Índice
Nombrar lo nuevo
306.846098
P149nPaiva, Eduardo França, 1964-.
Nombrar lo nuevo. Una historia léxica de Iberoamérica entre los siglos XVI y
XVIII : (las dinámicas de mestizajes y el mundo del trabajo) /
Eduardo França Paiva. – 1a. ed. – Santiago de Chile: Universitaria, 2020.
320 p.: il. col.; 17,2 x 24,5 cm.
Incluye bibliografía.
ISBN Impreso: 978-956-11-2688-6
ISBN Digital: 978-956-11-2689-3
1. Mestizaje – América Latina - Historia. | 2. Esclavitud – América Latina – Historia. |
3. Pueblos multirraciales – América Latina. | 4. Lengua portuguesa – Lexicología. |
5. Lengua española – Lexicología. |
I. t. |
© 2020, Eduardo França Paiva
Inscripción Nº 2020-A-9840, Santiago de Chile.
Derechos de edición reservados para todos los países por
© EDITORIAL UNIVERSITARIA, S.A.
Avda. Bernardo O’Higgins 1050. Santiago de Chile.
Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o electrónicos, incluidas las fotocopias, sin permiso escrito del editor.
Texto compuesto en tipografía Berling 11/14
Se terminó de imprimir en los talleres de Gráfica Andes Ltda., Santo Domingo 4593, Quinta Normal, en diciembre de 2020.
DISEÑO DE PORTADA Y DIAGRAMACIÓN
Yenny Isla Rodríguez - Víctor Letelier E.
TRADUCCIÓN
Mônica Emmanuelle Ferreira de Carvalho Nogueira; Flávio de Souza Santiago y Paolo Giancarlo Espinoza Rodriguez.
REVISORES
Eduardo França Paiva y Jaime Valenzuela Márquez.
IMAGEN DE PORTADA
Códice de Aubin Hernán Cortés recibiendo ofrendas de los caciques. Siglo XVI .
Cuadro de Diego Duran 1537-1588. (detalle).
www.universitaria.cl
Diagramación digital: ebooks Patagonia
www.ebookspatagonia.com
Tava jogando sinuca / uma nega maluca me apareceu / vinha com um filho no colo / e dizia pro povo que o filho era meu / não senhor! / toma que o filho é seu / não senhor! / guarde o que Deus lhe deu
(Nega maluca – EVALDO RUY Y FERNANDO LOBO, 1950)
Ai, mulata assanhada
Que passa com graça
Fazendo pirraça
Fingindo inocente
Tirando o sossego da gente
(Mulata assanhada – ATAULFO ALVES, 1956)
ÍNDICE DE FIGURAS
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PRESENTACIÓN
A LA EDICIÓN EN ESPAÑOL
Corría el mes de junio de 1674 y el sacerdote Francisco de Valenzuela, prior del convento agustino de La Serena, en el norte de Chile, cerraba el trato por la compra de un pequeño mulato de cinco años de edad. La transacción, que no tendría nada de especial en una sociedad donde la esclavitud formaba parte del horizonte normalizado de los usos y experiencias, dejaba sin embargo una clave sintomática de la complejidad del sujeto, al describirlo como “un mulato en parte indio o sambo, por tener como tiene el cabello liso”. Características a las que se sumaba una singular condición en clave chilena: el padre indígena de este pequeño mulato-sambo había sido un “indio auca”; denominación que reenviaba al universo de indígenas mapuche-huilliches vinculados con la guerra de Arauco y pasibles de ser legalmente capturados, esclavizados y deportados según una norma dictada en 1608. En el pequeño Francisco – que así había sido bautizado, al igual que su nuevo amo– confluían pues los derroteros clásicos de un mestizaje biológico en que sus rasgos fenotípicos y su estatus jurídico cristalizaban una dinámica histórica que extendía sus raíces hasta el África subsahariana y hasta los llanos rebeldes de la Araucanía insumisa. Todo ello condicionado, además, por un contexto definitivo y fundamental: el marco laboral de su condición de esclavo, definido ya desde el mismo soporte documental por el cual conocemos este caso: una escritura notarial de la compraventa de una persona, inscrita en lo que el autor que presentamos denomina “el mundo del trabajo”.
La “condición” y la “calidad” del niño que compró el fraile Valenzuela en aquella pequeña ciudad del norte de Chile, cuyo tenor –como lo demuestra el estudio de Eduardo Paiva– se puede ver repetido en todo el continente, constituyen, en efecto, los conceptos claves de este libro. Obra que saludamos en su edición en español, escrita por un historiador riguroso en su método, tenaz en su búsqueda de fuentes e imaginativo en sus hipótesis, y que abre una puerta novedosa para ingresar a uno de los problemas medulares de la historia iberoamericana: el de los mestizajes. Problema que el autor entiende, por cierto, en toda la diversidad que le otorga el uso del plural, y que se proyecta en consecuencias epistémicas inesperadas para los actores de la época al estar signado por “lo nuevo”, como se enuncia desde el título de la obra.
Los mestizajes americanos, en efecto, constituyeron una experiencia que fue “nueva” en múltiples aspectos y escenarios, desde lo más evidente –el fenotipo–, pasando por el estatus jurídico y social de los “nuevos” sujetos mezclados, sus implicancias laborales, hasta el universo más subjetivo –pero no menos contundente en sus consecuencias– de las denominaciones y las clasificaciones discursivas.
Las palabras clasificatorias, que actuaban como signos de estatus y significados de pertenencia en la tensión dialéctica que no cesa de producirse entre las instituciones y actores del proceso colonial, son la fuente de un léxico que Eduardo Paiva va encontrando, rescatando y dando sentido a través de su libro. Vocablos de mestizajes que, por un lado, se muestran como un claro correlato de las constantes transformaciones sociales, mezclas biológicas e hibridaciones culturales de los habitantes iberoamericanos; y, por otro, como un fiel reflejo de las tensiones, ambiguëdades e incertidumbres que rodeaban la constante búsqueda, por parte de los sistemas coloniales ibéricos, de formas de clasificación y de denominación que diesen cuenta de aquella creciente y abrumadora variedad de colores de piel y rasgos fenotípicos. Variedad que, por cierto, se venía produciendo desde los primeros “contactos” entre los invasores europeos y los nativos originarios; y que se potenciaría, más temprano que tarde, con la incorporación de aquellos millares de “negros” deportados desde Senegal, Angola, el Congo o Guinea. Sujetos, estos últimos, cuya diseminación por el continente, unida al origen propiamente americano de sus descendientes, alimentaron de manera definitiva el inevitable “desorden” del universo de subalternos no-ibéricos.
Dicha búsqueda clasificatoria, acentuadamente política, iba de la mano con las consecuencias jurídicas y de estatus social que ellas implicaban dentro de las estrategias de jerarquización y distanciamiento social que primaban en aquellas sociedades de modernidad temprana. Distanciación que agudizaba su ansiedad entre los hispanos y lusos –fuesen originarios o descendientes de europeos–, para quienes la diferenciación con los “otros” era parte de los objetivos del orden colonial, pero que, por otro lado, participaban de la plasticidad de unas identidades que fluían y se negociaban al ritmo de las agencias ladinas de los sujetos, o quedaban marcadas –literalmente– a fuego por signos exteriores inequívocos de la dependencia servil.
Tal como muestra este libro, el mundo iberoamericano se planteó, por lo tanto, como un gran “laboratorio” de realidades y de formas de representación en constante mutación. Un laboratorio en el cual las sociedades que emergen de lo que Serge Gruzinski denominó “caos inicial” fueron construyendo mezclas e hibridaciones que terminarían dando origen a aquella gran diversidad regional y mestiza de nuestro continente, y donde las experiencias de desplazamiento y adaptación resultarían centrales. Al mismo tiempo, la riqueza documental que nos ofrece este estudio da cuenta de lo que fue una permanente tensión entre la búsqueda del orden y control colonial, por un lado, y la irreductible autonomía de los procesos sociales y culturales que ocurrían en una geografía tan amplia y diversa como sus habitantes.