En este libro, con introducción y notas de Gonzalo Sobejano, se recoge una importantísima serie de textos escritos por Aub en circunstancias cruciales de su vida o de su tiempo. Indispensable para profundizar en su personalidad y su concepción humanista de la existencia.
Hablo como hombre es una colección de ensayos, género en el cual Aub no se destacó tanto como lo había hecho y seguiría haciendo en novela, cuento y drama.
Max Aub
Hablo como hombre
ePub r1.0
Titivillus 12.06.15
Título original: Hablo como hombre
Max Aub, 1967
Introducción y notas: Gonzalo Sobejano, 2002
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
Notas
[1] Cito por la traducción de Felipe Scio de San Miguel: La Sagrada Biblia, Tomo II del Nuevo Testamento, Barcelona, A. Pons, 1845, Epístola de San Pablo a los Romanos, III, 5-6 . En la popular versión de Nácar-Colunga lo citado aparece en esta forma: «Pero si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿No es Dios injusto en desfogar su ira? (hablando a lo humano)».
[2] Esta concisa apreciación de Hablo como hombre se halla en: Max Aub-Francisco Ayala Epistolario 1952-1972 , ed. de Ignacio Soldevila Durante, Fundación Max Aub y Biblioteca Valenciana, 2001; p. 154, nota 254.
Indispensables son las razones que a Hablo como hombre dedica el mismo Ignacio Soldevila en su libro fundamental El compromiso de la imaginación. Vida y obra de Max Aub, Segorbe, Fundación Max Aub, 1999, pp. 210-216 .
De importancia grande, en relación con Hablo como hombre, son también estos trabajos, publicados ambos en Actas del Congreso Internacional «Max Aub y el laberinto español», celebrado en Valencia y Segorbe del 13 al 17 de diciembre de 1993, ed. al cuidado de Cecilio Alonso (Ayuntamiento de Valencia, 1996): José-Carlos Mainer, «La ética del testigo: la Vanguardia como moral en Max Aub» (tomo I, pp. 69-91) ; Manuel Aznar Soler, «Política y literatura en los ensayos de Max Aub» (tomo II, pp. 569-614) .
ESTUDIO INTRODUCTORIO
EN UN MISMO AÑO, 1967, publica Max Aub dos libros de ensayos: Hablo como hombre (México, Joaquín Mortiz; 163 pp.) y Pruebas (Madrid, Ciencia Nueva; 203 pp.). Son sus primeras colecciones de escritos de este género, en el cual no se destacó tanto como lo había hecho y seguiría haciéndolo en novela, cuento y drama.
Llamaremos aquí «ensayos» a los escritos que exponen el pensar de un sujeto en forma libremente personal, breve, sugerente, inconclusiva, actualizados, concentrada y trascendente (trascendente no porque el tema haya de ser por necesidad de gran importancia, sino porque la forma de pensarlo trascienda al lector eficazmente, interesándole en él).
Definido el ensayo por estas cualidades, es género que se distingue de los admitidos —épico, dramático y lírico— porque no narra, ni representa, ni canta. Lo que hace el ensayo es exponer el proceso de pensar un tema, (entendiendo por tema no un mundo, ni la acción de vivir, ni el alma en sus emociones, como en aquellos géneros, sino un objeto de cultura).
La producción de Max Aub como ensayista no puede compararse, en fecundidad, con la demostrada como novelista y dramaturgo; pero es extensa, si se amplía el concepto de ensayo, según suele hacerse, a artículos, conferencias, crónicas de viaje, diarios y otras especies emparentadas.
Los más notables libros de ensayo de Max Aub, después de los mencionados, son otros dos que pertenecen a la categoría mixta crónica de viaje y diario: Enero en Cuba (1969) y La gallina ciega. Diario español (1971). Podría añadirse Diarios 1939-1972 (1998), pero ésta es una selección, muy bien hecha por Manuel Aznar Soler, que nadie sabe si Aub la hubiera autorizado.
Así pues, los libros de ensayos preparados para su publicación por su propio autor son los cuatro aludidos, que forman dos parejas: Hablo como hombre y Pruebas son series de ensayos; Enero en Cuba y La gallina ciega, diarios de signo ensayístico.
Aunque coincidentes en fecha de edición y semejantes en factura, los dos primeros libros se distinguen muy claramente por su temática. Los ocho ensayos de Pruebas son todos de materia literaria (Heine, Don Juan, el teatro español, el Quijote, la Numancia, algunos Quijotes, la Doña Perfecta de Galdós, y un retrato de Unamuno). En cambio, los veinte textos que integran Hablo como hombre (textos por lo general más breves) son todos de materia política, salvo el penúltimo, y aun éste acentúa mucho el influjo de las circunstancias políticas en «la literatura de nuestros días», su tema.
El título Hablo como hombre, por su misma aparente sencillez, resulta interesante y sugestivo, como pueden serlo, en consonancia, Mon coeur mis au nu o Confieso que he vivido.
Inspiran el título y presiden, como lema, la colectánea esas palabras de San Pablo a los romanos, «Hablo como hombre» no puestas en boca del apóstol, sino de un pecador que objeta a éste por qué Dios ha permitido a los hombres pecar para derivar de esos mismos pecados el beneficio de la redención: «Pues si nuestra injusticia encarece la justicia de Dios, como está escrito, ¿qué diremos? ¿Es por ventura Dios injusto, que castiga en ira? (Como hombre hablo). [Secundum hominem dico]». Entiéndese que el objetante habla desde una lógica meramente humana, desde lo real, relativo e imperfecto del hombre, y el apóstol replica en seguida al error.
Max Aub saca de su contexto las palabras de la epístola paulina (todo lema hace lo mismo) y las traspone a significados varios aunque obedientes a una última perspectiva siempre mantenida. El sujeto que aquí habla «como hombre», es y quiere ser eso: una criatura humana, un hombre, alguien que acepta la condición humana y la antepone a cualquier iglesia, ideología, escuela, clase o bandería.
Uno de los mejores recreos que Hablo como hombre puede regalar al lector de hoy, alejado de tantas causas históricas como en el libro se evocan o comentan, será comprobar paso a paso, variación tras variación, la entereza humana, el humanismo del escritor, su briosa defensa de la justicia y de la libertad.
Ignacio Soldevila, el crítico que más a fondo conoce la persona y la obra de Max Aub, ha dicho de Hablo como hombre: «Es un volumen que recoge una importantísima serie de textos escritos por Aub —algunos ya publicados, otros inéditos— en circunstancias cruciales de su vida o de su tiempo. Indispensable para profundizar en su personalidad y su concepción humanista de la existencia».
He puesto especial empeño en la anotación de los textos para que puedan leerlos informadamente los lectores de hoy, que, cuanto más jóvenes, más necesitarán de esa asistencia. Por eso, en estas páginas prológales no se examinan los componentes uno por uno ni se entra en pormenores. Se intenta solo avistar el libro en su relación con el ensayo, con la historia de su tiempo, con la vida de su autor y con el perenne humanismo confesado y profesado por él.