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CAUSA Y EFECTO
Kike Silva A.
Héctor Silva Arancibia
No Inscripción: 202.223
© EDITORIAL NUEVA PATRIS S.A.
J. M. Infante 132, Providencia
Fono/Fax: 235 8674 - 235 1343
Santiago - Chile
E-mail:
www.patris.cl
ISBN: 978-956-246-436-9
eISBN: 978-956-246-600-4
CHILE
Diagramación digital: ebooks Patagonia
www.ebookspatagonia.com
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A mi amigo Choche Torres,
quien me sigue ayudando
en lo que yo no supe ayudarlo.
Agradezco a las mujeres de esta historia.
A mi madre y a mi hermana,
por la protección brindada en la niñez.
A mi señora y a mis hijas, siendo el ancla
de mi vida adulta.
Y al amor que a diario me regala la Mater.
Kike Silva, casado con Kaioia Busquets, autora del libro Puertas Adentro, publicado por esta misma editorial, nos permite, a través del ameno relato de algunos momentos significativos de su vida, adentrarnos en la historia de una persona que podría corresponder a la de tantos.
Así es; muchos se sentirán muy identificados e interpretados por esta narración y las reflexiones que la acompañan. Algunas de las preguntas nos harán meditar sobre el valor de las cosas, la verdadera felicidad, lo trascendente y lo espiritual, sobre la familia y el trabajo, la naturaleza y el descanso, los amigos y el amor, con mayúscula y minúscula también.
Este abogado Old Georgean nos abre su experiencia vital con mucha humildad y absoluto realismo, sin afán de enseñar, sino solo de compartir testimoniando en primera persona lo que ha marcado su camino, desde sus orígenes y andanzas hasta sus definiciones.
Editorial Nueva Patris presenta el libro Causa y Efecto con alegría y confiando en que gustará y servirá a muchos lectores y lectoras.
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P. JOSÉ LUIS CORREA LIRA
Director
N nicholas Christakis, profesor de la Universidad de Harvard y James Fowler, profesor de la Emory University, son dos cientistas sociales que llevan años estudiando el impacto de las redes sociales en las personas. En su libro Connected, concluyen que las redes formadas por seres de carne y hueso, que forman nuestro entorno íntimo, donde están nuestros padres, moldean nuestras decisiones individuales de una forma más significativa de lo que se creía. Además, sostienen que la gente que nos rodea influye mucho más que la genética en nuestro estilo de vida y que todo lo que hacemos afecta a otros y, sobre todo, a nuestra familia.
Por otra parte, un divorcio por cada tres matrimonios al año sitúa a Chile entre los países con las mayores tasas de rupturas conyugales en el mundo. El filósofo español y profesor de la Universidad de Málaga, Tomás Melendo, explica esto con una analogía arquitectónica: “El material de construcción no es muy bueno y no existe un proyecto claro de lo que se pretende”. De este modo alude al hecho de que “muchos jóvenes han sido criados por padres que los llenan de caprichos y eliminan de su camino todo lo que suponga una dificultad, por lo que les falta el mínimo vigor y fortaleza para aguantar la diferencia que se da entre dos personas que han vivido en familias distintas”.
Coincidiendo con Christakis y Fowler, Melendo sostiene que: “Si quiero ayudar a mis hijos a crecer, debo querer a mi mujer. Es un principio metafísico: si los hijos son fruto del amor mutuo, su crecimiento también debe ser fruto del amor”.
Como provengo de abuelos y padres separados, quisiera, por medio de un testimonio personal e íntimo, extender en este libro tres invitaciones:
Primero: invitar a los padres a reconsiderar cualquier decisión de separación matrimonial, por su efecto en el desarrollo y formación de los hijos.
Segundo: invitar a los hijos de padres separados a sobreponerse a las ausencias y carencias que esto implica y, especialmente, a brindarles el perdón por su abandono.
Tercero: aprender a pedir ayuda a Dios, porque saca lo mejor de nosotros y nos convierte en mejores personas.
M I vida ha estado marcada por cinco máximas:
i) persistencia: Envase de detergente Klenzo donde aparece una nana con cofia de holandesa, que a su vez exhibe en su mano un envase de Klenzo con una nana con cofia de holandesa, que a su vez exhibe en su mano un envase de Klenzo con…
ii) carambola: Mientras mayor es la fuerza con que la bola de billar pega en el borde izquierdo, mayor es la fuerza con que sale expulsada hacia el borde derecho.
iii) moderación: tesis, antítesis, síntesis.
iv) la genética y el entorno: “De tal palo, tal astilla” y “La ocasión hace al ladrón”.
v) el aquí y el ahora. O, cómo el espacio y el tiempo condicionan la validez de la premisa: lápiz a mina con goma, es una línea amarilla para un observador lateral y un punto rojo para un observador posterior. O, lo bueno en el corto plazo, no necesariamente lo será en el largo plazo.
Entonces, ¿dónde iniciar la línea del tiempo evolutivo? Parece oportuno ilustrar lo anterior con una fotografía, porque una imagen dice más que mil palabras:
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FOTO DEL ABUELO SENTADO A LA DIESTRA DEL LEÓN DE TARAPACÁ.
Efectivamente se trata de un señor importante, ya que el abuelo no sólo fue Ministro del Interior del Presidente Arturo Alessandri Palma, sino que entre otros cargos políticos, también fue Diputado, Senador durante varios períodos, Presidente del Senado, Embajador en Roma, embajador en México, Presidente del Tribunal Calificador de Elecciones. Además de bombero, radical y masón.
Tal vez por su formación masónica o por su distancia con el Evangelio, resultó ser un sujeto duro y estoico, más que un cálido padre. ¿O habrá sido que en la Belle Époque de los años veinte era mal visto que los hombres mostraran afecto?
Según el folclore familiar el abuelo, Héctor, venía de una familia muy pobre, cuyo abuelo era zapatero. Como buen hijo del rigor, y gracias al incondicional apoyo de su madre, consiguió recibirse de abogado y sacar adelante a sus 10 hermanos, quienes también se convirtieron en profesionales. Esto incluía a las tías Julita y Menita, que se recibieron de concertistas en piano en el Conservatorio de Música de la Universidad de Chile.
El joven Héctor durante el día trabajaba en Correos y telégrafos para financiar a sus hermanos menores. De noche estudiaba Leyes valiéndose de la materia que su madre copiaba de los cuadernos de sus compañeros. Hasta ahora conservo con orgullo un cuaderno de Medicina Legal de puño y letra de mi bisabuela.
Deduzco que el joven Héctor debe haber sido “intelectualmente capaz”, ya que se recibió de abogado, y al menos según el Diccionario bibliográfico de Chile, si hay algo que él hizo, fue hacer muchas cosas. A estas alturas este hombre, mi abuelo, me ha hecho replantearme mi propia vida.
Pero… ¿cómo andamos por casa?
Don Héctor, ya era un exitoso abogado de importantes empresas y conocido político y hombre público. Vivía en una quinta en las afueras de Santiago, donde sus 11 empleados entretenían a sus hijas Sandalia y Alicia. Entre ellos había un jardinero japonés quien enseñó a las niñitas Arancibia a cruzar el espejo de agua donde flotaban los nenúfares, caminando sobre zancos fabricados con tarros vacíos de manteca que, puestos boca abajo, se afirmaban con un alambre a modo de rienda. Años después, en Algarrobo, sin laguna ni nenúfares, Alicia, mi madre, me enseñó a hacer lo mismo con tarros de Nescafé. Al parecer ella le tenía mucho cariño a este jardinero japonés, pues cuando lo echaron del trabajo, acusándolo de espionaje durante la Primera Guerra Mundial, su pena contribuyó a hacer más grande la laguna. Otro personaje importante de la mencionada quinta, y clave para la familia fue el chofer, o más bien el
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