SABORES CON TRADICIÓN
DISFRUTA COCINANDO. RECETAS DE FAMILIA
Zulema y Ana Duato
L AS MEJORES Y MÁS ENTRAÑABLES RECETAS DE LA FAMILIA D UATO .
En este libro Zulema y Ana Duato nos darán a conocer la afición familiar por la cocina y por la buena mesa.
A lo largo de estas líneas, compartirán con todos nosotros sus secretos, los de su madre, sus primos, sus tías… A través de más de ochenta recetas nos mostrarán lo que aprendieron y lo que enseñaron a sus hijos, y las que han alcanzado más éxito y que Zulema ofrece a sus clientes en su restaurante en Valencia. Un libro cargado de anécdotas y recuerdos familiares, pero también de datos útiles.
Un libro auténticamente familiar, con una edición de lujo y repleto de imágenes, hecho «a fuego lento» entre todos, con la participación de tres generaciones.
ACERCA DE LAS AUTORAS
Zulema Duato nació en 1963 en Valencia. Comenzó a cocinar muy joven, porque siempre prefirió la cocina al salón; los fogones le daban seguridad y libertad. En 1994, junto a su compañero Luis Carlos, abrieron las puertas del restaurante Masía Romaní. Desde entonces, cocina todos los días y lo hace con la ilusión y el respeto del primer día, pero con la experiencia de los años. Sueña con volver a tener un barco y navegar.
Ana Duato nació en 1968 y ese día su padre predijo que sería actriz. Desde muy pequeña era observadora, teatrera y silenciosa; muy pronto encaminó sus pasos a la interpretación y, aunque lleva más de treinta años actuando, sigue caminando de puntillas como si fuera una novata. Ana es actriz pero, sobre todo, es amante de la vida en todas sus versiones. Le gustaría tener tiempo para ser médico, panadera, piloto de aviación, abogada de causas perdidas, nadadora profesional o trapecista. En este momento interpreta a Mercedes en la serie Cuéntame cómo pasó.
ACERCA DE LA OBRA
«Cuando mis hijas se marcharon de casa me di cuenta de que les habíamos inculcado el gusto por la comida. Y empecé a impartirles clases de cocina por teléfono, porque no se llevaron mucho aprendido de casa; todavía eran muy jóvenes. Aún hoy me siguen llamando para preguntarme cómo hacer este o aquel plato, sobre todo las chicas, que han salido más cocinillas que los chicos. Cuando me consultan algo, en especial Ana, Zulema menos…, procuro tener siempre una respuesta.»
Z ULEMA B OIX, MADRE DE A NA Y DE Z ULEMA
agradecimientos
Gracias a nuestra amiga Teresa Peyrí, porque sin ella este libro no sería, ni siquiera, imaginable.
A Roca Editorial por confiar en nosotras.
A Pilar Calleja por su paciencia, correcciones y su maravillosa forma de ayudar sin que lo parezca.
A nuestra familia, por empujarnos y mirarnos desafiantes como si no fuéramos capaces de terminar el reto.
A Leti Badía y Silvia Llopis que lo dieron todo para conseguir, en un tiempo extenuante, elaborar tantas recetas.
A nuestros amigos Roberto Ruiz, Mihoko Izumi, Ihsan El Yamlahi Aouad, Rachida Aouad y Rajae El Yamlahi Aouad por compartir sus cocinas con nosotros.
A nuestra prima Lola Duato que nos ayudó en todo lo que pudo recuperando recetas familiares.
A Luis Carlos Angulo por su paciencia transcribiendo textos y animando a que los escribamos.
A nuestro amigo Andrés Fagalde que, desde su paz en la montaña, colaboró interpretando nuestras recetas y pasándolas al ordenador.
A todos, GRACIAS.
LA COCINA
DE DIARIO DE
ANA Y ZULEMA
El mercado es una
actividad maravillosa
llena de colores, olores
y vida, que transmite
optimismo y presenta una
oferta variadísima para el
bolsillo y la imaginación.
Una receta tiene tantas versiones como autores
Si te gusta toda la parafernalia que rodea a la elaboración de una receta, te resultará grato tanto el proceso como el resultado.
Y también tomamos conciencia de que colaboramos para mantener la dieta mediterránea y lo que culturalmente implica. El hecho de cocinar aprovechando los recursos de la naturaleza y disfrutarlos en torno a una mesa ayuda, sin duda, a nuestra salud física y mental. Y si vamos un poco mas allá, indirectamente protegemos nuestro paisaje, fomentando la agricultura, la ganadería y la pesca a través de los mercados locales. Así podemos revalorizar el trabajo del campo y concienciarnos de que protegiendo y respetando el mar preservamos sus especies y a los faenadores que viven de ellas.
Volviendo a los fogones y a sus numerosos intríngulis, es importante disponer de una despensa con unos mínimos imprescindibles para no tener que llamar cada cinco minutos a casa del vecino.
Son la base de cualquier receta, los mosqueteros de la cocina, aquellos que persisten cuando ya no queda nada: aceite, sal, azúcar, alguna especia y hierba aromática: pimienta negra, tomillo, pimentón, orégano, laurel, salvia; fideos, arroz, una lata de tomate, harina, lentejas, vinagre, una lata de sardinas o una botella de leche. Aquellos ingredientes capaces de salvar un día, pero que por sí solos no representan la alegría de la huerta.
Si un día temprano os acercáis a un mercado, creo que repetiréis la experiencia. Todos ellos merecen un voto de confianza. Sonreíd y reconoced en sus vendedores a personas que viven por y para el producto. Preguntad todas las dudas que tengáis; eso no es signo de ignorancia, sino de inquietud. También es una forma de percibir si quien os atiende, entiende. A veces complica el hecho de tener que comprar por kilos, gramos o cuartos. Es mejor hacerlo por unidades y fijarse en la balanza para aprender a medir mejor y también, sin desconfianza, te aseguras de la honradez de tu vendedor.
El mercado es una actividad maravillosa llena de colores, olores y vida, que transmite optimismo y presenta una oferta variadísima para el bolsillo y la imaginación. Si no estás acostumbrado a comprar en el mercado, es mejor llevar una lista e intentar ajustarse a ella. Aun así resulta inevitable resistirse a las tentaciones.
… Las frutas, las reconoceréis por su aroma. No es tan importante que sean perfectas como que sean de temporada, recolectadas maduras o que su transporte sea aéreo si vienen de otras latitudes.
Recuerdo a un vendedor maravilloso que contaba cómo huía de los camiones cargados de frutas y verduras que interesaban a los compradores de las grandes superficies y acudía raudo a los que estos descartaban. Mientras el pequeño comercio busca la idoneidad del producto al día, las grandes superficies calculan que el periodo de caducidad se prolongue al máximo.
Respecto a la charcutería, las denominaciones de origen, los gustos y las tentaciones marcan por completo la elección; con la carne ocurre más o menos lo mismo. Tiene que existir un entendimiento con tu carnicero y para ello es imprescindible confiar en sus conocimientos sobre los cortes más adecuados para cada preparación, que conozca la trazabilidad del producto: origen, alimentación, sistema de transporte, garantías en la cadena de frío. Y por supuesto, que la higiene sea evidente.
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