados, y en general, no se nos proveen herramientas de reflexión adecuadas.
En esos episodios, generalmente se dan una suerte de luchas de poder, a veces visibles y a veces no, que resultan poco provechosas. Por un lado, se trata de generalizar a partir de un caso particular que tiene aristas propias que los medios de comunicación generalmente ignoran u omiten. Surgen, entonces, decenas de “opinólogos” que dan veredictos inapelables, sin siquiera haber visto el caso personalmente. Y por si todo esto fuera poco, convergen intereses previamente establecidos, generalmente basados en una visión filosófica o religiosa particular sobre el tema, que hace poco felices y conducentes este tipo de discusiones espasmódicas.
Aunque en la mayoría de los casos las discusiones que sobrevienen de estas historias suelen ser bastante estériles, cuando no contraproducentes, también es cierto que pueden gatillar dudas, inquietudes o momentos de reflexión. Y a eso apunta este libro, a nutrir esos momentos de reflexión, a aportar algunas respuestas, a despertar nuevos interrogantes.
“Este libro apunta a nutrir momentos de reflexión, a aportar algunas respuestas, a despertar nuevos interrogantes”.
Sin la urgencia de un caso que espere una resolución, sin una familia que aguarde con angustia la respuesta de un “grupo de notables”, sin cámaras ni micrófonos apostados en la puerta principal de un hospital o de un juzgado, sin declaraciones altisonantes de ministros religiosos inflexibles o de médicos propensos a decisiones “heroicas”, quisiera abordar el tema de la así llamada muerte digna, desde un marco más amplio. Tomando ese interés natural que despiertan estas cuestiones, pretendo explorarlo con un fin constructivo que impulse al crecimiento de cada individuo.
Por eso, a riesgo de decepcionar a algún lector, quiero anticipar que no hablaré de eutanasia, porque no se trata de eso este libro. No quiero crear una lista de pautas a seguir y tampoco prometo, al final del camino, una especie de “algoritmo sagrado” que resolverá todos los problemas presentes y futuros como sociedad, como médicos o como personas. No hablaré de respiradores, de morfina, de electroencefalogramas o cuestiones por el estilo.
También es bueno advertir que, a través de estas páginas, habrá momentos de miradas filosóficas, de debates médicos, de experiencias personales, de críticas sociales y de cuestiones religiosas. Lo mismo que sucede cuando nos aproximamos al ocaso de la vida, un gran cúmulo de ideas, sentimientos y dudas de todo tipo surgen y se entremezclan de manera desafiante, sin que ninguna de ellas prevalezca o pueda ser confinada a un compartimento estanco.
Vale la pena, en esta introducción, aclarar que a lo largo del libro se utilizará el término muerte digna, en muchas ocasiones. Se lo utilizará al comienzo como equivalente de agonía digna, ya que por lo general, cuando se habla del primero de ellos, se asume automáticamente el segundo, el de la última etapa de la vida y todo lo que rodea a la misma. Eventualmente, están tan unidos que cuesta hacer una diferencia clara.
Es la agonía, ese cúmulo de situaciones tan únicas, la que nos desafía en lo individual y social, y la que trataré de abordar en este libro. La muerte en sí misma, el momento en que se exhala el último suspiro, no conlleva el peso emocional y psicológico que toda la etapa previa tiene, y que, por lo general, es la causa de tan apasionados debates. Excepto por el valor filosófico o religioso que el instante de la muerte pueda tener para cada uno, no se puede equiparar al desgaste físico, emocional y espiritual del período previo a la misma.
Debido a que se tocarán aspectos filosóficos y religiosos, vale la pena hacer una última aclaración. Cada vez que se traten esos temas, se lo hará desde un punto de vista bíblico. Podría intentar matizar algunas definiciones o conceptos y buscar darles un halo de neutralidad, pero prefiero hacer explícita mi adhesión a la cosmovisión bíblica, la que asumo que me dará mayor libertad a mí como escritor, y también a aquellos que no comparten esta postura, pues podrán criticar los puntos de vista teniendo en claro cuál es su origen. De todas maneras, como la cultura judeo-cristiana permea con sus conceptos éticos buena parte del mundo occidental, supongo que nada de lo que se va a decir será una novedad, incluso para aquellos que nunca leyeron la Biblia.