Pilar Urbano - La gran desmemoria
Aquí puedes leer online Pilar Urbano - La gran desmemoria texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2014, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
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- Libro:La gran desmemoria
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:2014
- Índice:5 / 5
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La gran desmemoria: resumen, descripción y anotación
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Deseo expresar mi sincera gratitud a quienes me han ayudado en la investigación de este libro: Ana María Montes, viuda de José Mario Armero, y su hijo Mario, Jaime Carvajal, Jaime Lamo de Espinosa, Rodolfo Martín Villa, Landelino Lavilla, Fernando Castedo, Jesús Picatoste, Antxon Sarasqueta, Aurelio Delgado, Francisco Laína, Antonio Navalón, Pablo Castellano, José Luis Cortina, Guillermo Velarde Pinacho, José Lara Alén, Pierre-Paul Gregoire, y los dibujantes Peridis y Máximo.
Mi agradecimiento póstumo a los que, en su día, me facilitaron valiosas confidencias: Eduardo Navarro, Sabino Fernández Campo, Pío Cabanillas, José María Cuevas, Torcuato Fernández-Miranda, Agustín Rodríguez Sahagún, Fernando Abril Martorell, Ignacio Gómez-Acebo y Santiago Carrillo.
Tengo una deuda especial con Adolfo García Ortega, que, como editor, ha sido un rodrigón seguro a lo largo de mi tarea. Asimismo, con Ana Bustelo, Irene García Virgili, Esther Llompart y el equipo de Planeta, cuyos trabajos ocultos y eficaces han hecho posible el prodigio impreso de este libro.
Tras el éxito rotundo de El precio del trono, Pilar Urbano hace un valiente ejercicio de investigación para acabar con mitos y medias verdades que han desfigurado nuestra reciente historia. Con documentos inéditos y testigos que al fin cuentan lo que nunca habían contado, Urbano averigua cómo actuó el Rey en la Transición. La autora sale al encuentro de las dudas y sospechas del hombre de la calle: si el Rey fue verdaderamente «el motor del cambio» o si el temor al Ejército y al búnker le aconsejaron pisar el freno; por qué el monarca se ausentó en París mientras Suárez legalizaba el Partido Comunista; desde cuándo y hasta dónde estuvo el Rey informado de la Operación Armada; cuál fue el auténtico motivo de la dimisión de Suárez; el juicio militar del 23-F, un simulacro consentido para tapar la trama conspirativa de diputados y empresarios dispuestos a gobernar bajo un general. Pilar Urbano introduce al lector en las estancias del poder, permitiéndole asistir a escenas electrizantes y escuchar en toda su crudeza los diálogos de los protagonistas tal como fueron. «Discrepo, dice la autora, de Camus cuando afirma que “la verdad tiene dos caras, una de las cuales debe permanecer oculta”. Mi servicio al ciudadano es justamente lo contrario: descubrir aquellos tramos de la historia que se nos venían ocultando y reclamaban luz».
Pilar Urbano
ePub r1.1
jandepora08.04.14
Pilar Urbano, 2014
Editor digital: jandepora
ePub base r1.0
PILAR URBANO. Nació en Valencia, en 1940. Actualmente publica sus colaboraciones en el diario El Mundo. También es miembro numeraria del Opus Dei.
Tras estudiar Filosofía y Letras pronto encauzó su carrera profesional hacia el mundo del periodismo, consiguiendo el número uno de su promoción en la Escuela Oficial de Periodismo.
Ha trabajado, como comentarista política en los Diarios ABC (hasta 1985), donde inicia su columna periódica Hilo directo, Ya (1985-1989) y actualmente en El Mundo, así como en la revista Época.
Especializada en la publicación de libros sobre temas de actualidad, entre los asuntos sobre los que ha escrito se encuentra la trama criminal de los atentados del 11 de septiembre de 2001 o el intento de golpe de estado del 23-F en España, del que fue testigo directo por encontrarse en ese momento en la tribuna de periodistas del Congreso de los Diputados. Además ha publicado sendas biografías "autorizadas" de la Reina Sofía y el juez Baltasar Garzón.
El 23-F, estaba en el Congreso de los Diputados en calidad de periodista. Fue una de las personas que permaneció de pie. Con ocasión de aquella experiencia, declaró: «Tuve una metralleta a un palmo de mi cintura. No me tiré al suelo. Aquella tarde y aquella noche supe de un modo definitivo que la libertad vale más que la vida».
En octubre de 2008, la presentación de su libro La Reina muy de cerca, publicado por Editorial Planeta, desató una fuerte polémica en España al aparecer supuestas declaraciones de la Reina Sofía en contra de la eutanasia, del aborto y del matrimonio homosexual. Ello dio lugar a un comunicado oficial de la Casa Real en el que se decía que Pilar Urbano, «tras mantener una conversación privada con Su Majestad la Reina, pone en boca de su majestad unas supuestas afirmaciones que hoy reproducen algunos medios de comunicación», las cuales «no corresponden con exactitud a las opiniones vertidas por Su Majestad la Reina, como oportunamente se le ha hecho saber a la autora».
Ante dicho comunicado, la periodista negó que las declaraciones fueran de carácter privado. «Yo he hecho un libro con la Reina, sabiéndolo la Reina, no en el ámbito privado, sino en la Zarzuela», y añadió que «lo que ha dicho la reina es lo que aparece en mi libro» y que la Casa Real leyó y dio «luz verde» al libro.
Una corona de plomo
Primero de julio de 1976. Palacio Real de Madrid. Había amanecido con el cielo encapotado y plomizo. A las once menos cuarto ya estaba el Rey en la cámara regia, flanqueado por el jefe de su Casa, Nicolás Cotoner, marqués de Mondéjar, los generales Emilio Sánchez Galiano y Alfonso Armada, el ministro de Exteriores, José María de Areilza, algunos diplomáticos del ministerio y el veterano introductor de embajadores Antonio Villacieros. Todos embutidos en sus impresionantes uniformes, macramé de alamares y entorchados. Aunque no todos: Areilza vestía chaqué. Era la ceremonia de entrega de credenciales, que solía celebrarse en jueves. Se sucedieron los legados de Argentina, Iraq y Camerún.
El Rey mantuvo con cada uno de ellos una conversación a solas en la saleta del Nuncio. Protocolo y cortesía. Entre embajador y embajador, le preguntó al ministro Areilza algunos asuntos que le interesaban.
—¿Qué hay de mi viaje oficial a París? ¿Qué diablos le pasa ahora a Giscard…?
—Denieu, el embajador, me ha dicho que son celos, qu’il est jaloux comme un tigre, un ataque de cuernos. A Giscard le sentó como un tiro que fuésemos a Estados Unidos antes que a Francia. Y después, no ha digerido el éxito de vuestro discurso ante los congresistas y los senadores.
—Pero el presidente Giscard, ¿qué dice?
—Dice que en las horas difíciles de vuestra exaltación al trono, él se presentó aquí y animó a venir a varios mandatarios europeos; en cambio, los americanos enviaron a Rockefeller, el segundo de Ford…
Hablaban junto a uno de los ventanales de la cámara regia.
El Rey miró el reloj en su muñeca.
—¿Qué embajador falta?
—El de Sudán.
—Pues ahí está.
En ese momento llegaban a la plaza de la Armería los carruajes donde venían el embajador y el séquito de su misión. Vieron evolucionar la carroza París, de dos caballos, con un cochero y dos lacayos; y la berlina Gala, tirada por seis caballos, con su guarnición de palafreneros, lacayos, cochero y postillón. Una compañía de la Guardia Real, gastadores y banda de música, tocó algo parecido al himno nacional sudanés.
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