www.megustaleerebooks.com
Índice
Pilar Benítez es la mayor de cinco hermanas y ha tenido cuatro hijas (además de un varón), así que ha vivido la mayor parte de su vida rodeada de mujeres. Tal vez sea eso lo que la ha llevado a especializarse en el bienestar de las mujeres. Su visión es lograr que las madres, esposas, hijas, abuelas, hermanas, novias, amigas y compañeras del mundo vivan de forma saludable y gocen de confianza, equilibrio y pasión por la vida. O sea, que amen y se amen. Porque entonces el mundo, sin duda, será un lugar mejor para vivir.
Es licenciada en Ciencias Empresariales y MBA por Esade y ejerció como empresaria hasta que una crisis personal la llevó a interesarse por la medicina natural, la nutrición energética y la cocina terapéutica, formándose con algunos de los mejores especialistas del mundo.
Actualmente imparte talleres y conferencias, y hace consultorías personalizadas sobre cómo gestionar la vida de una forma saludable (gestión personal saludable).
Dirige su propia plataforma on line, www.sienteteradiante.com donde se ofrecen servicios de formación en cocina natural y energética y hábitos saludables.
Edición en formato digital: octubre de 2015
© 2015, Pilar Benítez
© 2015, Miriam Pérez-Calvo, por las ilustraciones
© 2015, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.
Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 Barcelona
Diseño de portada: Penguin Random House Grupo Editorial / Gemma Martínez
Fotografía de portada: Getty Images
Penguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright. El copyright estimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del copyright al no reproducir ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.
ISBN: 978-84-253-5380-2
Composición digital: M.I. maqueta, S.C.P.
www.megustaleer.com
Cómo no, dedico este libro a todas esas mujeres que se esfuerzan cada día por vivir con pasión, dando lo mejor de sí mismas.
Y les diría: «No olvides nunca que para poder hacerlo y cuidar de todo lo que te propones, vivir con buenos hábitos es fundamental, no los descuides y verás cómo tu energía se duplica y tu potencial emerge con fuerza. Ánimo, no esperes más y aprende a cuidarte, vale la pena».
El síndrome de la mujer agotada
Es un hecho: alrededor de los cuarenta años, cuando te reúnes con otras mujeres de tu edad con hijos, un tema de conversación recurrente es que estamos agotadas. El otro día leí un artículo en el diario El Mundo que aseguraba que en Inglaterra este síndrome, al que yo llamo «El síndrome de la mujer agotada», empieza a considerarse ya una epidemia. Por eso me pregunto: «¿Qué nos está pasando a las mujeres?».
En teoría, la sociedad debería contribuir a eso que llaman la «conciliación familiar», es decir, a que los padres y las madres puedan pasar tiempo suficiente con sus hijos sin dejar de atender sus responsabilidades profesionales, pero al final resulta que las mujeres acabamos haciéndonos responsables de casi todo: alimentar a la familia, cuidar a los demás cuando están enfermos, mantener la casa en orden, tener la ropa a punto, ayudar a los niños con los deberes... Y, por si eso fuera poco, no queremos ceder ni un ápice de nuestros logros en el terreno laboral porque sabemos, por la experiencia de nuestras madres y abuelas, que es fundamental ser independientes económicamente para no caer en situaciones desagradables con la pareja.
La psicóloga clínica María Jesús Álava Reyes explicaba, en una entrevista publicada en la revista Diez Minutos: «Los hombres se perdonan muy bien a sí mismos y a los demás, mientras que las mujeres perdonamos muy bien a los otros, pero somos demasiado autoexigentes y nos responsabilizamos de todo». ¿Te suena?
Muchas mujeres se sienten identificadas con esto. Tal vez nunca han pensado que son demasiado autoexigentes, pero en realidad se esfuerzan al máximo para tenerlo todo controlado, entre otras cosas porque el caos y el desorden les producen más estrés que estar siempre haciendo algo. Y eso, un día tras otro, acaba por agotarlas.
Muchos hombres ayudan: se ocupan de fregar los platos, se planchan su propia ropa, pasan el aspirador... Es de agradecer su colaboración, pero no se puede decir que esto sea exactamente «compartir las tareas». Aunque supone una ayuda, sigues teniendo la sensación de que eres la responsable de que todo funcione y que no te puedes relajar.
La mayoría de las mujeres se encargan de despertar a los hijos por la mañana y darles el desayuno para que lleguen puntuales a clase. Luego se van a trabajar, se ocupan de la casa y de la compra, atienden a los niños si se ponen enfermos, los llevan al médico, les compran la ropa (a veces también al marido), etc. Algunas tienen la suerte de que su madre, su suegra o una canguro recoge a los niños a la salida del colegio, pero luego vuelven a ser ellas las que les ayudan con los deberes, los bañan si son pequeños, les preparan la cena, el bocadillo del día siguiente y un largo etcétera de tareas. El marido suele llegar de trabajar muy tarde. Y, pobre, agotado.
Cuando lees sobre el tema, todos los expertos coinciden: hay que encontrar tiempo para una misma. Muchas lo intentan. Por ejemplo, se apuntan al gimnasio para hacer algo de deporte un par de veces por semana. Pero luego siempre hay algo más urgente o más importante, o bien llega el momento y están tan cansadas que lo último que les apetece es empezar a dar saltos en una clase de aeróbic. Y encima tienen que ver en la televisión o en la prensa las fotos de mujeres famosas con varios hijos y unos cuerpos que hasta las quinceañeras envidiarían.
Muchas mujeres acaban cayendo en un cansancio y un mal humor crónicos. En un artículo publicado en el diario El País, Mariana Fiskler, psicóloga especializada en mujeres, experta en temas de familia y escritora, decía: «El cansancio y el exceso de responsabilidades hacen que la mujer se torne irritable y que lo único que le interese al terminar sus deberes sea acostarse y dormir, con lo que los vínculos afectivos en torno a ella se debilitan. Después de haber puesto todo su empeño en que la familia funcione, se ha quedado sin energía para sí misma. Y todo el mecanismo falla».
Esto es exactamente lo que les ocurre a muchas mujeres.
P ARA CAMBIAR HAY QUE ATREVERSE
No pienses que te hablo desde una posición alejada. Yo también he vivido el «síndrome de la mujer agotada». Hace años tuve un problema de salud grave que, después de algunas vueltas e incertidumbres, me llevó a la medicina natural y a una forma diferente de afrontar la vida. Luego seguí buscando recursos para poder atender todas mis responsabilidades y mi día a día sin volverme loca. Y finalmente, con el tiempo y la práctica, he logrado sentirme en armonía con mi vida y compaginar la crianza de mis cuatro hijos con una intensa y rica vida profesional.