CON EL OÍDO EN EL CORAZÓN DE DIOS
Meditaciones de la Palabra del Domingo
P. Raúl Feres Shalup
© Editorial Nueva Patris S.A.
José Manuel Infante 132
Teléfono: 235 1343 - Fax: 235 8674
Providencia, Santiago - Chile
E-mail:
www.patris.cl
N° Inscripción: 199.173
ISBN: 978-956-246-561-8
eISBN: 978-956-246-561-8
Edición:
Ricardo Rojas V.
Pamela Guzmán M.
Diagramación:
María Eugenia Pino Q.
Primera ediciónn eBooks:
Buscalibros, Chile
EDITORIAL NUEVA PATRIS continúa la Serie Palabras al Corazón con este volumen que contiene valiosas reflexiones del P. Raúl Feres Shalup, a quien agradecemos que haya accedido a nuestra invitación a integrarse a esta colección.
El P. Raúl fue por más de tres décadas Rector del Santuario Nacional de la Virgen del Carmen en Maipú.
Desde hace algunos años colabora como Vicario Parroquial en la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores, en Quinta Normal.
Esas y muchas otras experiencias de pastoral mariana, de este sacerdote de origen libanés, marcan también su pluma.
El libro presenta algunas de las columnas con las cuales el P. Raúl enriquece a tantos lectores de El Mercurio que, leyéndolas y meditándolas, orientan su quehacer semanal.
Esperamos que la lectura de esos aportes compilados en este libro siga ayudando a muchos a encontrarse con el Dios de la vida y a colaborar con Él, como lo hizo la Virgen María, en la construcción de un mundo mejor, inspirado en los valores del Evangelio y en la Tradición de la Iglesia.
P. José Luis Correa Lira
Director Editorial Nueva Patris
El libro que presentamos es una síntesis de los comentarios dominicales del Evangelio que, gracias al diario "EL Mercurio", he podido publicar desde hace 5 años. Para mí ha sido un regalo y una posibilidad de ponerme en contacto con mucha gente para comunicarles la Buena Nueva del Evangelio.
En ellos he tratado de seguir las orientaciones del Fundador de Schoenstatt, P. José Kentenich: "con la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios", procurando que la palabra de Dios sea entendida y aplicada en la realidad que nos toca vivir.
Se trata de un enfoque personal y particular, destinado a responder a ciertos interrogantes y a fortalecer la fe y la esperanza.
La Palabra de Dios es un aliciente permanente y nos permite mirar y enfrentar, desde la perspectiva de Dios, los acontecimientos y vaivenes de nuestra vida.
Agradezco a todas las personas que me animaron y estimularon a realizar esta publicación y a los que me ayudaron concretamente. Menciono especialmente a la secretaria Ximena Martínez, a la periodista Pamela Guzmán, al profesor Ricardo Rojas y la diseñadora María Eugenia Pino, como también a la Editorial Nueva Patris. Mi gratitud se extiende también a los familiares, amigos, y personas que me han ayudado a financiar esta publicación. Dios les retribuya con creces su generosidad.
A la Virgen María, a quien venero de manera especial, le dedico este libro; y le pido abra cada vez más nuestros corazones al Señor y su Palabra. También, con especial afecto es para mis hermanos del Instituto Padres de Schoenstatt, agradeciendo su comprensión y apoyo permanente.
Comisión Nacional de Santuarios y Piedad Popular
Conferencia Episcopal de Chile
Santiago, diciembre de 2010
DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 2005
"Al César lo que es del César"
Mateo 22, 15-21
La pregunta de los fariseos a Jesús, si deben pagar impuesto al emperador romano es una pregunta capciosa, que tiene una tremenda actualidad, sobre todo tratándose del poder temporal y de su relación con la Iglesia. Hay una separación bien clara y definida; cada uno tiene su ámbito o esfera de acción, pero siempre lo determinante es el poder de Dios. De él viene toda autoridad, concebida como servicio al bien común, especialmente representado por los sectores pobres y mayoritarios de la sociedad.
En Chile existe una separación de Iglesia y Estado desde 1925, que coexisten en una relación amistosa y de colaboración. La Iglesia pide y subraya a sus hijos el deber de participación y colaboración con las autoridades, cumpliendo con las obligaciones cívicas o exigencias ligadas al bien del país. El católico no puede evadir sus compromisos en este ámbito.
¿Cómo orientarse en esta línea? La palabra de Jesús es decidora: dar a cada uno de los poderes lo que corresponda. También la enseñanza de los pastores ayuda a interpretar esta palabra. A lo largo de los siglos, la Iglesia católica ha ido dando pasos y evolucionando en su pensamiento para ser fiel a Jesucristo. No siempre se pudo cumplir esa palabra, porque se confundían los ámbitos y un poder trataba de someter al otro.
El Concibo Vaticano II vino a aclararnos estos conceptos al referirse a la relación de la comunidad política y la Iglesia:
"Es muy importante distinguir lo que los fieles realizan en su propio nombre como ciudadanos y lo que llevan a cabo en nombre de la Iglesia en comunión con sus pastores. La Iglesia, que está por encima de todo sistema político, es la salvaguardia del carácter trascendente de la persona. La comunidad política y la Iglesia, ambas al servicio de las persona, son entre sí independientes. La Iglesia, cuando y donde su misión lo exija, se vale de las cosas temporales; pero no pone sus esperanzas en los privilegios ofrecidos por la autoridad civil, e incluso está dispuesta a renunciar también a estos privilegios legítimos cuando su uso pueda poner en duda la sinceridad de la Iglesia. Pero siempre y en todo caso tiene la Iglesia derecho a predicar la fe y a ejercitar su misión, juzgando también las cosas que se refieren al orden político cuando ello sea exigido por los derechos fundamentales de la persona y por la salvación de las almas". (GS, 76).
Al acercarse la canonización del P. Alberto Hurtado, hacemos nuestra su pregunta: ¿qué haría Cristo en mi lugar?
Mateo 22, 15-21
Los fariseos se reunieron para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones. Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque Tú no te fijas en la categoría de nadie. Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?»
Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa? Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto».
Ellos le presentaron un denario. Y Él les preguntó: «¿De quién es esta figura y esta inscripción?»
Le respondieron: «Del César».
Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios».
Palabra del Señor.
DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE DE 2005
Jesús en medio de las elecciones
Marcos 13, 33-37 / Domingo I de Adviento
Iniciamos este tiempo llamado del Adviento, que nos prepara a la Navidad.
Por todas partes nos invade la publicidad comercial invitándonos a consumir más. Junto a ella, la profusa propaganda en vísperas de las elecciones. Y, en medio de todo ello, la Iglesia nos invita a vivir un tiempo de espera y recogimiento llamado "Adviento", o Advenimiento, que nos recuerda la primera venida de Jesús, pobre y humilde en Belén, y la segunda a la cual nos preparamos, la venida en gloria y majestad de la cual no sabemos ni el día ni la hora. Adviento es un tiempo para despertar y hacernos al camino para buscar otras metas que nos lleven a una mayor paz y felicidad. La palabra característica será el anhelo o deseo de alcanzar una meta más alta, un ideal de vida. La humanidad quiere llegar a esas alturas. Se quiere la paz pero las guerras continúan; se quiere el respeto a la persona, pero fácilmente nos pasamos a llevar La juventud, que es hija del anhelo, se deja llevar muchas veces por la tentación de la violencia, del gozo fácil; los adultos, del ansia de tener y de poder. En el fondo, todos queremos ser felices y vivir en paz. Por eso celebramos con gusto la Navidad. Pero la Navidad no se improvisa. De allí la necesidad de prepararnos, a pesar del ajetreo y agitación del fin del año. Aprovechemos, pues, este tiempo de gracia, estas cuatro semanas de la liturgia para detener un poco la marcha y fortalecer en nosotros el anhelo de la venida de Cristo. Sólo Él puede responder a nuestras grandes inquietudes de paz y de bienestar, de alegría y fraternidad. Con Él podemos caminar en la esperanza. Él nos "mantendrá firmes hasta el fin, para que seamos irreprochables en el día de su venida, porque Dios es fiel y Él nos llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor”. (2a lectura, 1 Cor 1, 3-9) Nuestra gran acompañante en este caminar es la Virgen María. El Adviento coincide con una parte del Mes de María y lo prolonga en la espera de la Navidad. Quién mejor que ella, mujer llena de anhelos, para enseñarnos a desear la venida de Jesús.
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