Claudio
Freidzon
De Gloria
En Gloria
Betania es un sello de Editorial Caribe, Inc.
© 2002 Editorial Caribe, Inc.
Una división de Thomas Nelson, Inc.
Nashville, TN-Miami, FL, EE.UU.
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A menos que se señale lo contrario, todas las citas bíblicas
son tomadas de la Versión Reina-Valera 1960
© 1960 Sociedades Bíblicas Unidas en América Latina.
Usadas con permiso.
ISBN: 978-1-60255-428-3
Reservados todos los derechos.
Prohibida la reproducción total
o parcial en cualquier forma,
escrita o electrónica, sin la debida
autorización de los editores.
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Contents
«Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor» (2 Corintios 3:18).
Quiero invitarte a vivir diariamente de gloria en gloria.
Cada día es una oportunidad, una ocasión sublime para descubrir lo hermoso que es estar vivos y tomados de la mano del Maestro, un tiempo escogido para ver a Cristo en la comunión del Espíritu Santo. De rodillas, queremos contemplarlo en la hermosura de su santidad, observarlo poderoso reinando sobre nuestras pruebas, descubrirlo en la sonrisa de un niño o en nuestro prójimo que nos necesita. ¡Anhelamos ver a Cristo en nuestro día y ser transformados de gloria en gloria en su misma imagen!
Este devocionario me ha llevado una vida escribirlo. Las predicaciones, enseñanzas, vivencias, anécdotas, ilustraciones que he presentado a lo largo de muchos años se reflejan en sus páginas. Lo he escrito con el propósito de ofrecerte cada día una reflexión que te deje una enseñanza, una Palabra de Dios que te aliente en medio de las pruebas, un mensaje que te inspire para buscar el rostro del Señor y meditar en su Palabra.
Me emociona saber que a través de estas páginas podré estar cerca de ti en tiempos de gozo y aún en momentos de prueba. ¡Ruego a Dios que las palabras de este libro sean específicas y oportunas para cada tiempo! Que traigan consuelo, dirección y esperanza. Que te hagan pensar y también sonreir.
Si este libro puede despertar en ti una mayor hambre por el Espíritu Santo y un nuevo celo por vivir la verdad de Dios en tu cotidiano vivir, mis oraciones habrás sido contestadas con crecer.
¡Camina de día en día, y de gloria en gloria!
REV. CLAUDIO J. FREIDZON
A mi Señor Jesucristo por darme la oportunidad de
conocerlo y servirle.
Gracias a mi familia:
Betty, sos un regalo de Dios para mi vida.
Daniela , Sebastián y Ezequiel, son hijos especiales.
Gracias por todo el amor que nos han brindado
durante estos años y por la oportunidad
de servir a Dios como Familia.
Gracias a mi madre Beba,
por sus oraciones permanentes a nuestro favor.
A mis suegros Vitorio y Cele por ser
columnas de oración de intercesión para nosotros.
A toda la iglesia Rey de Reyes.
A todo el personal de la oficina y pastoral.
Ustedes son únicos.
¡Gracias!
Enero 1
Caminemos con Dios
«Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.
Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios».
GÉNESIS 5.23, 24
CAMINAR CON DIOS es una experiencia incomparable. En este mundo de lo instantáneo, en el que pocos invierten su tiempo en buscar la presencia de Dios, los que caminamos en amistad y comunión con el Espíritu Santo estamos cada día más enamorados de Dios.
Enoc tenía pasión por Dios. Tan cerca caminó del Señor, tanto se alejó de las cosas del mundo, que Dios, tal vez, le dijo: «Enoc, ya es tarde y estás más cerca de mi casa que de la tuya. Quédate a vivir conmigo».
Enoc elevó tanto su corazón para ver a Dios que Él le permitió que lo viera en plenitud, atravesando la frontera de los cielos.
Un pastor amigo, muy querido y respetado, me preguntó hace unos años: «¿Cuánto tiempo dedicas a oír la voz del Espíritu Santo?» Esta pregunta cambió el rumbo de mi vida. Descubrí una comunión con Dios que no conocía y que hoy disfruto en mi caminar diario.
La presencia del Espíritu vendrá cada vez que te decidas a buscarlo y te enseñará «cosas grandes y ocultas que tú no conoces» (Jeremías 33.3).
¿Es, en verdad, tu anhelo caminar con Dios en amistad y verle un día cara a cara? Enoc vivió 365 años y caminó con Dios. El número 365 es más que un símbolo. Es un desafío a que tengas comunión con el Espíritu Santo los 365 días del año.
Señor, vengo a ti confesando mi decisión de caminar contigo durante este año. Anhelo que tu presencia y tu Palabra me guíen en mi caminar diario, Amén.
Enero 2
Únicos para Dios
«Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios».
1 CORINTIOS 12.22
HACE UNOS DÍAS, atendí una sorprendente consulta pastoral. ¡Vino a verme el dedo gordo del pie!
—Nadie me quiere —dijo él—. Todos me critican que soy muy gordo, que soy muy largo, que soy torcido.
La obra de Dios se debilita por causa de muchos que piensan que nada tienen para dar. Se comparan con otros y, porque no tienen el carisma o la capacidad de cierta persona, piensan que no tienen nada.
Estas comparaciones jamás dejan un saldo positivo. Si te comparas con otro y te ves superior, caerás en el pecado del orgullo. En cambio, si te comparas con otro y te ves inferior, fácilmente puedes caer en los pecados de envidia, competencia o autocompasión.
Tú eres único y especial para Dios. No solamente Dios te ha dado dones, tu vida misma es un don de Dios para este mundo. Nadie puede amar como tú. Nadie puede sonreír con tu boca. Tu capacidad de dar en Cristo es ilimitada.
No olvides que «toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces» (Santiago 1.17).
¿Hay algo bueno en tu vida? ¡Dios te lo dio para que lo uses!
¡Ah! Olvidaba contarte cómo terminó la consulta con el dedo gordo del pie. Gracias a Dios, se fue feliz. Se dio cuenta que, sin él, el cuerpo no podría alcanzar su máxima estatura. ¡Y eso no es poco!
Señor, gracias por haberme creado tal como soy.
Renuncio a toda comparación y me pongo a tu servicio.
Usa mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.
Enero 3
¡A Dios sea la gloria!
«Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?»
1 CORINTIOS 4.7
UN ELEFANTE Y UNA hormiga tenían que cruzar un largo puente. A medida que avanzaban, más se movía, y el temor de que se rompiese aumentaba. Afortunadamente, llegaron al otro extremo sanos y salvos. La hormiga suspiró profundamente y exclamó: «¡Cómo movimos el puente!»
Nosotros también en ocasiones, no le damos a Dios la gloria debida y pensamos que fuimos los artífices de los logros obtenidos.
«¿Quién te distingue?» ¿Has recibido algún reconocimiento o halago por tu labor? Si es así, reconoce que es por la gracia de Dios que has progresado en tu camino. ¡Dios es quien nos distingue!
Hace unos años, en una cruzada, nos entregaron las llaves de la ciudad. Fue emocionante. En el avión de regreso a Buenos Aires pensaba en llegar a la iglesia y decirles a mis hermanos: «¡He recibido las llaves de la ciudad en esta cruzada!» Entonces el Espíritu Santo habló a mi corazón: «Claudio, las llaves me las dieron a mí». Emocionado, dije: «Es verdad, Señor. Tú lo hiciste todo».
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