Amy Tan - Recuerdo de un sueño
Aquí puedes leer online Amy Tan - Recuerdo de un sueño texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2018, Editor: ePubLibre, Género: Detective y thriller. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:Recuerdo de un sueño
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:2018
- Índice:3 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Recuerdo de un sueño: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Recuerdo de un sueño" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Amy Tan: otros libros del autor
¿Quién escribió Recuerdo de un sueño? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.
Recuerdo de un sueño — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Recuerdo de un sueño " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
AMY TAN (chino: 譚恩美; pinyin: Tán Ēnměi), nacida el 19 de febrero de 1952 en Oakland, California (Estados Unidos).
Criada en el seno de una familia de inmigrantes chinos. Fue la segunda de los tres hijos de Daisy Li y John Tan, un ingeniero electrónico y ministro bautista.
Se trasladó junto a su hermano menor John Jr. a Suiza, donde terminó la escuela secundaria, en el Institut Monte Rosa, de Montreux. Por entonces se enteró de anterior matrimonio de su madre en China, en el que tuvo sus cuatro hijos y cómo se vio obligada a dejarlos en Shanghai. Esto le sirvió de base para su primera novela The Joy Luck Club.
En 1987 viajó junto a su progenitora a China, donde conoció a sus tres hermanas.
Cursó estudios en las universidades de San José en San Diego y Berkeley (California). Recibió su licenciatura y maestría en Inglés y lingüística, y más tarde realizó estudios de doctorado en lingüística.
Fue asesora de programas para niños disminuidos entre 1976 y 1981 y reportera, editora y escritora técnica de 1981 a 1987.
Debutó con la novela, El club de la buena estrella (1989), que fue llevada al cine en 1993 por Wayne Wang, llegando a ser un éxito comercial. En sus escritos explora las relaciones entre madres e hijas y lo que significa ser parte de la primera generación de asiáticos americanos.
Para Daniel Halpern, de repente y por fin, nuestro libro
Título original: Where the Past Begins
Amy Tan, 2018
Traducción: Claudia Conde
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
[1] En inglés, dick es un término coloquial que designa el pene, y dyke, una manera vulgar de referirse a una lesbiana. (N. de la t.)
Con una prosa espontánea y magnífica, Amy Tan articula un viaje a través de la memoria para mostrar cómo los recuerdos casi olvidados se convirtieron en los núcleos emocionales de sus novelas y cómo hicieron inevitable que se dedicara a la escritura.
La autora explora impactantes verdades sobre su familia y su pasado, como la verdadera razón por la que tuvo que pasar un test de inteligencia con seis años, por qué sus padres mintieron sobre su educación o los misterios que rodean a su abuela materna y, por primera vez públicamente, escribe sobre la compleja relación con su padre.
Recuerdo de un sueño sumerge al lector directamente en la mente de esta maravillosa escritora y lo lleva de la mano por sus recuerdos, su imaginación y las verdades que conforman su existencia.
Genio oculto
Según mis padres, una persona podía ser un genio y ni siquiera notarlo si era perezosa. Tenía que esforzarse y obligarse a hacer cosas difíciles para conocer la fuerza de su cerebro. Si solamente hacía lo fácil, sería como todos los demás. De niña, tenía la impresión de que mi perezoso cerebro era como un músculo flácido. Si el ejercicio físico podía convertir a un alfeñique en un musculoso fortachón, el ejercicio mental haría lo mismo con mi cerebro. Y entonces, si yo realmente era un genio, todo el mundo lo sabría y me llamarían niña prodigio. «Si Peter puede —me decían mis padres—, tú también».
Peter era dieciocho meses mayor que yo y estaba destinado desde la cuna a ser un genio y a hacer grandes cosas en la vida. Me lo decían mis padres, nuestros parientes y los amigos de la familia. Si realmente era un genio o no, no puedo saberlo, porque murió a los dieciséis años, demasiado joven para hacer realidad las predicciones. Aun así, no recuerdo ningún momento de la infancia en que creyera que las afirmaciones de mis padres no se correspondían estrictamente con la realidad. Cuando Peter terminó el primer año de la escuela primaria, lo pasaron directamente a tercero y, aun así, según mis padres, seguía estando muy por delante de sus compañeros. Lo aprendía todo con rapidez y tenía una capacidad enorme de concentración. Estuvo varios días componiendo un mapa de América del Sur con diferentes tipos de legumbres secas: judías de careta para Argentina, lentejas para Brasil, guisantes para Chile y así con todos los países, a legumbre por país. Su mapa de Sudamérica estuvo colgado durante años sobre las repisas de las chimeneas de nuestras casas sucesivas, y sólo ahora me pregunto qué se habrá hecho de aquella reliquia del orgullo de mis padres.
Peter nunca presumía de ser más listo que los demás. Cuando yo no podía hacer lo mismo que él, me ayudaba. Me enseñó a atrapar la bola con un guante de béisbol, a arrojar periódicos para repartirlos, a montar sin manos en bicicleta, a trepar una valla, a pasar por debajo de una alambrada, a criar cobayas, a coleccionar tarjetas de béisbol de los envoltorios de chicle y a buscar palabras en un diccionario. Me enseñaba los chistes de la revista Max, los nombres de las canciones más populares y a espiar a nuestros vecinos cuando discutían. Siempre me dejaba jugar con él a cualquier cosa que estuviera jugando. Cuando él era Davy Crockett, con su gorra de falsa piel de mapache, yo era la doncella india. Una vez le regalaron un tren eléctrico Lionel por Navidad, y él solo montó el cuadro de control y conectó todos los cables. A mí me dejó ensamblar las vías y montar el paisaje de plástico. En el instituto de secundaria, se postuló al cargo de tesorero, de modo que yo me postulé al de secretaria. Me dejaba leer sus libros: la cartilla en el colegio y las novelas en el instituto.
Oakland, 1955. Jugando juntos: Peter, cinco años, y yo, tres.
Yo pensaba que era mejor que yo en todo y que siempre lo sería, y no sólo porque fuera dieciocho meses mayor, sino por las cosas que decían mis padres cuando hablaban de la brillante inteligencia de Peter. El otro día encontré mi libreta de calificaciones de primer año y vi lo que había escrito mi padre a la maestra. Sus elogios hacia mí quedan ensombrecidos por unas alabanzas aún mayores hacia Peter. Es una opinión que llevo grabada en la mente desde la infancia, tan indeleble como la tinta de la nota.
Amy tiene cierta sensación de inferioridad ante la extraordinaria inteligencia de su hermano, pero este último informe le infundirá mucha moral. Necesitará nuestro aliento constante, así como el de la escuela, para mantener un ritmo tan acelerado sin quedar rezagada.
En realidad, no recuerdo haberme sentido inferior a Peter, al menos, no de una manera dolorosa. Simplemente reconocía que él era más listo que yo. No tenía ninguna sensación de insuficiencia respecto a los otros niños de mi edad. Mis padres y los de los otros niños solían compararnos de diversas maneras. Yo pesé 4,400 kilogramos al nacer, destinada desde el principio a ser durante años la campeona reinante en las categorías de estatura, peso y rapidez para dejar pequeños los zapatos. Seguí siendo un peso pesado entre los delgados retoños de los amigos de la familia hasta mi primer año de universidad, cuando me diagnosticaron un trastorno de la tiroides y rápidamente perdí quince kilos en cuanto comencé el tratamiento. El año pasado, unos amigos de mis padres me contaron entre risas lo mucho que habían aguantado a mis padres presumiendo, cuando las dos familias se reunían para cenar: «Peter es un genio», o «La maestra de Amy dice que lee en voz alta con mucha expresividad». Me resultó un poco bochornoso.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Recuerdo de un sueño»
Mira libros similares a Recuerdo de un sueño. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Recuerdo de un sueño y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.