© 2015 por Grupo Nelson®
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América.
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Título en inglés: Delegation & Supervision
© 2013 por Brian Tracy
Publicado por AMACOM, una división de American Management Association, International, Nueva York.
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Editora en Jefe: Graciela Lelli
Traducción y edición: www.produccioneditorial.com
Adaptación del diseño al español: www.produccioneditorial.com
ISBN: 978-0-71803-359-0
ISBN: 978-0-71803-368-2 (eBook)
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CONTENIDO
LA DELEGACIÓN es una de las habilidades esenciales de una gestión eficaz. Sin la capacidad de delegar bien y efectivamente, no es posible satisfacer tu potencial como ejecutivo.
La gestión ha sido definida como «obtener resultados a través de otros». Inherente a esta definición está la idea de delegación efectiva de tareas, deberes y responsabilidades a tu equipo. Tu capacidad y voluntad de delegación es crucial para tu progreso y éxito en los negocios.
Muchos gerentes tienen dificultades para delegar. A menudo son reacios o incapaces de delegar, lo que limita en gran medida sus posibilidades de ascenso. Dado que la alternativa a delegar es hacerlo tú mismo, estos gerentes terminan con tantas responsabilidades y trabajos que hacer personalmente que son incapaces de contribuir plenamente con sus organizaciones.
Los beneficios de la delegación
La delegación tiene una variedad de beneficios y ventajas. La delegación te permite ampliar tu ámbito de trabajo desde lo que puedes hacer a lo que puedes controlar o manejar. Eso significa que puedes concentrarte en hacer las pocas cosas durante tu jornada de trabajo que únicamente tú puedes hacer por tu empresa.
La delegación te permite aumentar la calidad y cantidad de tus resultados. Y tus resultados, más que cualquier otro factor, determinarán tus ingresos, tu posición y tu nivel de satisfacción personal en tu trabajo.
La delegación también te permite aumentar la capacidad y la competencia de las personas que trabajan bajo tu mando, de modo que puedas liberar potencial humano.
Los gerentes de hoy trabajan a plena capacidad; tienen muchas más cosas que hacer que tiempo para hacerlas. Para que lo importante se haga, un gerente debe delegar todo lo que otros puedan realizar. Este es un simple hecho de la vida empresarial.
La delegación se puede aprender
Afortunadamente, la delegación es un conjunto de habilidades que se pueden desarrollar. Aprendes cualquier habilidad aprendiendo primero cómo hacerla, y luego practicando regularmente hasta que se convierte en un hábito; es como conducir un coche.
La mayoría de los gerentes no han sido entrenados en la delegación, y en el momento en que adoptes un comportamiento nuevo, te sentirás incómodo al principio. Sin embargo, cuanto más practiques la delegación, más fácil se volverá.
Este libro te ayudará a ser excelente en la delegación y multiplicará grandemente tu capacidad de hacer una contribución significativa en tu organización. Vas a aprender una serie de ideas clave que puedes utilizar para conseguir ser mucho más eficaz al delegar. Cada uno de estos métodos, técnicas y estrategias han sido ampliamente probados durante años, y se garantiza su funcionamiento.
Si practicas estas técnicas una y otra vez, no tardarás en llegar al punto en el que otros se refieran a ti como una de las mejores personas hábiles en delegar que conocen.
TUS RECURSOS MÁS valiosos en los negocios son los recursos humanos confiados a ti para hacer el trabajo. Son mucho más valiosos que los ordenadores o el espacio de oficinas. Los gerentes excelentes son aquellos capaces de extraer el rendimiento de más alta calidad de las personas a las que dirigen.
Tu trabajo como gerente es obtener el máximo retorno de la inversión de la empresa en las personas. Tanto como el ochenta y cinco por ciento del presupuesto operativo de cualquier organización, especialmente en un negocio de servicios, se invierte en salarios e incentivos. La pregunta es: «¿Estás sacando el máximo rendimiento de esos gastos?». La delegación es una de las maneras de lograr precisamente eso.
La persona promedio trabaja usando entre un cincuenta y un sesenta por ciento de su capacidad. Esto significa que en la organización promedio, la mitad de la capacidad de los empleados no está siendo aprovechada. Una excelente organización es aquella en la que el personal está empleando cada vez más su capacidad potencial para alcanzar los objetivos de la organización.
Haz crecer a tu gente
Tu trabajo como gerente es hacer crecer a la gente. Se te ha confiado la responsabilidad de cuidar de tu gente y desarrollarla. Solo las personas pueden aumentar su valor. Los ordenadores y otros equipos se deprecian y, finalmente, se vuelven obsoletos. La gente, sin embargo, puede aumentar su valor, dependiendo de cómo es gestionada y motivada. La delegación es una herramienta maravillosa para desafiar a tu personal y hacer que se impliquen, logrando mayores resultados y haciendo una contribución mayor.
Lo más importante de todo es cómo la delegación te permite satisfacer tu propio potencial personal. El maravilloso descubrimiento es que tu potencial como gerente o ejecutivo es prácticamente ilimitado, siempre y cuando seas capaz de dar rienda suelta a los talentos y habilidades de los demás al delegar y supervisar con eficacia.
Tienes dos opciones en el mundo laboral. Cuando se te ha asignado un trabajo y eres responsable ante tu jefe, puedes hacerlo tú mismo o hacer que otro lo haga. Tu capacidad para hacer que otro haga el trabajo —o, más exactamente, de encomendar el trabajo a otra persona que pueda, de hecho, hacerlo— te permite centrarte en el trabajo que tienes que hacer. Más que cualquier otra cosa, esta capacidad de delegar efectivamente determinará tu trayectoria profesional, tu tasa de promoción, tu sueldo, tu estatus, tu posición, tu prestigio y tu éxito en la gestión.
HAY VARIOS mitos en la gestión que a menudo suelen refrenar a los gerentes de usar la delegación. Pueden o no ser ciertos, pero son bloqueos mentales del gerente individual. Puedes estar al tanto de algunos de estos mitos o bloqueos y no conocer otros. Cada vez que veas a alguien que delega pobremente, es probable que encuentres uno o más de estos mitos en acción.
Mito 1: No hay tiempo suficiente para delegar
A veces las personas están tan ocupadas y abrumadas con las responsabilidades que piensan que no tienen tiempo suficiente para sentarse y explicar el trabajo a otra persona. Solo quieren continuar con ello tan rápido como sea posible.
En otras ocasiones pueden delegar el trabajo a otra persona, pero no se toman el tiempo suficiente para guiar a la persona en la asignación y explicarle exactamente lo que debe hacer. Tal vez digan algo como: «Haz esto y tenlo terminado para tal o cual fecha». Equiparan el dar órdenes con la delegación. Pero no es eso. Es
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