Si este libro le ha interesado y desea que lo mantengamos informado de nuestras publicaciones, puede contactar con nosotros en
o bien registrarse en nuestra página web
www.editorialsirio.com
Diseño de portada: Editorial Sirio S.A.
Foto de portada: Techus Guerrero
Fotos internas: Manuel Salinas
Fotos internas de Lea: Choclo Valencia/Shamina Visual
Modelos: Gerardo Bolla / Franchezca Pinzón
Composición ePub por Editorial Sirio S.A.
© de la edición original
Lea Kaufman 2015
© de la presente edición
EDITORIAL SIRIO, S.A.
www.editorialsirio.com
E-Mail:
I.S.B.N.: 978-84-16233-410
«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra».
Contenido
AGRADECIMIENTOS
Este libro que tienes en tus manos es posible gracias a muchas personas. Primero quiero agradecer a todos mis profesores quienes, cada uno desde su campo y en diferentes momentos, me ayudaron a forjar el conocimiento que hoy comparto. Gracias, especialmente, a mis profesores de Feldenkrais. A todos mis alumnos, que me permiten acompañarlos y ser testigo de su desarrollo y mejoría, mil gracias, nada tendría sentido sin ustedes. Un agradecimiento especial a los alumnos y el equipo de Feldenkrais Colombia, por embarcarse en este viaje conmigo. Gracias a Andrea García y Carmen Elisa Murillo, por su constante soporte. A Guillermina Cuevas y Julián Ríos, por haberme acogido en sus corazones y darme su sabiduría constante (y a Guille, por supuesto, por la corrección del manuscrito). A Carlos Holguin, de Ishka Yoga Cali, y Franchezca Pinzón, por el apoyo para las fotos.
Gracias a Miriam Mendoza, por su lectura y cariño. A Claudia Espriella, por ser incondicional. A Gerardo Bolla, por veinte años de amistad y por cruzar un océano, y a Darío Scampini, por ser siempre luz. A Patricia Rangel, por su sincera amistad y su aliento. A Patricia Maya, por acompañarme en sueños locos. A Alan Questel, por decir que sí. A Nathan Kaufman, por ser un cable a tierra; a Julio Kaufman, por enseñarme que hay que escribir para compartir bienestar; a Lirian Rodriguez, por la fuerza, y a Ernesto Cortés, por todo.
NUESTRO VIAJE
Si podemos reconciliarnos a nosotros mismos con la misteriosa verdad de que el espíritu es la vida del cuerpo contemplada desde dentro, y el cuerpo es la manifestación externa de la vida del espíritu, siendo los dos realmente uno, entonces podremos comprender por qué la lucha por trascender el nivel de conciencia actual debe dar al cuerpo su lugar.
C. G. Jung
Esto que tienes en las manos es un libro y una experiencia. Quiere acompañarte a lo largo de cuatro semanas y guiarte a través de una vivencia transformadora de tu cuerpo y todo tu ser. Si buscas solamente leer un libro y adquirir información intelectual o académica, devuelve este a su estante, porque no podrá ayudarte. Si buscas un programa de ejercicios físicos que puedas llevar a cabo mientras piensas en qué vas a hacer después, o escuchas música, no es para ti.
Aquí vas a encontrar información de vanguardia acerca del cuerpo y la mente, pero más importante que eso, vas a ser invitado a poner en práctica esa información en ti mismo, para transformar tu cuerpo, tu mente y tu vida, moviéndote en conciencia. En esta guía de cuatro semanas vas a aprender cómo reapoderarte de tu cuerpo para vivir feliz en ti, siguiendo cada semana la práctica de un concepto específico.
El cuerpo es el primer hogar y el vehículo para expresar nuestro ser más profundo en el mundo. Sin embargo, muchas veces lo tratamos como un objeto, como un instrumento ajeno a nosotros mismos. Y así, a lo largo de nuestra vida, lo hemos perdido. Nos hemos distanciado del cuerpo, y con esa distancia, hemos perdido poder sobre nosotros mismos. Nos hemos distanciado de nosotros mismos.
Incluso llegamos a estar en guerra con nuestro cuerpo, perdiendo paz y armonía en todas las áreas de la vida: en el desempeño físico y el mental, y en las relaciones. Estar en guerra con tu cuerpo, o no vivir feliz en él, finalmente es estar en guerra contigo mismo.
Cuando te apoderas de tu cuerpo, haces las paces contigo mismo y empiezas a vivir con respeto y amor hacia ti, te aceptas completamente. Esto se va a permear a toda tu vida, desde el cuerpo hasta la mente, y a tu ser esencial.
A lo largo de mi práctica profesional he trabajado con miles de personas que llegan a mis talleres, sesiones y cursos en línea por algún tipo de insatisfacción consigo mismas: dolores, molestias, diagnósticos limitantes, lesiones o restricciones de movimiento.
Otras quieren acrecentar sus habilidades, o adquirir más destrezas. Sean bailarines, actores, amas de casa, educadores o de cualquier ocupación, el motivo por el que se acercan es concreto, físico y tangible. Quieren que su cuerpo les responda para alcanzar sus metas.
Pero lo más importante, lo que he descubierto en cada consulta que veo, es que quieren ser aún más felices habitando su cuerpo. Lo que desean es sentirse libres y poderosos. Sentir que su cuerpo juega a su favor, y no en su contra. Quieren poder escuchar a su cuerpo, comunicarse con él y que les devuelva vitalidad, menos dolores y más libertad de movimiento. Quieren poder expresar a través de su corporalidad sus sueños, ideales y deseos más profundos.
Si tú estás leyendo esto, seguramente tienes alguna insatisfacción en ti mismo, o hay algún área de tu desempeño físico que quieres mejorar. Probablemente, en el fondo, lo que también estás buscando es ser más feliz en ti. Y te entiendo perfectamente, porque yo también estuve ahí. Sé lo que es no encontrar satisfacción interna y sentirte ajeno en ti mismo. Lo que es sentir que tus partes están divididas y, muchas veces, peleadas. Lo sé porque durante mucho tiempo me sentí así.
Cuando me empecé a percatar de que, en el fondo, eso era lo que mis clientes estaban buscando, comencé a tomar nota de cuáles de todas las herramientas que compartía con ellos los ayudaban más, no solamente a eliminar tal o cual dolor, o a bailar o cantar mejor, sino a apoderarse de sí mismos y ser más felices, sin una razón particular.
Eso era lo que yo también buscaba cuando dejé mi Uruguay natal para estudiar el método Feldenkrais, es decir, para estudiarme y entenderme a mí misma (a lo largo del libro haremos ejercicios basados en este método, y en el anexo te hablaré en detalle sobre él).
Si bien siempre he sido muy sana y no he tenido grandes problemas físicos, tenía esa insatisfacción: no me hallaba a mí misma. No sabía quién era, o cuál era mi propósito en el mundo. Tenía muchos intereses, había estudiado ingeniería porque me gustaba la matemática y la lógica, y también teatro, porque me encantaba el arte. Podía moverme en una amplia gama de intereses, disciplinas y ambientes, pero en ningún lugar me sentía en casa. Claro, porque no me sentía en casa en mí misma.
Recuerdo a una profesora de filosofía en el penúltimo año del liceo que nos preguntó:
—¿Qué es lo que los hace realmente felices?
Mi respuesta, interna, claro, porque en esa época no me sentía cómoda compartiendo mi sentir íntimo, fue inmediata: bailar. Desde entonces sabía que mi medio de expresión era el cuerpo en movimiento, la manera de comunicarme no solo con el exterior, sino, y lo más importante, conmigo misma. Ese día intuí el medio, pero no sabía cómo usarlo.