Claude Matoux - Supera tu entrevista de trabajo

Claude Matoux, 2017

Traducción: Marina Martín Serra

Editor digital: Titivillus

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• ¿Problemática? ¿Cómo ser convincente en una entrevista de trabajo?
• ¿Utilidad? Se puede aprender a superar una entrevista de trabajo. No se trata de contar únicamente con la suerte, también hay que prepararse para convencer.
• ¿Contexto profesional? Búsqueda de empleo, cambio de carrera, solicitud de promoción, etc.
• ¿Preguntas frecuentes?
  • ¿Qué hay que decir en una entrevista?
  • ¿Tengo que responder a todas las preguntas?
  • ¿Cómo tengo que vestirme?
  • ¿Hay que mentir en una entrevista?
  • ¿Cómo puedo hablar de una experiencia negativa?
  • ¿Qué estrategia adopto si no tengo experiencia profesional o si soy una persona mayor?
  • ¿Cómo destacar entre los otros candidatos?

¿Tu CV y tu carta o e-mail de motivación han llamado la atención de la persona que se encarga de la contratación? ¡Bravo! Has superado la primera etapa. Sin embargo, no eres el único candidato seleccionado: ahora te toca demostrarle al seleccionador de personal que eres el «buen» candidato.

Poca gente se presenta a una entrevista de trabajo con absoluta serenidad. Muchos candidatos temen ser juzgados, no expresarse lo suficientemente bien o, en resumen, no estar a la altura, con el sentimiento de fracaso y las consecuencias financieras —especialmente reales en una época de falta de oportunidades de empleo— que conllevaría una negativa.

Lo que muchos de ellos ignoran es que, a menudo, el seleccionador también se encuentra en una situación de estrés. En estos momentos de dificultades económicas, contratar a alguien tiene un coste elevado para la empresa, y por eso no le interesa equivocarse. El candidato que haya entendido esto actuará de forma constante en este sentido: dar seguridad al empleador, transmitirle confianza, demostrarle que es la persona indicada para el puesto vacante.

Lise interrumpió sus estudios y rápidamente encontró un trabajo interesante que ha llevado a cabo concienzudamente durante varios años. Sin embargo, se entregó demasiado, y tuvo problemas de salud que la obligaron a parar de trabajar. Un año después, ya recuperada, el hecho de no tener una titulación hace que se sienta vulnerable. Decidida a volver a encontrar un trabajo, se prepara para presentarse a la entrevista, con respuestas fruto de la reflexión, una voz clara, un habla pausada y una buena presentación. En quince días, consigue cuatro entrevistas y las supera todas. Por consiguiente, se permite el lujo de elegir la empresa que mejor le convenga, cerca de su domicilio y que trabaja en el sector del chocolate. Aunque solicitaba su puesto en una región «devastada económicamente», ha obtenido un empleo que la satisface. Lo que la ha convertido en una candidata excelente ha sido su determinación a aprender y a defender su candidatura.

La entrevista de trabajo es un reto. Tienes —en la medida en que te interese el puesto— algo importante por lo que competir.

El proceso de evaluación comienza en el momento en el que llegas a la entrevista. En la mente del seleccionador, a lo largo de ésta vas a ir ganando puntos positivos (verdes) o negativos (rojos). En el marcador verde van a sumarse todas tus características agradables y que transmiten seguridad, así como tu capacidad de persuasión, de la que forman parte tus competencias y cualidades. En el marcador rojo, aparecerán tus dudas, tus errores y tus respuestas «fuera de lugar». Atención: basta con un solo parámetro rojo para descalificarte, si tiene relación con un punto que el seleccionador considera vital.

Los empleadores, contrariamente a una idea muy extendida, no son sádicos que disfrutan torturando a los candidatos haciéndoles preguntas trampa. Simplemente quieren saber con quién están tratando. Dicho de otra forma, quieren saber quién eres y lo que sabes hacer, y a veces también cómo reaccionas en función de la situación. Con este fin, no les queda otra elección: tienen que hacerte preguntas.

Para responder con calma, es importante prepararte para las preguntas que se plantean más a menudo. Es preferible reflexionar sobre las que probablemente te planteará el empleador, que rezar para que no te pregunte sobre esto o lo otro ya que, curiosamente, esto a menudo produce el efecto contrario: es como si el candidato tuviera un imán para que le hicieran esa pregunta o, todavía peor, está tan obsesionado que responde a esta pregunta aunque el empleador no le haya invitado a hablar sobre ello.

Por supuesto, la tarea de iniciar la entrevista propiamente dicha es del entrevistador, que plantea las primeras preguntas. Las respuestas del candidato no deben ser ni demasiado breves —porque esto obliga al seleccionador a hacer preguntas extra, algo que convierte la entrevista en interrogatorio—, ni demasiado largas —para evitar el riesgo de dispersión. Las respuestas estructuradas darán la imagen positiva de un candidato prudente y, por lo tanto, fiable. Cuando la entrevista va bien, las preguntas se transforman más bien en una conversación con turnos de palabra equilibrados entre ambas partes.

«Háblame de ti»

Esta pregunta, que se hace de forma casi sistemática y que, sin embargo, no es una pregunta trampa, hace que más de un candidato se encuentre en un apuro. ¿Será por la falta de costumbre en hablar de uno mismo? Sea como fuere, dar tu nombre y empezar a recitar tu CV es una forma inadecuada de responder a la pregunta, ya que significa repetirle al empleador informaciones que ya posee puesto que, en principio, tiene el CV delante. Para impresionar, explica tu trayectoria de manera que crees un vínculo directo entre esta y el puesto vacante en la empresa. Haz hincapié en las motivaciones que te empujan a tomar esta u otra dirección, antes que otra.

«¿Por qué te interesa nuestra empresa?»

Muchos candidatos buscan, sobre todo, un salario —algo legítimo— y finalmente les preocupa poco la empresa en la que entrarán, siempre que obtengan un trabajo. El empleador, sin embargo, tiene una perspectiva diferente. Su objetivo no consiste en hacer una buena acción, sino en contratar a una persona con las competencias que se ajusten al puesto vacante, y con las que pueda contar.

Para responder a esta pregunta de forma adecuada, es necesario que te hayas informado bien sobre la empresa en la que pides trabajo. Busca información en Internet, desplázate antes de la entrevista o llama por teléfono. Un candidato que no puede responder a las preguntas sobre la empresa pierde mucha credibilidad. Un candidato informado, por el contrario, gana muchos puntos, ya que puede manifestar su entusiasmo por lo que se hace en ella. La respuesta a esta pregunta demuestra la pasividad o la proactividad del candidato.

«¿Por qué deseas dejar tu empleo actual? / ¿Por qué perdiste tu último trabajo?»

Esta pregunta es más o menos delicada dependiendo de si tu contrato se terminó simplemente como estaba previsto o de si entraste en conflicto con tu empleador. Responde de forma breve al tema de la pérdida de empleo o al deseo de dejar tu empleo actual e insiste en tu interés en el puesto que quieres ocupar.

Lo que hay que evitar

Nunca hables mal de tus antiguos jefes. Aunque no se hayan portado bien contigo, el hecho de criticarlos hará que te vean como alguien negativo. Sin embargo, puedes describir la situación de la forma más objetiva y neutra posible. Incluso si tu antiguo jefe ha sido odioso, no es el lugar de expresar tu resentimiento.