1939
1939
[ 25 de noviembre ] Preguntar a Montesinos si sabe algo en la literatura acerca de las habas y del horror de comerlas.
1940
1940
[ 7 de abril ] Domingo. Llegada a Roland Garros. Sol. Pinto. Arjona, el ascendista. Ajedrez. El epiléptico. Radvany, marido de Anna Seghers. El paseo en la cancha de tenis. Pasamos lista a la sombra de los retretes en flor.
Y entonces, ¿qué? ¿Vamos a hacer la guerra por los que nos han vencido por las buenas o por los que nos han vencido por las malas?
—El problema es otro: perdimos el sueño, las haciendas, las vidas y ahora nos quitan la razón. ¿Qué seremos? ¿Tenemos que suponer que luchamos por algo vano, inútil, inexistente? Todo lo abona, pero a pesar de ello, contra cada día, contra cada hora, contra el hambre, contra la muerte, contra la sangre, creo que luchamos, que hemos luchado y lucharemos por algo que vale la pena. Lo que sucede es que este algo ha perdido ahora su nombre y no sabemos lo que es.
—Para lo que sirve…
—Sí. Creo que nos hemos cegado, mejor dicho, que nos han cegado. Pero de todos modos algo me dice que vamos por el buen camino.
—Lo malo es que ahora no es camino sino encrucijada.
—Sí. Pero el pueblo, y cuando te digo el pueblo ya sabes a qué me refiero: a éste, a aquél, al de más allá…, todos tienen cara, los conoces. El pueblo luchaba por algo. Por ese algo que no sabemos cómo se llama, quiero seguir adelante.
—Te romperás la crisma.
—¿Conoces tú, hoy, alguna manera de no hacerlo? ¿Crees que he dejado de pensar que lo divino es vivir? No, pero no nos querían dejar vivir. Por eso luchamos: no por vivir, sino para que nos dejaran vivir.
—Dejarnos vivir en paz…
—No, en paz no. Dejarnos vivir, sencillamente, pero libres. Diciendo lo que queremos y viviendo por ello.
—Eres un liberal.
—El mundo no admite liberales. El mundo te zahiere por todas partes: te empuja, te muele, te despacha etiquetado hacia grandes almacenes y te estantiguan; quiero decir, que te amontonan en estantes con un marbete colgado en tus partes más nobles. Quieras o no.
[ 11 de abril ] Jorge, que también ha estado en Poissy. Empiezo el capítulo del húngaro.
[ 13 de abril ] Sale Arjona. Entra otro español y un negro norteamericano, músico de jazz y detenido por haber andado a tiros.
Llegada del adventista. Bronca entre Swarz y el belga por disputarse un sitio cerca del horno.
[ 15 de abril ] El estómago. Esperar la salida.
¿Qué quiero en ti?
Pinto.
Un médico de la CNT.
—Mire usted: lo que pierde al mundo es la procreación. La procreación, amigo, ya lo dijo la Biblia. En veinte o treinta sitios. No recuerdo dónde, pero en veinte o treinta sitios. Los hombres acabarían odiándose. Por eso yo soy partidario del aborto, amigo mío, y de la esterilización. Yo he esterilizado a más de cuatrocientas personas desde 1924. Todas con un resultado excelente. Ésta es mi especialidad, ésa y los gases asfixiantes. Yo sé más que nadie de esa materia. Mire, mire. (Y me enseñaba unos libritos). Lo que pierde al mundo, oh amigo mío, es la procreación. El aborto es legal en Barcelona —por algo mandamos ahí los de la CNT—, pero no en el resto de España.
¿Sabe usted?: yo soy de la CNT, podría ser de otra cosa. Yo soy fundador de la I[zquierda] R[epublicana], lo que sucede es que yo tenía dos coches. Y. ganaba bastante dinero, ¿comprende usted? Si yo hubiese tenido un coche, hubiera sido de la UGT, pero con dos coches sólo podía ser de la CNT. Y como tenían pocos intelectuales, pues claro, enseguida me hicieron su secretario. Pero yo soy de IR.
Y son mala gente. Y correveidile. Me dijeron que tuviera cuidado con usted. Que usted no era de los nuestros.
[ 21 de abril ] El baño de tina: «Han fallado» muchos españoles. Con el hato al hombro por esos caminos. Comidos por los piojos en Argelès y Brams. Luego, de una cárcel a otra.
Charles: Siempre le puedes dar por el culo a un hombre; la cuestión es saber dónde pones las manos…
[ 22 de abril ] Un guardia, al pasar, por hacer gracia:
—¿Por qué no os tumbáis en el césped?
Sabe perfectamente que nos está prohibido pasar de la puerta.
[ 24 de abril ] Salen Schlesinger y Wolf.
[ 25 de abril ] El que lleva tatuado en el pecho: «Fatalité».
[ 27 de abril ] Acarreo tierra. Limpio una escalera del jardín.
[ 28 de abril ] Uno imita el cacareo de un gallo. En un momento todos le contestan.
[ 29 de abril ] Ése: ¡Y pensar que la vida está a veinte metros de aquí…!
G: La libertad, viejo. Porque para vivir, más o menos, aquí vives.
La libertad, a diez metros, viejo.
[ 1.º de mayo ] Todos tienen su ramita de muguete, menos yo.
[ 2 de mayo ] La neblina de la mañana.
El kikirikí general.
Bronca y lucha entre Weissman y Orleans. Se agarran de coscorrones. Terrible y por nada.
[ 6 de mayo ] Lunes. Traen a Antonio Ros.
[ 10 de mayo ] Nos permiten salir a paseo en la pista de tenis.
[ 26 de mayo ] Paris-Soir. Declaraciones de Ybarnégaray.
[ 10 de agosto ] Federica Montseny, en el SERE.
—A ver si arreglamos lo de los curas, porque yo tengo tres.
[ 20 de agosto ] Éramos antifascistas hace dos meses, ¿y ahora ya no lo somos?
No permitiríamos una agresión sin tomar las armas, hace dos meses, ¿y ahora la aplaudimos? Había que defender a Polonia hace dos meses, ¿y hay que hundirla?
Supongo que tanto lo uno como lo otro encubre la verdadera política soviética. Pero ¿quién responde de ella?
Tu fe. Bueno. A mí déjame ver. Nuestra lucha se ha prolongado contra el fascismo, contra lo que teníamos abiertamente que luchar era contra el capitalismo. Si en vez de luchar contra Alemania e Italia nos hubiésemos entendido con ellas… como la URSS se entendió después, ¡qué cosas no hubiese oído el que lo hubiera propuesto!
1941
1941
[ 8 de enero ] Lo que hace falta, en todo, es perspectiva. Ver las cosas desde fuera, no dejarse llevar subjetivamente, considerarlas desde dentro, sentimentalmente. Lo cual no presupone frialdad o falta de sentimiento. A esa manera subjetiva de considerar las cosas suelen llamarla femenina. «Ver las cosas claras», como decía W., dejar pasar la noche entre el insulto y la contestación. El tiempo es la mejor perspectiva, si no lo hay no queda sino fiar en sí mismo.
¡Bah! Francia es el país de Turenne y Ney, de Dumouriez y de [ilegible], de generales traidores que no han vacilado en vender su patria al precio de su provecho. Lo más curioso es que no ha tenido gran influencia sobre su gloria. Es que los gabachos aceptan fácilmente este punto de vista. No cuenta naturalmente para todos, pero es sintomático.
No hablemos ni de un Bayardo ni de un [ilegible] —qué decimos—, porque el Cid no es mejor —pero sí del tiempo en que la nacionalidad y su honor están ya hechos. Tiempo en el cual España y Francia ya quieren decir lo que dicen hoy. Como decía W. —que los conocía bien—, sóbrales vanidad y fáltales orgullo. Nuestra mayor vergüenza es francesa: Carlos IV y Fernando VII.
Los gabachos nunca se han levantado contra un invasor extranjero. Y las guerras de la revolución, declaradas fueron por ella. Si tuvieron que llegar al servicio obligatorio, por algo sería… Aquí la nación y el patriotismo se les va por la boca. Han tenido la suerte de nacer y ahí radica su superioridad: ¡una hija!
Desde Napoleón —que trajo una nueva manera de pelear— han perdido todas las guerras. La del 14 inclusive. No es la línea Maginot la que les ha perdido, es el recuerdo de Austerlitz. ¿Qué son cien años? ¡Dos vidas! Tres si quieres: mi abuelo. Francia es París, París sólo los Campos Elíseos, los Campos Elíseos es el Arco del Triunfo. A los gabachos se les ha subido el Arco del Triunfo a la cabeza.
—Sí —dijo Peralta—, vuelto del revés: dos pares. Y son pocos.