El libro se propone ayudarnos a pensar mejor y a tomar mejores decisiones. Para ello, hace un balance de la aventura intelectual del hombre en Occidente, explicando el desarrollo de la racionalidad a través del ejercicio de la duda, ya que disciplinas como la filosofía, la ciencia y la psicología consideran que la duda y la superación de la misma constituyen el instrumento metodológico y de toma de decisiones por excelencia.
Pero ¿qué sucede cuando intentamos aplicar en «piensocentrismo» en la práctica, en la vida cotidiana, ante elecciones y decisiones que no pueden resolverse por medio de la lógica y del razonamiento más estricto? Pues lo que ocurre es que caemos en una trampa, en un autoengaño, en una verdadera «psicopatología de la vida cotidiana»: tenemos la ilusión de poder resolver una crisis amorosa, una decisión crucial confiándonos al poder de la razón o bien, en el extremo opuesto, buscamos la certeza en las «verdades reveladas», ya sean religiosas, científicas o ideológicas.
En algunas ocasiones, «el pensar» deja de ser un instrumento infalible para convertirse en un obstáculo insuperable, fuente de incertidumbre o incluso de sufrimiento psicológico, hasta el punto de asumir formas patológicas que acaban por bloquear al sujeto.
En estas páginas Giorgio Nardone adapta este planteamiento a la investigación psicológica, y propone soluciones terapéuticas «centradas en el problema» e inspiradas en el modelo de la terapia breve estratégica. Puesto que, para el autor, es necesario «reorientar» estratégicamente el pensamiento para descubrir su potencialidad: en vez de obstinarnos en buscar las respuestas, lo que debemos hacer es preocuparnos por formular mejor las preguntas.
Giorgio Nardone & Giulio De Santis
Pienso, luego sufro
Cuando pensar demasiado hace daño
ePub r1.0
Titivillus 11.04.18
Título original: Cogito ergo soffro
Giorgio Nardone & Giulio De Santis, 2011
Traducción: Pere Salvat Farré
Diseño de cubierta: Judit G. Barcina
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
GIORGIO NARDONE (Arezzo, Italia, 1958) es psicólogo y psicoterapeuta. Fundador junto con Paul Watzlawick del Centro de Terapia Estratégica (CTS) en su ciudad natal. Nardone está considerado el mayor exponente de la Escuela de Palo Alto, destacando por sus investigaciones rigurosas, que han dado lugar a métodos muy eficaces para el tratamiento de diversas patologías relacionadas con la psicología clínica.
Es director de la Escuela de Post-Universidad de especialización en Terapia Breve Estratégica (reconocida oficialmente por el MIUR) y de la Escuela Empresarial de Comunicación y Resolución Estratégica de Problemas de Arezzo. Su trabajo se caracteriza por presentar planteamientos muy imaginativos e innovadores, que han servido de inspiración a profesionales de todo el mundo, creando una auténtica «escuela de pensamiento». Son destacables sus logros en el tratamiento de los trastornos fóbico-obsesivos y los alimentarios, además de sentar las bases de un nuevo modelo evolucionado de Terapia Breve. Es también presidente de la Sociedad de Capacitación y Consultoría, especializada en el desarrollo de Recursos Humanos; y Coordinador de la Red Mundial de Psicoterapia Breve Estratégica y Sistémica.
Es autor de un gran número de libros y suele participar en cursos, talleres y conferencias a nivel internacional. Entre sus obras, cabe destacar las siguientes: El arte del cambio (1993); El diálogo estratégico (2007); Psicosoluciones (2002); Surcar el mar sin que el cielo lo sepa (2009); Los errores de las mujeres en el amor (2010) y Corrígeme si me equivoco (2006).
GIULIO DE SANTIS. Psicólogo, psicoterapeuta y especialista en psicoterapia breve estratégica. Afiliado a la Escuela de Postgrado de Psicoterapia breve estratégica de Arezzo. Ha escrito varias publicaciones sobre su especialidad.
Notas
[1] Sócrates utilizaba la duda para desmontar las certezas de los que se consideraban «sabios» mediante el método inductivo que parte de lo particular (lo que afecta a los sentidos) a lo universal. Utilizaba la duda para persuadir a la verdad entendida como conciencia de sí, denigrando toda forma de saber que no derivase del propio mundo interior. La duda, para Sócrates, es el instrumento principal para hacer emerger la verdad interior.
[2] Literalmente «el arte de la comadrona», la mayéutica representa la dialéctica de Sócrates, método expuesto por Platón en el Teeteto y cuyo fin último es hacer nacer la verdad que mora en el interior del individuo pero que, como un diamante, necesita ser tallada mediante el diálogo.
[3] El principio de no contradicción fue formulado por Aristóteles en el IV libro de la Metafísica como principio supremo del ser y del pensamiento: este principio afirma que es imposible que un mismo atributo pertenezca y no pertenezca al mismo tiempo y bajo la misma relación a una misma cosa. El principio del tercero excluido afirma que toda proposición dotada de significado o es verdadera o es falsa, o, de igual modo, que de dos proposiciones contrarias solo vale necesariamente una.
[4] Del griego sképsis, significa duda, búsqueda. La corriente del escepticismo se desarrolló en el mundo antiguo entre los siglos IV a. C. y II d. C., y se subdividió en tres fases: pirronismo, escepticismo de la Academia y neoescepticismo. Según esta corriente es imposible conocer lo verdadero y no existe ningún significado absoluto de la realidad.
[5] Aunque algunos atribuyen la formulación de esta paradoja a Epiménides de Creta, que afirmó que «los cretenses son mentirosos», aun siendo él mismo cretense, la mayoría remonta la formulación a Eubúlides de Mileto, quien afirmó: «Yo estoy mintiendo». La paradoja reside en el hecho de que, como mentir significa decir lo falso, lo que afirmo es verdadero solo si es falso.
[6] El teorema de indecibilidad de Gödel, formulado en 1931, afirma que ningún sistema puede demostrarse a sí mismo a partir de sí mismo.
[7] El principio de indeterminación, enunciado en 1927 por el físico alemán Werner Heisenberg, afirma que la posición y la velocidad de una partícula no pueden ser medidas simultáneamente con precisión. El acto mismo de la observación, de hecho, altera el comportamiento de los objetos observados. Entre las implicaciones más relevantes para la experiencia cotidiana, se encuentra la imposibilidad de llegar a un conocimiento objetivo, completo e imparcial de un fenómeno si el observador no es capaz de saber con anticipación de qué modo interfiere sobre el objeto observado.
[8] La teoría de los tipos lógicos afirma, en síntesis: «Cualquier cosa que presuponga todos los elementos de un conjunto no debe ser un término del conjunto».
[9] Karl Popper, con su criterio de falsabilidad, mantiene que todo sistema empírico debe poder refutarse por la experiencia mediante la duda metodológica; todo lo que es imposible refutar no puede considerarse como una aserción empírica.
[10] Por constructivismo se indica una orientación, compartida por muchas disciplinas, según la cual la realidad no puede considerarse como algo objetivo, independiente del sujeto que la experimenta, porque es el sujeto mismo quien la crea, la construye y le da un sentido participando activamente en su construcción.