• Quejarse

Michael J. Sandel - Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política

Aquí puedes leer online Michael J. Sandel - Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2020, Editor: Penguin Random House Grupo Editorial España, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Michael J. Sandel Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política
  • Libro:
    Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política
  • Autor:
  • Editor:
    Penguin Random House Grupo Editorial España
  • Genre:
  • Año:
    2020
  • Índice:
    4 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 80
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

El profesor de filosofía más famoso del mundo explora en estos ensayos los dilemas morales y cívicos que animan nuestra vida pública.

PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS DE CIENCIAS SOCIALES 2018

Publicado originalmente en 2008, los artículos aquí recopilados exploran los dilemas morales y cívicos que animan nuestra vida pública y abordan algunas de las cuestiones éticas y políticas más controvertidas de nuestros tiempos, como la discriminación positiva, el suicidio asistido, el aborto, los derechos de los homosexuales, la investigación con células madre, las licencias de contaminación, los límites morales de los mercados, el significado de la tolerancia y la civilidad, los derechos individuales frente a las reivindicaciones de la comunidad y el papel de la religión en la vida pública. Entremezclando varias preguntas recurrentes, Michael J. Sandel analiza una seriede temas candentes con su acostumbrada maestría y trata de evocar en el lector el progresivo empobrecimiento del discurso público que ha acompañado lo que en su opinión es el fracaso del modelo liberal, al tiempo que propone el desarrollo de formas más ricas y sustanciales de socialización democrática. La necesidad de dar mayor sentido moral a la vida política colectiva se hace aún más acuciante desde una perspectiva progresista, pues tal como advierte Sandel una y otra vez a lo largo del libro, el moralismo más estrecho y el fundamentalismo ocupan rápidamente todos aquellos terrenos que los progresistas no se atreven a pisar.

Reseñas:
«Uno de los filósofos políticos más interesantes del mundo.»
The Guardian

«Michael Sandel es uno de los teóricos políticos más conocidos e influyentes del mundo. Estos ensayos son lúcidos, incisivos y reveladores. Sandel tiene algo importante y valioso que decir sobre cada tema que aborda.»
Stephen Macedo, Universidad de Princeton

«Cualquiera interesado sobre el éxito político del conservadurismo en los últimos años debe estar interesado en este análisis crítico.»
Thomas Nagel, The New York Review of Books

«No importa cuáles sean tus ideas políticas. Filosofía pública de Michael Sandel es emocionante, estimulante, exigente y alentador.»
E.J. Dionne Jr.; columnista y profesor en Georgetown University

Michael J. Sandel: otros libros del autor


¿Quién escribió Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Índice Para Kiku Nota a la traducción Hay algunos términos habituales en el - photo 1

Índice Para Kiku Nota a la traducción Hay algunos términos habituales en el - photo 2

Índice

Para Kiku

Nota a la traducción

Hay algunos términos habituales en el lenguaje político angloamericano (y estadounidense, en particular) que pueden prestarse a ciertos equívocos entre los lectores europeos y latinoamericanos. Es el caso del adjetivo «liberal» y de su correspondiente sustantivo «liberalismo». En las controversias políticas y electorales cotidianas, «liberal» viene a ser allí el equivalente del término «progresista» o «izquierdista». Sin embargo, también puede hacer referencia a una posición teórica dentro de la filosofía política. En el primer caso, en el que el autor contrapone las posiciones de corte liberal (habituales, por ejemplo, entre los candidatos y los simpatizantes del Partido Demócrata) a las posiciones conservadoras (más propias del Partido Republicano), aquí se ha optado por emplear el adjetivo «progresista» (o «progresista liberal», atendiendo a que, en ocasiones, el autor utiliza el término «liberal» en contraposición a un progresismo de corte más «republicano» o «comunitarista»). En los demás casos (y, especialmente, en los artículos finales del libro, de contenido más propiamente filosófico), en los que «liberal» no se entiende necesariamente como un sinónimo de «izquierdista», sino que designa a quien defiende la prioridad de los derechos individuales sobre el bienestar general agregado y sobre las convicciones morales existentes en la sociedad (y, por lo tanto, se entiende como un término opuesto a «utilitarista» y a «comunitarista», respectivamente), se ha mantenido «liberal» y «liberalismo» como en castellano.

Otro término angloamericano que puede inducir a confusión en la tradición política de origen europeo continental es libertarian. En Estados Unidos, desde hace algunas décadas, designa generalmente a los defensores a ultranza del capitalismo de mercado sin trabas estatales o del laissez faire. Sin embargo, su calco en castellano («libertario») tiende a designar, más bien, las posiciones del anarquismo y a quienes las propugnan. Para evitar confusiones, aquí se ha optado por traducirlo como «liberal libertario» (término equivalente que emplea el propio autor en diversas ocasiones) o «ultraliberal», indistintamente.

Por último, se ha optado por traducir los conceptos de the right y the good como «lo correcto» y «lo bueno» (o «el bien»), respectivamente. Aunque la segunda idea no resulta especialmente problemática desde el punto de vista lingüístico, sí lo es la primera, que no cuenta con un vocablo que coincida exactamente con la acepción que tiene el término en inglés. De todos modos, y aun entendiendo que los términos «justo» y «justicia» son una buena traducción aproximada de the right, aquí se ha optado por «lo correcto», porque, de este modo, se evitan algunas reiteraciones y tautologías en ciertos pasajes del libro en los que coinciden la justicia más propiamente dicha (justice) y ese otro concepto (right).

Introducción

La reelección del presidente George W. Bush propició un nuevo proceso de examen de conciencia entre los demócratas. Los sondeos a pie de urna evidenciaron que el tema en el que más votantes basaron su voto presidencial fue el de los «valores morales» (más incluso que en el terrorismo, la guerra en Irak o el estado de la economía). Y quienes mencionaron los valores morales como motivación principal votaron a Bush por un porcentaje abrumadoramente superior al de su oponente: un 80 por ciento frente al 18 por ciento que lo hicieron por John Kerry. Los comentaristas estaban perplejos. «Nos fijamos tanto en otras cosas —confesaba un periodista de la CNN— que, al final, todos habíamos perdido de vista la cuestión de los valores morales.»

Los escépticos advertían mientras tanto que no debía darse una importancia excesiva a la cuestión de los «valores morales» en las interpretaciones. Señalaban, en concreto, que la mayoría de votantes no compartían la oposición de Bush al aborto y al matrimonio homosexual (los temas con mayor carga moral durante la campaña), y que otros factores explicaban mejor su victoria: que la campaña de Kerry había estado desprovista de algún asunto de peso, que no es tan fácil derrotar a un presidente que se presenta a la reelección en tiempos de guerra, y que los estadounidenses todavía no se habían recuperado del impacto de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Fuera cual fuese la razón, lo cierto es que tras las elecciones de 2004 los demócratas trataban de encontrar un modo más convincente de apelar a los anhelos morales y espirituales de los estadounidenses. Aquella no era la primera vez que los demócratas pasaban por alto «la cuestión de los valores morales». En las cuatro décadas transcurridas desde la victoria aplastante de Lyndon B. Johnson en 1964, solo dos candidatos demócratas han conquistado la presidencia. Uno de ellos fue Jimmy Carter, un cristiano renacido de Georgia que, inmediatamente después del estallido del caso Watergate, prometió restaurar la honestidad y la moralidad en el Gobierno. El otro fue Bill Clinton, quien, pese a sus flaquezas personales, hizo gala de una fina intuición para captar las dimensiones religiosas y espirituales de la política. Los otros portadores del estandarte demócrata —Walter Mondale, Michael Dukakis, Al Gore y John Kerry— se abstuvieron de hablar sobre las cuestiones «del alma» y optaron por ser fieles al lenguaje de las políticas públicas y los programas concretos.

En los últimos tiempos, cuando los demócratas han tratado de hallar un eco moral y religioso, sus esfuerzos han adoptado una de dos formas posibles, ninguna de las cuales resulta plenamente convincente. Algunos, siguiendo el ejemplo de George W. Bush, han salpicado sus discursos de retórica religiosa y referencias bíblicas. (Bush ha empleado esta estrategia de forma más descarada que ningún otro presidente contemporáneo; en sus discursos del estado de la Unión y en los que ha pronunciado en sus dos ceremonias de investidura se menciona a Dios con mayor frecuencia incluso de lo que lo hizo Reagan en los suyos.) Tan intensa fue la competencia por el favor divino en las campañas de 2000 y de 2004, que el sitio web Beliefnet instaló un «diosómetro» para llevar un recuento actualizado de las referencias que los candidatos hacían sobre Dios.

El segundo enfoque que han adoptado los demócratas es argumentar que, en política, los valores morales no se ciñen exclusivamente a temas culturales como el aborto, la oración en las escuelas, el matrimonio homosexual o la exposición de los Diez Mandamientos en los tribunales de justicia, sino que abarcan también cuestiones de índole económica como la sanidad, la atención infantil, la financiación de la educación y la Seguridad Social. John Kerry ofreció una versión de este enfoque en su discurso de aceptación de la nominación como candidato presidencial en la convención demócrata de 2004, en el que empleó las palabras «valor» y «valores» en nada menos que treinta y dos ocasiones.

Aunque el impulso que la motiva sea correcto, esta propuesta de solución al déficit demócrata en materia de valores suena artificiosa y poco convincente por dos razones: en primer lugar, los demócratas han tenido problemas para articular con claridad y convicción el proyecto de justicia económica que subyace tras sus políticas sociales y económicas; en segundo lugar, un argumento a favor de la justicia económica, por más sólido que sea, no constituye por sí solo un proyecto de gobierno. Dar a todo el mundo una oportunidad equitativa de cosechar las recompensas de una sociedad rica y próspera es uno de los aspectos de una sociedad buena. Pero la equidad no lo es todo. No da respuesta al anhelo de una vida pública con más significado, pues no vincula el proyecto de autogobierno del colectivo con el deseo, que los miembros de ese colectivo puedan tener, de participar en un bien común superior a ellos.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política»

Mira libros similares a Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política»

Discusión, reseñas del libro Filosofía pública: Ensayos sobre moral en política y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.