Prefacio
Presento aquí el primero de una serie de volúmenes que contendrán textos escogidos del P. José Kentenich.
José Kentenich no es un desconocido. Muchas de sus obras ya han sido publicadas (véanse las referencias bibliográficas). A ello se agregan numerosas publicaciones acerca de su persona, vida, obra y pensar editadas en distintos idiomas.
Llama aquí la atención el hecho de que, hasta el momento, la mayor parte de sus publicaciones ha sido realizada por editoriales pertenecientes a la Obra de Schoenstatt. Esto mismo indica algo acerca de la recepción que ha tenido hasta el momento el P. Kentenich. Apenas ha trascendido las fronteras del Movimiento de Schoenstatt . De algún modo (y al igual que su fundación), J. Kentenich está como rodeado por una muralla. Aunque son amplios los círculos que tienen conocimiento de él, son, sin embargo, peculiarmente reducidas las inquietudes que se asocian a su persona: la piedad mariana, el Santuario de Schoenstatt con su típica imagen schoenstattiana, la fidelidad al Papa y a la Iglesia, la auto-educación, las acciones en torno a su beatificación y canonización. Y a pesar de que el P. Kentenich se sabía un adelantado respecto de su tiempo, tanto él cuanto sobre todo su obra son considerados más bien como conservadores.
Lo que aquí afirmo acerca de la opinión pública eclesial y social vale también para amplios sectores de su propia fundación. Si bien se tiene en ella la convicción de que el P. Kentenich tiene o tendría cosas muy esenciales para decir acerca de muchos temas, el Movimiento de Schoenstatt tiene, sin embargo, no pocas dificultades al abordar esos mismos temas.
Es así como J. Kentenich es, al mismo tiempo, alguien conocido y desconocido e ignorado. Espero que los volúmenes de esta colección de textos contribuyan a superar esta circunstancia. Muchos se sorprenderán de cuántas cosas pueden encontrarse en los textos de J. Kentenich. Al menos, yo mismo me sorprendo de ello una y otra vez.
Este primer tomo tiene dos partes principales que he denominado “ejes temáticos”. El PRIMER EJE TEMÁTICO contiene reflexiones y textos acerca de la finalidad inherente a la Obra del P. Kentenich: el hombre nuevo en la comunidad nueva con impronta apostólica universal. Es preciso considerar aquí que se toman dos puntos de partida distintos: Dios y el hombre. En el pensar de J. Kentenich, todo es, al mismo tiempo, divino y humano-mundano. Los textos y reflexiones del PRIMER EJE TEMÁTICO encabezan todas las distintas partes de la obra del P. Kentenich. Por esa razón, la inquietud común a todos los tomos de esta colección de textos es “el hombre nuevo en la comunidad nueva”. Al ir avanzando de uno a otro de los EJES TEMÁTICOS , esta formulación, que opera como plan interior e intuición fundamental, irá adquiriendo un contenido cada vez más pleno, y la impronta universal del planteo del “hombre nuevo en la comunidad nueva” se hará más y más notoria.
“En libertad, ser plenamente hombres” es el título del SEGUNDO EJE TEMÁTICO de este volumen. El mismo contiene textos acerca de la antropología del P. Kentenich, con su típica acentuación de la libertad, la psicología, el desarrollo de un humanismo pleno y la íntima compenetración entre lo humano y lo divino. Este eje temático corresponde al planteo del “hombre nuevo”.
Asimismo, espero poder presentar pronto un segundo tomo, con el tercer eje temático: el amor comprendido y vivido íntegramente. El CUARTO EJE TEMÁTICO (tercer tomo) trata el tema de la “nueva comunidad” y la “doctrina del organismo”. Así, los tres primeros tomos tienen por contenido, esencialmente, el paradigma fundamental del “hombre nuevo en la comunidad nueva”.
Otros EJES TEMÁTICOS seguirán a estos con diferente rapidez y extensión (véase la lista de los EJES TEMÁTICOS ). Los mismos aportan la aplicación y ampliación universal del paradigma fundamental del “hombre nuevo en la comunidad nueva”.
Antes que nada, cabe formular algunas indicaciones formales que tienen validez para todos los tomos de esta colección de textos de J. Kentenich. En lo esencial, he dado preferencia a los textos redactados por el mismo J. Kentenich. Sin embargo, he seleccionado también textos del acervo de su palabra hablada (apuntes, anotaciones estenográficas, grabaciones magnetofónicas). Los mismos han sido puestos por escrito con diferentes grados de calidad, siendo procesados con diferente estilo en las diferentes ediciones de las que se dispone (véase la tabla de calificación al final del presente tomo). No obstante, esto no significa que los textos no literales tengan necesariamente una calidad inferior que los literales en cuanto al contenido. Con todo, solamente los he incorporado a esta colección cuando consideré, por su contenido, y en virtud de una visión de conjunto del pensamiento del P. Kentenich, que hacían afirmaciones coherentes con su pensamiento.
El aparato de notas es más bien escueto, y no totalmente uniforme en cuanto a su riqueza. No siempre incorporé las notas de los editores, contenidas en las publicaciones existentes de las obras del P. Kentenich. Lo dicho en el original en latín, a diferencia de la edición alemana, está traducido directamente al castellano, trascribiendo sólo en uno u otro caso su versión latina, las más de las veces en notas al pie de la página.
Las notas contienen sobre todo aclaraciones de expresiones que tienen en el pensar del P. Kentenich un contenido especialmente trabajado y elaborado. A menudo se trata simplemente de señalar algo de manera especial, al modo en que se lo hace con un signo de exclamación (por ejemplo, cuando se trata de una utilización particular de una palabra), o bien de establecer alguna referencia cruzada. Las citas bíblicas que ya figuran en los originales las dejé en el mismo texto; las que yo mismo he verificado están en las notas. Por lo demás, los textos deben interpretarse ellos mismos recíprocamente.
En el caso de los textos de origen oral he hecho sólo leves retoques estilísticos, sin indicarlos expresamente, sobre todo cuando se trataba de equivocaciones evidentes o de la búsqueda de una palabra adecuada. Los resaltados en cursiva son míos. En los mismos no me he atenido positiva ni negativamente a las ediciones preexistentes. Su objetivo es, por una parte, señalar algún aspecto en particular, y, por otra, contribuir en algo a la articulación del texto. Los subtítulos en negrita son también de mi autoría y sirven a una visión más clara del conjunto.
Espero, con esta obra, poder contribuir a una comprensión más profunda y amplia del pensamiento del P. Kentenich.
Herbert King
Stuttgart, 31 de Mayo de 1998