Otros libros por Himilce Novas
Mangos, Bananas and Coconuts: A Cuban Love Story
Remembering Selena/Recordando a Selena
The Hispanic 100
Everything You Need to Know About Latino History
Otros libros por Rosemary Silva
Remembering Selena/Recordando a Selena
UN LIBRO BORZOI
PUBLICADO POR ALFRED A. KNOPF, INC.
Copyright © 1997 por Himilce Novas y Rosemary Silva
Todos los derechos reservados conforme a las Convenciones de Registro Literario Internacionales y de Pan-América (International and Pan-American Copyright Conventions). Publicado en los Estados Unidos de América por Alfred A. Knopf, Inc., Nueva York, y simultáneamente en Canadá por Random House de Canadá Limitado, Toronto. Distribuido por Random House, Inc., Nueva York
Dirección en el Internet de Random House: http://www.randomhouse.com/
Les agradamos a los siguientes por habernos proveido su permiso de utilisar en parte pasajes de sus libros:
Macmillan Publishing USA: Traducción al Español por Himilce Novas de las recetas Manchamanteles y Chile rojo adobo del libro Food from My Heart: Cuisines of Mexico Remembered and Reimagined [Comida de mi corazón: La cocina de México recordada y re-imaginada] por Zarela Martinez, derechos © 1992 por Zarela Martinez. Traducido y impresado con permiso de Macmillan Publishing USA, una publicación de Simon & Schuster Macmillan Company.
Harriet Wasserman Literary Agency: Varios pasajes de Los Reyes del Mambo tocan canciones de amor [The Mambo Kings Play Songs of Love] escrito por Oscar Hijuelos, derechos © 1989, 1996 por Oscar Hijuelos, utilisados con permiso de la Harriet Wasserman Literary Agency.
eISBN: 978-0-307-80076-3
v3.1
Para nuestra redactora, Judith Jones, por su perseverancia, dirección y gran inspiración—¡muchas gracias por abrir el camino!
ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS
Muchas manos y muchos corazones tuvieron que ver con esta cosecha. Antes que nada, queremos dar las gracias a los millares de generosos hermanos y hermanas latinos que nos abrieron sus puertas, nos invitaron a sus cocinas y compartieron con nosotras sus recetas, sus álbumes familiares y sus antiguas tradiciones. También saludamos a todos los propietarios de restaurantes latinos, cocineros, camareros, comerciantes, compañías de ventas por correo, amantes de la buena cocina, agricultores y jardineros—tan numerosos que sería imposible destacarlos por nombre—por sus ofrendas, su sabidurí y sus muchas lecciones en el arte y el oficio culinario.
Quedamos agradecidas a los bibliotecarios de the New York Public Library, the Library of Congress, the University Research Library at U.C.L.A. y the Davidson Library en the University of California en Santa Barbara, por su ayuda durante largos meses de investigacíon. Por su entusiasmo y dedicación, muchas gracias a Gillian Speeth, por la asistencia artística de su compañía, Picture This, y a Susana Haake por su ayuda con la tradución del texto.
Y gracias tambíen a nuestras amigas y amigos Rebecca Woolston, Michael Luckett, Harry H. Derderian y T. Bassing Mantenfel, por someterse mansamente a nuestros experimentos culinarios en Santa Barbara. Y sobre todo a nuestra familia, amigos, amigas, héroes y heroínas Ruth Elizabeth Jenks, Gail y Steve Humphreys, Guillermo Cabrera Infante, S. Jill Levine, Bill Campbell, Eli y Bill Krach, Cristina Saralegui, Julia Child, M.F.K. Fisher, Susan Herner, Deb Brody, Wendy Carlton, Nicolás Kanellos, Shirley Daigler, Fran y Ted Halpern, Marilyn Gilbert, Nathan Rundlett, Carol Storke, Michael Smith, Marlyn Bernstein, Dorothy Allison, Hope y Marcus Thrane, Penny y Terry Davies del Earthling Bookstore en Santa Barbara, Andre y Pat Piot, Gil y Marti García, David Perry y Jim Watkins de KQSB en Santa Barbara, Susan Gulbransen, Henry Blumstein, Jackie Green, Julie Barton, Steve Gilbar, el American Program Bureau, Edwina Cruise, Jeanne O’Shaughnessy, Jim y Dorothy Tate y Maggie Lewis. Y finalmente, nuestra gratitud infinita a M.B.E. por su inspiración y revelación dentro y fuera de la cocina.
INTRODUCCIÓN
Hace pocos años, cuando vivíamos en la ciudad de Nueva York, uno de nuestros pasatiempos sabatinos favoritos era investigar la comida de los diferentes países latinoamericanos. Himilce es cubano-americana; por lo tanto, muchos sábados nos llamaba la buena comida cubana. Con frecuencia, pasábamos la tarde saboreando plátanos maduros fritos en Victor’s Café ’52, un restaurante cubano en la zona teatral de Broadway. Otras veces caíamos en la tentación de esos apetitosos sandwiches rellenos de jamón, cerdo asado, queso suizo y pepinos encurtidos en las cafeterías cubanas del Upper West Side de Manhattan. Los sábados puertorriqueños solían caer en otoño, cuando las tardes eran lo suficientemente frescas como para ir en bicicleta hasta El Barrio (Spanish Harlem) en busca de frutas y vegetales tropicales en la famosa (y ya desaparecida) La Marqueta. A veces visitábamos las numerosas botánicas, esas maravillosas tiendas religiosas y naturopáticas donde se encuentra de todo un poco—desde ungüentos mágicos hasta velas sagradas, hierbas curativas y collares bendecidos por santeras o curanderas lucumíes. Por un mero accidente climático, los sábados brasileños caían siempre en medio del intenso invierno del mes de enero, porque Little Brazil queda cerca de nuestro antiguo apartamento, en la parte central de Manhattan, mucho más accesible que, digamos, Little Colombia, ubicada en Jackson Heights, Queens, donde tendríamos que pasar mucho frío y quizás varias tempestades para llegar. Todavía recordamos con nostalgia esos platos cálidos y suaves, durante aquellos días invernales en que el viento se colaba hasta los puros huesos. Nada caía tan bien como una