Dr. Alain Delabos
ADELGAZAR
A MEDIDA
gracias a la crononutrición
con la colaboración del profesor Jean-Robert Rapin
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Los términos crononutrición y morfonutrición son marcas registradas.
IREN
Institut de Recherche Européen sur la Nutrition
21, rue Royale, 75008 París
3, rue de la Pie, 76000 Rouen
Teléfono (centralizado): 02 35 73 09 23
www.chrono-forme.fr
Traducción de Isabel Sampere Sánchez.
de Marie Delabos.
Título original: Mincir sur mesure grâce à la chrononutrition.
© Éditions Albin Michel, S. A. - París 1999
© Editorial De Vecchi, S. A. 2016
© [2016] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-68325-140-8
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
Índice
1
Introducción para el que ya lo ha probado todo
Bienvenido a todo aquel que desea fervientemente adelgazar, pero es incapaz de frenar su glotonería, y quiere perder esos centímetros de más sin cambiar sus malos hábitos.
A usted le digo sin rodeos: si ha comprado este libro con la esperanza de adelgazar sin cambiar sus hábitos alimentarios, entonces es usted como aquel bebedor que jura cada mañana que esa va a ser la última copa o como aquel fumador que promete por la noche, antes de irse a dormir, que acaba de fumar el último cigarrillo. Víctimas de ellos mismos, ambos tienen miedo de abandonar unas costumbres cuyo peligro les parece menor que la sensación reconfortante que les proporcionan.
Por lo tanto, antes de seguir con la lectura de este libro, debe ser consciente de que no soy ningún gurú, ni tampoco el mago Merlín, y que no puedo prometerle la luna y menos aún regalársela.
Aunque... de hecho, la crononutrición es un método tan fácil de aplicar que lo único que tendrá que hacer es confiar en mí y en usted mismo para que esta novedosa manera de controlar la alimentación pronto le parezca natural y tenga la impresión de que siempre ha comido de esta forma.
Porque no se trata de soportar un nuevo régimen, sino simplemente de reorganizar de manera lógica su alimentación respetando unas reglas nutricionales tan sencillas como revolucionarias.
Gracias a ellas podrá alcanzar un equilibrio alimentario muy satisfactorio tanto para su salud como para su moral, sin que por ello se vea obligado a pasar por situaciones de frustración y de hambre.
Adelgazará y se mantendrá delgado si adopta definitivamente un concepto de nutrición que va a contracorriente de las ideas comúnmente aceptadas desde hace algunos años, y que ahora copian sin complejos ni remordimientos los que antes las criticaban.
Bienvenido, pues, a todo el que quiera descubrir de forma placentera los progresos de mis investigaciones, que conducen a la elaboración de las cronocomidas, el resultado gourmet de un aprendizaje plagado de numerosos placeres culinarios.
En efecto, mis últimos cinco años de experiencia en crononutrición y morfonutrición me permiten hoy ayudarle a perfeccionar el arte de vivir incorporando la imaginación a las cronocomidas.
Me dedicaré, en primer lugar, a los neófitos, a los que, antes de nada, hay que enseñar el abecé de nuestro arte de vivir.
Como podrá constatar rápidamente, si sigue mis indicaciones, perderá peso y volumen comiendo todos los días queso, pan, mantequilla, chocolate, frutos secos... e incluso choucroute o un bistec con patatas fritas, si le hace ilusión. Esto, por supuesto, con la única condición de que no lo coma en cualquier momento del día y en cualquier cantidad.
Así pues, podrá comer como le plazca, siempre que los alimentos sean naturales y que los ingiera en el momento del día que le marque su reloj biológico.
Mi principal labor durante estos años ha sido la de encontrar los mensajes de este reloj ancestral, falseados o enterrados en el olvido durante el transcurso del progreso de las civilizaciones; algo que, por otra parte, ya hacía proferir gritos de alarma al gran Hipócrates, que fue médico hace más de 2.500 años. Y es que, gracias al descubrimiento de la cronobiología, que pone en evidencia de forma irrefutable la importancia del factor tiempo en el funcionamiento del cuerpo humano, he podido descubrir la crononutrición, que es su expresión nutricional.
Así pues, podrá comer prácticamente cualquier alimento, pero no de cualquier manera y a cualquier hora. Ahí reside el gran secreto de esta alimentación cuyos encantos, principios y técnica le voy a revelar.
Aprender a cambiar unas costumbres muy arraigadas no es tarea fácil, y como el camino hacia la delgadez está sembrado de obstáculos, es preciso ayudarle a corregir, con la máxima eficacia posible, algunos errores que, con frecuencia, son involuntarios. Y para ello disponemos de este maravilloso instrumento, la crononutrición, del que le hablaré con detalle más adelante.
Aunque la aplicación de mis principios de alimentación pueda sorprender por su simplicidad, no ocurre lo mismo con los descubrimientos, las reflexiones y las técnicas sobre las que aquellos se basan. De hecho, me convertí en morfonutricionista después de haber examinado a miles de pacientes y de analizar miles de casos para poder llegar a la síntesis de una técnica que hoy en día está totalmente contrastada. ¡Cuántos años de investigación y de esfuerzo para elaborar un examen clínico que permita definir en pocos segundos las costumbres alimentarias de cualquier ser humano!
Posteriormente, tuve que encontrar a profesionales de la salud y a médicos clínicos experimentados y con una mente suficientemente curiosa y abierta para transmitirles todos los datos relativos a la morfonutrición. Gracias a la notable apertura intelectual de la profesora Sylvette Huichard, decana de la Universidad de Borgoña, a la que agradezco con toda sinceridad haberme acogido, doy clases desde hace cuatro años en el marco de un diploma universitario de la Universidad de Dijon. De esta manera, el número de médicos y de profesionales de la salud, crononutricionistas y morfonutricionistas formados por mí, aumenta de forma regular y cada vez más rápida, lo cual me hace muy feliz.
Todo el mundo, sin excepción, podrá poner en práctica en el día a día un arte que permite adelgazar sin privarse de nada, comiendo todos los alimentos habitualmente prohibidos por los regímenes clásicos, con la condición de hacerlo en el momento adecuado y de respetar las reglas de la crononutrición.
Como explicaba anteriormente, todos los alimentos son beneficiosos si se consumen siguiendo las indicaciones de nuestro reloj biológico, es decir, en el momento apropiado del día. De este modo, los principios activos de estos alimentos pueden alcanzar su ámbito de acción celular, mientras que el mismo alimento ingerido en otro momento del día acabará almacenado en las células adiposas.
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