Introducción
América del Norte, al igual que cualquier otra parte del mundo, está creciendo en términos de diversidad de culturas, razas, nacionalidades y religiones. Sabemos que esto brinda tanto oportunidades como desafíos. Como mínimo podemos esperar una tolerancia civilizada en medio de las diferencias. Esto ya sería una bendición en muchas áreas. Sin embargo, los cristianos (especialmente los de vida consagrada) esperamos mucho más. Más allá del nivel superficial de la coexistencia, pugnamos por vivir y trabajar interculturalmente, es decir, construyendo y manteniendo relaciones mutuamente enriquecedoras y estimulantes entre todos los pueblos. ¿Por qué? Por el hecho de reconocer y participar en el componente esencial ya-sí-todavía-no del reino de Dios: todos los pueblos reunidos y compartiendo la misma mesa de plenitud en el espíritu del amor, la misericordia, el respeto y la justicia. Tal compromiso con la vida y el ministerio intercultural es hoy una voz profética.
En respuesta a esta visión, el Centro de Estudios de la Vida Consagrada (Center for the Study of Consecrated Life-CSCL) de la Unión Teológica Católica (Catholic Theological Union-CTU) en Chicago patrocinó un programa de tres años (2017-2020) en el cual veinte equipos centrales de congregaciones e institutos religiosos de hombres y mujeres sirvieron como catalizadores y recursos para fomentar y desarrollar proyectos interculturales para sus propias comunidades religiosas y para otras. Todo el proceso para los equipos centrales de las congregaciones incluyó el desarrollo de estudios de caso utilizando herramientas y cuestionarios sociológicos, la creación de planes de acción y la remisión de informes de progreso, la participación de tres programas en la CTU y la interacción con los integrantes de otros equipos. En noviembre de 2017 y 2018 el CSCL patrocinó conferencias de interculturalidad con plenarios, talleres de trabajo, trabajo en pequeños grupos, ejercicios de los participantes, oraciones y liturgias interculturales, y sesiones de trabajo de los equipos centrales.
Este libro se publica con el objeto de compartir los ricos recursos de las presentaciones de los plenarios y de los talleres de trabajo del grupo multicultural e internacional de expertos con las congregaciones que participaron en el programa plurianual del CSCL y con el círculo más amplio de religiosos y religiosas, y con otras personas interesadas en la vida y el ministerio intercultural y dedicadas a ellos. En lo referente a la diversidad, quienes presentaron las siete conferencias de 2017 eran originarios de siete países diferentes. Tres de los capítulos fueron escritos en colaboración por hombres y mujeres de orígenes culturales y raciales diversos, y la multiculturalidad de América del Norte estuvo bien representada.
El libro está dividido en tres secciones. Los cuatro capítulos que componen la primera parte proporcionan el contexto y el «terreno» de las oportunidades y los desafíos de la interculturalidad en las congregaciones religiosas. La eslovena-estadounidense Maria Cimperman, RSCJ, presenta cuestiones críticas para afrontar este tema absolutamente urgente. Desde sus perspectivas británica, mexicana y filipina, y sus amplias experiencias multiculturales, Anthony Gittins, CSSp, Teresa Maya, CCVI, y Tony Pernia, SVD, esbozan los «planos» para afrontar este tema. Siguiendo con este imaginario arquitectónico, los cuatro capítulos que componen la segunda parte ponen los cimientos necesarios. Adriana Milmanda, SSpS, de Argentina, y la coreana Sophia Park, SNJM, brindan una ponderada base bíblica para comprender los procesos multiculturales de Jesús y de la Iglesia primitiva en relación con nuestra situación actual. El estadounidense Robert Schreiter, CPPS, proporciona un marco teórico para la reconciliación y la interculturalidad. Por su parte, Sia Temu, MM, despliega las implicaciones prácticas y las aplicaciones de este tema desde su experiencia en África Oriental.
Como bloques de hormigón, los ocho capítulos de la tercera parte se centran en algunos aspectos particulares prácticos de la interculturalidad y la vida consagrada. Tim Norton, SVD, de Australia, describe doce herramientas para construir la competencia intercultural. La vietnamita Maria Nguyen, OSB, y el germano-estadounidense Roger Schroeder, SVD, ofrecen una presentación conjunta de sociedades centradas en lo social y en lo individual, e incluyen el estudio de tres casos. La afroamericana LaReine-Marie Mosely, SND, explora los importantes temas de raza y género desde una perspectiva intercultural. Otro capítulo sobre el tema de la personalidad y la cultura fue escrito de forma conjunta por dos licenciados en Psicología, Kevin McClone y Crystal Taylor-Dietz, que provienen de diferentes orígenes raciales interculturales. Los capítulos 13-15 se centran en tres áreas claves de la vida consagrada que necesitan ser tratadas desde la perspectiva de la interculturalidad. Tony Pernia, SVD, y Judette Gallares, RC –ambos de Filipinas–, se ocupan respectivamente de los temas del liderazgo y de la formación. La laica consagrada del Movimiento de los Focolares Birgit Oberhofer, nacida en Alemania, presenta algunas sugerencias concretas de espiritualidad y vida intercultural. El último capítulo, escrito de forma conjunta por Michel Andraos, natural del Líbano, y la japonesa-estadounidense Joanne Doi, MM, se ocupan de los temas interculturales de decolonialidad y peregrinación.
Quisiéramos dar las gracias a una multitud de personas por su ayuda en este volumen. En primer lugar, el programa plurianual de interculturalidad del CSCL en sí y la publicación de este volumen no habrían sido posibles sin el generoso aporte económico y otras ayudas de la Fundación Conrad N. Hilton. La Iniciativa de las Hermanas Católicas (Catholic Sisters Initiative) ha sido una maravillosa compañera al apoyar nuestros esfuerzos y ayudarnos mientras desarrollábamos herramientas de evaluación y aprendizaje. Esperamos que nuestros esfuerzos conjuntos continúen construyendo oportunidades para que las mujeres religiosas prosperen y sirvan a todo el pueblo de Dios tanto local como globalmente. En segundo lugar queremos agradecer a nuestro editor, Jill Brennan O’Brien, al redactor jefe Robert Ellsberg, y a todo el personal de Orbis Books por su interés y los varios niveles de ayuda que permitieron hacer realidad este libro. En tercer lugar, queremos agradecer a los autores que dedicaron su tiempo y conocimientos para brindar personalmente sus presentaciones en ambas conferencias CSCL en Chicago y prepararon sus presentaciones para su publicación. Queremos reconocer las contribuciones de Maria Nguyen, OSB, y Joanne Doi, MM, que se unieron a nosotros en el equipo organizador de este programa de la CTU. Estamos inmensamente agradecidos a nuestros colegas del personal, administración y docentes de la CTU por su continuo apoyo y ayuda durante los tres años de este programa de interculturalidad. Un agradecimiento especial a Peter Cunningham por sus inestimables servicios entre bambalinas como asistente administrativo de la CSCL y coordinador asistente del programa. Por último, pero no por ello menos importante, estamos sumamente agradecidos a los participantes de este programa de Comprometidos con nuestra diversidad por su apertura, compromiso y creatividad.
A nivel personal (yo, Maria) quiero señalar que la importancia de formar comunidades interculturales nunca se ha sentido más crucial en la vida religiosa, en la Iglesia y en el mundo. Todas las áreas de la vida religiosa se ven influidas por nuestra apertura a dejarnos transformar en comunidades interculturales. Esta tarea me está transformando a mí, y por eso estoy profundamente agradecida.