Gracias por llegar tarde
Cómo la tecnología, la globalización
y el cambio climático van a transformar
el mundo los próximos años
THOMAS L. FRIEDMAN
Traducido por Rebeca Bouvier
Título original: Thank youfor being late
© del diseño de la portada, Sylvia Sans Bassat, 2018
© Thomas L. Friedman, 2016
© de la traducción, Rebeca Bouvier, 2018
© Centro Libros PAPF, S. L. U., 2018
Deusto es un sello editorial de Centro Libros PAPF, S. L. U.
Grupo Planeta, Av. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona (España)
www.planetadelibros.com
Primera edición en libro electrónico (epub): febrero de 2018
ISBN: 978-84-234-2916-5 (epub)
Conversión a libro electrónico: El Taller del Llibre, S. L.
www.eltallerdelllibre.com
Sinopsis
En su trabajo más ambicioso hasta la fecha, Thomas L. Friedman muestra los movimientos tectónicos que demuestran que hemos entrado en una era de aceleración vertiginosa —y explica cómo vivir en ella—. Gracias a los últimos avances tecnológicos, los alpinistas del Everest disfrutan de excelente servicio de telefonía móvil y los automóviles que se conducen solos ya están en nuestras carreteras. Mientras tanto, la Madre Naturaleza también está experimentando cambios dramáticos a medida que los niveles de carbono se elevan y las especies se extinguen. Y es que según Friedman, tres son las fuerzas aceleradoras que están cambiando nuestro planeta: la ley de Moore (tecnología), el mercado (globalización) y la madre naturaleza (cambio climática y biodiversidad). Estos aceleradores están cambiando cinco reinos clave: el lugar de trabajo, la política, la geopolítica, la ética y la comunidad.
Con la vitalidad, el ingenio y optimismo al que ya nos tiene acostumbrados, Friedman muestra que podemos superar las múltiples tensiones de una era de aceleraciones, si disminuimos la velocidad, si nos atrevemos a llegar tarde y usamos el tiempo para reimaginar el trabajo, la política y la comunidad. Gracias por llegar tarde es una guía de lectura esencial para entender el presente y el futuro que nos espera.
Éste es mi séptimo libro y, quién sabe, quizá sea el último. Desde que publiqué De Beirut a Jerusalén en 1989, he tenido la suerte de rodearme de un grupo de amigos-profesores que me han acompañado a lo largo de esta travesía, muchos desde aquel primer libro y otros haciéndolo prácticamente en todos los siguientes. Han sido increíblemente generosos al ayudarme a analizar ideas en profundidad durante muchos años, a lo largo de muchas horas, y para muchos libros y columnas. De modo que les dedico este libro a ellos: Larry Diamond, John Doerr, Yaron Ezrahi, Jonathan Galassi, Ken Greer, Hal Harvey, Andy Karsner, Amory Lovins, Glenn Prickett, Michael Mandelbaum, Craig Mundie, Michael Sandel y Dov Seidman. Su capacidad intelectual ha sido formidable, su generosidad extraordinaria y su amistad una bendición.
P RIMERA PARTE
Reflexionar
Gracias por llegar tarde
Cualquiera que se dedique al periodismo lo hace por distintos motivos, a menudo idealistas. Hay periodistas de investigación, reporteros de fuente, reporteros de noticias y profesionales del periodismo explicativo. Yo siempre he aspirado a ser de los últimos. Me metí en el mundo del periodismo porque me encanta traducir del inglés al inglés.
Disfruto eligiendo un tema complejo, descomponiéndolo hasta llegar a entenderlo y luego ayudando a los lectores a comprenderlo mejor, ya sea el tema de Oriente Próximo, el medio ambiente, la globalización o la política estadounidense. Nuestra democracia sólo puede funcionar si los votantes saben cómo funciona el mundo y así poder tomar decisiones inteligentes sobre políticas y ser menos susceptibles de caer presas de los demagogos, los fanáticos ideológicos o de los amantes de las conspiraciones que, en el mejor de los casos, los confunden, o en el peor de ellos, los engañan intencionadamente. Al ver cómo se desarrollaba la campaña presidencial de 2016, las palabras de Marie Curie nunca me parecieron más verdaderas y relevantes: «No hay nada en la vida que debamos temer, sólo debemos entender. Ahora es el momento de entender más, para que podamos temer menos».
No es de extrañar que últimamente haya tanta gente preocupada o que se siente a la deriva. En este libro voy a argumentar que estamos pasando por uno de los puntos de inflexión más importantes de la historia, quizá sin igual desde que Johannes Gensfleisch zur Laden zum Gutenberg, herrero e impresor alemán, revolucionara la imprenta en Europa, abriendo el camino al Renacimiento y la Reforma. Las tres grandes fuerzas del planeta —tecnología, globalización y cambio climático— están acelerándose a la vez. En consecuencia, muchos aspectos de nuestras sociedades, el lugar de trabajo y la geopolítica se están reconfigurando y necesitan reinventarse.
Cuando se da un cambio en la velocidad del cambio en tantos ámbitos a la vez, como estamos experimentando actualmente, es fácil sentirse desbordado por todo. Como me dijo en una ocasión John Kelly III, vicepresidente sénior de IBM para soluciones cognitivas y de IBM Research: «Como seres humanos, vivimos en un mundo lineal en el que la distancia, el tiempo y la velocidad son lineales». Pero el avance de la tecnología en la actualidad está en «una curva exponencial. Lo único exponencial que experimentamos a veces es cuando algo como un coche acelera o frena en seco repentinamente. Y cuando eso sucede, durante un breve período de tiempo nos sentimos inseguros e incómodos». Esta experiencia también puede resultar estimulante. Podrías pensar, «caramba, he ido de cero a cien kilómetros por hora en cinco segundos», si bien nunca querrías hacer un viaje largo en estas condiciones. Y sin embargo, según Kelly, éste es exactamente el viaje que estamos haciendo: «La sensación suscitada ahora en muchas personas es la de que estamos en un constante estado de aceleración».
En un momento como éste, optar por hacer una pausa y reflexionar en lugar de sucumbir al pánico o replegarse es una necesidad. No es un lujo ni una distracción. Es una manera de aumentar las probabilidades de entender mejor el mundo que nos rodea e interactuar de forma productiva con él.
¿Por qué? «Cuando le das al botón de pausa a una máquina, ésta se detiene. Pero cuando le das al botón de pausa a un ser humano, entonces es cuando se pone en marcha», argumenta mi amigo el profesor Dov Seidman, consejero delegado de LRN, que proporciona asesoramiento sobre ética y liderazgo a empresas internacionales. «Empiezas a reflexionar, empiezas a reconsiderar tus supuestos, empiezas a imaginar de nuevo lo que es posible y, lo más importante, empiezas a reconectar con tus convicciones más profundas. Una vez hecho esto, ya puedes empezar a concebir un camino mejor.»
Pero lo que más importa «es lo que haces durante la pausa», añade. «Ralph Waldo Emerson lo expresó así: “En cada pausa oigo la llamada”.»
Nada resume mejor lo que intento hacer con este libro, a saber: detenerme, bajarme del tiovivo en el que llevo tantos años dando vueltas como columnista, escribiendo dos veces por semana para The New York Times , y reflexionar en profundidad sobre lo que me parece un momento crucial en la historia.
No recuerdo la fecha exacta de mi declaración de independencia personal del torbellino, pero fue en algún momento a principios de 2015 y fue algo totalmente fortuito. Suelo reunirme con amigos y entrevisto a funcionarios, analistas o diplomáticos tomando un desayuno en el centro de Washington DC, cerca de las oficinas de The New York Times . Es mi manera de incluir más aprendizaje en un día sin malgastar el desayuno comiendo solo. Sin embargo, de vez en cuando, debido a la impredecibilidad del tráfico de la capital y del metro en hora punta, mi invitado puede llegar diez, quince o incluso veinte minutos tarde. Siempre se presentan azorados, soltando disculpas mientras toman asiento: «La línea roja iba con retraso…». «Había retenciones en el cinturón…» «No ha sonado el despertador…» «Mi hijo está enfermo…»
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