• Quejarse

Ricardo de la Cierva - La Segunda República. El mito Azaña

Aquí puedes leer online Ricardo de la Cierva - La Segunda República. El mito Azaña texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1997, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Ricardo de la Cierva La Segunda República. El mito Azaña
  • Libro:
    La Segunda República. El mito Azaña
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    1997
  • Índice:
    3 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 60
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

La Segunda República. El mito Azaña: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "La Segunda República. El mito Azaña" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

«No es el título de una película espectacular; La historia de la República jamás contada es un subtítulo que sólo quiere expresar lo que pretende ser este libro: una historia sencilla de la Segunda República española, sencilla pero profundamente vivida por el autor en su infancia, documentada después por el propio autor a lo largo de toda su vida hasta hoy. Porque el primer libro y el primer documento que llegó a la entonces mínima biblioteca infantil del autor eran de los años de la República; el último libro y el último testimonio que han llegado a la que hoy es, probablemente, la primera biblioteca particular de todo el mundo sobre la Segunda República (sesenta y cinco años para reuniría) llegaron ayer, y mientras se escribe este libro vendrán otros; es una riada que no cesa.
(…)
Aquí vamos a exponer la historia de la Segunda República española, con fuentes reales, documentos auténticos y método histórico, no ensoñaciones falsas (…). Dije antes que el autor de este libro había vivido la historia que va a contar. Precisamente con el advenimiento de la República empiezan a clarearse mis recuerdos de infancia. Viví intensamente en mi propio hogar los sucesos del 14 de abril de 1931, cuando mi abuelo Juan de la Cierva y Peñafiel era ministro en el último Gobierno del Rey. He visto desde el balcón del piso cuarto de mi casa, que da a la calle Felipe IV, el resplandor de los incendios del 11 de mayo de 1931. Desde la puerta del parterre, en el Retiro, vi cómo patrullaban por Madrid soldados del Ejército en octubre de 1934, llevados por oficiales de complemento en coches particulares. Desde ese mismo observatorio, antes de dos años, vi pasar a don Manuel Azaña, que venía de ser elegido presidente de la República en el Palacio de Cristal. He hablado, detenida o fugazmente, con casi todos los políticos importantes de aquella época, monárquicos o republicanos. Luego, a lo largo de los años, he ido comprendiendo y estudiando todos aquellos sucesos que, naturalmente, no entendía antes, ni poco ni mucho, salvo por conversaciones de los mayores. He palpado el odio y el miedo que entonces sentían los españoles unos por otros; lo he percibido en mi casa, en la calle, al ir y venir del colegio».

Ricardo de la Cierva: otros libros del autor


¿Quién escribió La Segunda República. El mito Azaña? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

La Segunda República. El mito Azaña — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" La Segunda República. El mito Azaña " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
No es el título de una película espectacular La historia de la República - photo 1

«No es el título de una película espectacular; «La historia de la República jamás contada» es un subtítulo que sólo quiere expresar lo que pretende ser este libro: una historia sencilla de la Segunda República española, sencilla pero profundamente vivida por el autor en su infancia, documentada después por el propio autor a lo largo de toda su vida hasta hoy. Porque el primer libro y el primer documento que llegó a la entonces mínima biblioteca infantil del autor eran de los años de la República; el último libro y el último testimonio que han llegado a la que hoy es, probablemente, la primera biblioteca particular de todo el mundo sobre la Segunda República (sesenta y cinco años para reuniría) llegaron ayer, y mientras se escribe este libro vendrán otros; es una riada que no cesa.

(…)

Aquí vamos a exponer la historia de la Segunda República española, con fuentes reales, documentos auténticos y método histórico, no ensoñaciones falsas (…). Dije antes que el autor de este libro había vivido la historia que va a contar. Precisamente con el advenimiento de la República empiezan a clarearse mis recuerdos de infancia. Viví intensamente en mi propio hogar los sucesos del 14 de abril de 1931, cuando mi abuelo Juan de la Cierva y Peñafiel era ministro en el último Gobierno del Rey. He visto desde el balcón del piso cuarto de mi casa, que da a la calle Felipe IV, el resplandor de los incendios del 11 de mayo de 1931. Desde la puerta del parterre, en el Retiro, vi cómo patrullaban por Madrid soldados del Ejército en octubre de 1934, llevados por oficiales de complemento en coches particulares. Desde ese mismo observatorio, antes de dos años, vi pasar a don Manuel Azaña, que venía de ser elegido presidente de la República en el Palacio de Cristal. He hablado, detenida o fugazmente, con casi todos los políticos importantes de aquella época, monárquicos o republicanos. Luego, a lo largo de los años, he ido comprendiendo y estudiando todos aquellos sucesos que, naturalmente, no entendía antes, ni poco ni mucho, salvo por conversaciones de los mayores. He palpado el odio y el miedo que entonces sentían los españoles unos por otros; lo he percibido en mi casa, en la calle, al ir y venir del colegio».

Ricardo de la Cierva La Segunda República El mito Azaña Episodios históricos - photo 2

Ricardo de la Cierva

La Segunda República. El mito Azaña

Episodios históricos de España - 25

ePub r1.0

Titivillus 12.02.15

Título original: La Segunda República. El mito Azaña

Ricardo de la Cierva, 1997

Editor digital: Titivillus

ePub base r1.2

Para Mercedes 84 La obra positiva del primer Gobierno de la República El - photo 3

Para Mercedes 84

La obra positiva del primer Gobierno
de la República

El Gobierno Provisional de la República no se limitó solamente a las agresiones gratuitas contra las Fuerzas Armadas y la Iglesia que hemos demostrado ya, porque a ellas se aplicó, por desgracia, lo más ostensible de su esfuerzo político. Realizó, además, otros intentos que resultan mucho más positivos ante la historia.

En primer término, la solución rápida y elegante ante un grave problema que el ardor romántico, quijotesco y súbito del líder de la Esquerra, señor Maciá, había provocado en Cataluña al conocerse la victoria de la República y especialmente la arrolladora victoria de la Esquerra en Cataluña. En la misma plaza de San Jaime, corazón de la ciudad, el segundo líder de la Esquerra, don Luis Companys, proclamó la República española a las dos y veinte de la tarde del 14 de abril; y Francisco Maciá, en el palacio de la Diputación, proclamó la República Catalana y así lo comunicó oficialmente a los Gobiernos extranjeros, que se quedaron atónitos.

El Gobierno de la República, tras infructuosos diálogos por teléfono, despachó a Barcelona a una delegación de ministros, el profesor Fernando de los Ríos y los dos catalanes, Marcelino Domingo y Luis Nicoláu d’Olwer (que era, además, un distinguido historiador).

El 27 de abril el arreglo quedó sellado en la visita triunfal que hizo a Barcelona el presidente de la República y el 9 de mayo un decreto del Gobierno establecía las relaciones del poder central con la resucitada Generalidad de Cataluña, que ahora reaparecía como Gobierno autónomo en espera de que sus competencias se fijaran en el Estatuto de Autonomía al que se habían comprometido Niceto y los demás firmantes del Pacto de San Sebastián que ahora eran Gobierno.

El 2 de agosto se celebró el referéndum para el Estatuto; de cerca de ochocientos mil votantes se pronunciaron favorablemente casi seiscientos mil, con lo que el proyecto de Estatuto, refrendado por la votación, fue entregado al Gobierno. Ante este éxito de los catalanes se habían alzado voces en el País Vasco para reclamar una autonomía semejante.

El Gobierno, dejándose guiar por el diputado socialista de Bilbao, Indalecio Prieto, refrenó al principio el Estatuto Vasco porque su principal promotor era José Antonio de Aguirre, presidente del Partido Nacionalista Vasco con el que, por motivos de religión, estaba muy enfrentado Prieto, que atribuía al PNV el propósito de convertir al País Vasco en una teocracia. El 2 de mayo Prieto ofrece un método para conseguir la autonomía vasca y la Sociedad de Estudios Vascos entrega poco después a los alcaldes un proyecto de Estatuto de autonomía que incluía a Navarra.

El 14 de junio se iban a reunir en Pamplona dos asambleas: la patrocinada por el PNV y la de los carlistas, que reclamaban el restablecimiento de los Fueros en plenitud. Para evitar el enfrentamiento la asamblea patrocinada por el PNV se reúne en Estella bajo la presidencia de José Antonio de Aguirre y Lecube. El proyecto de Estatuto aprobado en Estella se aprueba con los votos de los representantes de quinientos municipios y reclama las relaciones directas entre el futuro Gobierno autónomo vasco-navarro y la Santa Sede. Pero ante la inminencia de las elecciones generales los católicos vascos —nacionalistas y tradicionalistas— se reúnen el 5 de julio en San Sebastián y acuerdan formar candidaturas conjuntas.

El 25 de julio y el 10 de agosto los ayuntamientos alaveses y navarros aprueban con gran mayoría el Estatuto de Estella que 420 alcaldes entregan el 22 de septiembre al presidente de la República. Como la unidad vasconavarra y católica parece asegurada y se presenta como claramente hostil al Gobierno laico de la República, Manuel Azaña llega a encargar al general Goded un plan para la invasión de Navarra con tres divisiones. Azaña estaba sinceramente preocupado con la erupción autonómica.

En un banquete de Acción Republicana, el 17 de julio, aseguraba: «nadie tiene en las venas un españolismo tan profundo, tan puro y tan ardiente como yo». Y decía la verdad, pero reconocía también la realidad y el 27 de julio escribía en su diario que la raíz del problema político estaba «en la existencia real, por mucho que contradiga a la historia, de una voluntad secesionista en varias regiones».

Sin embargo las elecciones a Cortes Constituyentes se echaban encima y el Gobierno decidió aplazar la tramitación de los Estatutos hasta que la Constitución definiera los métodos y las competencias. De momento la República había encauzado el problema autonómico, aunque sus adversarios la acusaban de promover el separatismo en España.

Al frente del ministerio de Trabajo y rodeado por un equipo de primer orden, el líder socialista Francisco Largo Caballero trató de articular una política social digna del nuevo régimen. Tenía 62 años, carecía de formación básica (su profesión era la de obrero estuquista) pero había colaborado con la Dictadura de Primo de Rivera en cuya sintonía con los sindicalistas de la UGT había aprendido mucho Caballero, cuya principal condición política era la demagogia obrerista, más un auténtico sentido social. Hombre seco y enérgico, dotado de reconocido sentido común, aprovechó los Jurados Mixtos de la Dictadura para resucitarlos con otro nombre: los Comités Paritarios de obreros y patronos con el arbitraje del Gobierno.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «La Segunda República. El mito Azaña»

Mira libros similares a La Segunda República. El mito Azaña. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «La Segunda República. El mito Azaña»

Discusión, reseñas del libro La Segunda República. El mito Azaña y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.