El autor llevaba muchos años con la intención de escribir una obra centrada en la respiración. Por un lado, es la vía idónea para entrenar la atención plena y otras capacidades de la mente, y por otro, de aprender a relajarse y vivir en el momento presente.
Un libro sumamente práctico, que nos enseña lo fundamental sobre la atención en la respiración y las técnicas más importantes para conseguirlo. También incluye algunas narraciones orientales muy amenas, que complementan el texto y ayudan a su mayor comprensión.
INTRODUCCIÓN
Por su propia naturaleza, la mente es en principio inestable e incontrolada, y el pensamiento, díscolo y desordenado. Asimismo, en la mente hay una ignorancia básica que distorsiona la realidad, crea sufrimiento y conflictos innecesarios y genera ansiedad, abatimientos y otros estados emocionales aflictivos. Que podamos deducir, eso ha sido así desde tiempos inmemoriales y ya los sabios de hace más de dos mil y tres mil años dieron enseñanzas para poder sanear, estabilizar y cuidar la mente, gobernar el pensamiento y poder purificar el discernimiento, para lograr así acciones más diestras y convenientes.
Desde muy antaño, siempre han surgido personas que han querido ennoblecer su alma, obtener lo mejor de su mente, embellecer sus emociones y no añadir sufrimiento al sufrimiento inevitable. Para ello se buscaron enseñanzas, actitudes, métodos y técnicas con los que aprender a conocerse, transformarse para bien y realizarse. De entre estas técnicas merecen muy especial interés todas aquellas que se sirven de la propia respiración para entrenar la atención, tranquilizarse, conocerse y dinamizar lo mejor de la mente. Estas técnicas están al alcance de todas las personas, pues somos seres respirantes y podemos servirnos magníficamente de nuestra propia respiración para cultivar esa gema de la mente que es la atención, y obtener muchos de los beneficios que de ella se derivan.
La atención siempre está disponible mientras vivimos. Podemos recurrir a ella para centrarnos en el momento presente y convertirla en una fiel aliada para combatir la tensión, la irritabilidad, la distracción y la angustia.
Llevaba muchos años con la intención de escribir una obra centrada en el establecimiento de la atención a la función respiratoria. Es necesaria porque, aun habiendo ahora una proliferación de obras sobre el mindfulness, ninguna se centra de modo directo y práctico en el mindfulness de la respiración, que puede llevarse a cabo tanto en una sesión de meditación sentada como en la vida cotidiana, en cualquier momento y circunstancia. Por un lado, es un modo idóneo y sumamente eficiente de entrenar la atención y otras potencias de la mente, y, por otro, de sosegarse y estar en el momento presente. Como la respiración sucede en el instante presente, cada vez que uno conecta con ella conscientemente, está ubicado en ese momento.
Deliberadamente, esta obra solo recurre a la teoría cuando es imprescindible. Procura razonamientos básicos para la aplicación de las técnicas y para entender el porqué de sus excelencias, pero es, sobre todo, sumamente práctica y didáctica, y aunque, de poder ser, siempre es mejor contar con un instructor de carne y hueso y muy experimentado, este libro es en cierto modo un monitor, uno que muestra lo esencial de la atención a la respiración y las técnicas más importantes. A pesar de ser, pues esa era mi intención, una obra breve, me ha supuesto mucha dedicación, a fin de extraer la esencia de estas milenarias enseñanzas que tanto pueden hacer, y hacen, por el ser humano actual, tan sumido en el desconcierto, la angustia existencial, el cansancio psíquico y la incapacidad, a menudo, para asirse a sí mismo y en sí mismo y encontrar el refugio que en ningún otro lado puede hallarse.
Como siempre les recuerdo a mis alumnos en las clases de meditación (que vengo impartiendo desde hace cincuenta años), lo esencial es la práctica asidua, porque de ella va naciendo la actitud adecuada y el proceder correcto. ¡Práctica y actitud! Aquí está el secreto.
R AMIRO C ALLE
(www.ramirocalle.com)
E L PODER DE LA ATENCIÓN
La atención es una magnífica función de la mente que por lo general tenemos poco desarrollada. No se va desarrollando por sí sola con el paso del tiempo, sino más bien lo contrario. Por lo que, salvo que se trabaje, una persona mayor tendrá menos atención que una joven. Expresado de una manera intencionadamente burda, la atención se puede considerar como un músculo que, si se trabaja, se fortalece y desarrolla, pero que, en caso contrario, se debilita y se torna flácido. En cualquier caso, el poder de la atención es enorme, y su utilización, imprescindible.
Mediante la atención podemos relacionarnos con lo que es y conectar con el momento presente. Nos permite conocer, percibir, darnos cuenta e incluso percibirnos y tomar conciencia de nosotros mismos. Podemos llegar a estar atentos y estar atentos a que estamos atentos, aunque esta que denominaríamos «segunda atención» es sumamente difícil y supone el resultado de un trabajo serio en esta dirección.
Lo opuesto a la atención es la distracción, la negligencia, el descuido; en suma, obviamente, la inatención. Al principio, antes de pasar a entrenarla metódica y sistemáticamente, la atención es como una llama expuesta al viento, es vacilante. La atención es estar en lo que es; la inatención es no conectar con lo que es. A mayor atención, más percepción, cognición, captación de lo que es, mientras que si la atención está debilitada, todo pierde su intensidad, su brillo, su esencia, su frescura y vitalidad.
Infinidad de errores cometidos a lo largo de la vida son el resultado de la falta de atención o de una atención mediocre, del mismo modo que por falta de atención nos hemos hecho muchas veces daño a nosotros mismos y a los demás. La falta de atención descuida y desordena la mente, tanto como la atención firme nos ayuda a cohesionarla, disciplinarla y poder gobernar mejor los pensamientos.
Lo que nos permite conectar con lo que es aquí-ahora es la atención. Es como una flecha con dos puntas; una hacia fuera, que nos permite captar lo que viene del exterior, y otra hacia dentro, que nos permite percatarnos de lo que sucede dentro de nosotros: sentimientos, emociones, sensaciones, reacciones, estados de ánimo y demás.