Estamos ante un libro realmente imprescindible para la historia del holocausto en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Emanuel Ringelblum, judío de Galitzia establecido en Varsovia desde que acudió a estudiar economía e historia a la universidad de dicha ciudad, profesor, historiador y activo militante socialista y sionista, fusilado en 1944 junto con su mujer y sus hijos, nos dejó un trabajo para ayudar a los futuros historiadores en la reconstrucción de la existencia de los judíos en la Polonia ocupada por los alemanes. El trabajo que recoge este libro, es la aportación personal de Ringelblum a un archivo mucho mayor donde bajo su dirección y con la colaboración de especialistas en diversos campos fueron recogiendo información sobre todo lo que ocurría en el gueto hasta la deportación. Este archivo, al que sus autores dieron el nombre de Oneg Shabat, porque el sábado era el día en que sus miembros se reunían para poner sus notas en común, es un estudio riguroso, donde se plasma la vida de la comunidad judía del gueto en todas sus variantes, vida social, económica, cultural, etc. Un auténtico estudio interdisciplinar de un valor incalculable para la posteridad.
La aportación de Ringelblum, que recoge la presente obra, sigue esa línea de trabajo, y así presta atención a la economía, registrando por ejemplo los precios de los productos, los cambios de moneda, la importancia del contrabando para que el gueto no pereciera de hambre cuando los alemanes cortaron el contacto con el exterior. Igualmente nos muestra la vida social, política y cultural que se abre paso incluso en las peores condiciones. La importancia de las asociaciones de ayuda que se crean, los comités de vecinos, los comedores populares.
Un apartado entristecedor es el que se refiere a las propias instituciones judías, el Consejo judío encargado del orden en el gueto y la policía judía, la policía judía se convertirá en un poder corrupto y colaborador que ayudará de forma eficiente a los alemanes en su tarea, así como el Consejo judío y sus actuaciones.
Ringelblum y sus colaboradores eran muy conscientes de la importancia de lo que iban escribiendo, también sabían que se jugaban la vida a diario en este trabajo clandestino. Consiguieron ocultar los archivos antes del levantamiento del gueto de 1943, los ocultaron en tres lugares diferentes bajo el gueto, dos partes del archivo fueron descubiertas después de la guerra, no así una tercera que quizás hayamos perdido para siempre.
Emanuel Ringelblum
Crónica del gueto de Varsovia
ePub r1.0
Titivillus 23.07.18
Título original: Kronika getta warszawskiego
Emanuel Ringelblum, 1940
Traducción: Katarzyna Olszewska & Sergio Trigán
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
Notas
[1] Cabinet Committee Minutes: Cabinet Papers 24/285, 20 de abril, 1939.
[2] Emanuel Ringelblum viajó en agosto de 1939 a Ginebra para participar como observador en el XXI Congreso Sionista.
[3] Seguramente el autor se refiere a Alemania.
[4] Szczupak, nombre con el que se conocía a Szczupakiewicz, militante del ala derechista de Poalei Sión; en 1940 emigró a Estados Unidos.
[5] Probablemente el autor se refiere a Jakub Kener, miembro de Comité Central del ala izquierdista de Poalei Sión.
[6] El 23 de agosto de 1939 la Unión Soviética firmó el Pacto de No Agresión con la Alemania de Hitler, más conocido como Pacto Molotov-Ribbentrop, que contenía unas cláusulas secretas por las que ambas dictaduras se dividirían Polonia.
[7] Józef Beck (1894-1944), ministro polaco de Asuntos Exteriores.
[8] El autor se refiere a los simpatizantes suizos del Partido Nacionalsocialista.
[9] Chaim Weizmann (1874-1952) profesor, doctor en Química, político judío, durante años presidente de la Organización Sionista Mundial, presidente de Israel de 1948 a 1952.
[10] Tytus Komarnicki, ministro plenipotenciario de Polonia en Ginebra.
[11] Antes de la Segunda Guerra Mundial, Polonia y Hungría compartían fronteras.
[12] En Polonia los deshollinadores usan uniforme.
[13] Stefan Starzyński (1893-1944), alcalde de Varsovia y comisario civil para la defensa de la ciudad en septiembre de 1939.
[14] El autor alude con la expresión «el otro frente» a las regiones orientales de la Polonia prebélica, ocupadas por la Unión Soviética a partir del 17 de septiembre de 1939.
[15] Con el término «cristiano», Ringelblum alude a toda la población no judía, excepción hecha de los alemanes étnicos. Hoy la población de Polonia es muy homogénea, pero en aquel tiempo incluía no sólo a polacos y judíos, sino a ucranianos, bielorrusos, lituanos y eslovacos.
[16] El autor se refiere a la Biblioteca Judaica Central que se encontraba en la Gran Sinagoga de Varsovia.
[17] Isaac Kacenelson (1886-1944), conocido poeta, dramaturgo, traductor de yídish y hebreo.
[18] La incorporación de Poznań al Reich implicaba la expulsión de la población judía y polaca. El 12 de diciembre de 1939 deportaron a los judíos de esta ciudad a la región de Lublin, próxima a la frontera soviética.
[19] Chiste de difícil traducción. El alemán pregunta en su lengua a su interlocutor si es judío. Éste le contesta en yídish y el alemán sólo le entiende a medias y se excusa: «¡Ah, o sea que es usted turco! ¡Entonces, perdone!».
[20] Ciudades que se encontraban, antes del inicio de la guerra, en el este de Polonia. Estos territorios fueron anexionados por la Unión Soviética el 19 de septiembre de 1939. Los judíos se sentían más seguros en estos territorios, que contaban con una importante población judía.
[21] El escondite era unas tumbas del cementerio judío. Con estas falsas acusaciones los nazis pretendían, además de incitar al odio racial, justificar las profanaciones de cementerios judíos.
[22] Los judíos soviéticos eran tratados como ciudadanos extranjeros y gozaban de inmunidad.
[23] Melchor Wańkowicz (1892-1974), escritor y periodista polaco. Su libro Sobre la pista de Smetek se hizo popular en la Polonia de entreguerras porque defendía la naturaleza polaca de una parte de Prusia Oriental.
[24] Generalgouvernement o Gobierno General de Polonia fue creado el 26 de octubre de 1939 en virtud del decreto de Hitler del 12 de octubre de 1939. Correspondía a los territorios del centro del país que el Reich no se había anexionado.
[25] No existe documentación sobre la existencia de este decreto.
[26]Lomir sich iberbeten (Pidámosles perdón) es el estribillo de una conocida canción popular en yídish a la que los judíos durante la guerra cambiaron la letra por Lomir say iberleben (Sobrevivámosles).
[27] La expresión de rechazo a la ocupación alemana adquirió muchas formas a lo largo de los años que duró la contienda. Una de las primeras manifestaciones de oposición consistió en colocar letreros con la leyenda «Sólo para alemanes» en lo alto de farolas o postes telefónicos, señalando así el lugar en donde serían ahorcados, así como en la puerta de los cementerios.
[28] Tadeusz Kotarbiński (1886-1981), filósofo y lógico polaco. Después de la Segunda Guerra Mundial ocupó el cargo de rector de la Universidad de Łódź.
[29] Según los datos del departamento de Estadística del Judenrat, en diciembre de 1939 murieron 944 judíos y en enero de 1940, 1004.